.- Tequio: trabajo para “la ínfima plebe”
Cuauhtémoc Blas
Se ha intensificado el uso político del “tequio urbano”. El tequio corresponde a las comunidades indígenas, no a las ciudades. Aunque su punto de coincidencia de uno y otro lugar, ayer y hoy, es que sirve para la sobreexplotación de los oaxaqueños. Veamos.
Los conquistadores introdujeron el tequio a los pueblos para explotarlos más, pues se trata de trabajo excedentario, como le dicen elegantemente; gravamen en días inhábiles, incumpliendo con el descanso religioso del séptimo día.
Tequio no es vocablo zapoteco o mixteco sino náhuatl, pero se acomodó a la ambición de los conquistadores. Hoy se sigue acomodando igual, tanto que se lo trajeron a la ciudad para darle otra “explotadita” a los burócratas, del gobierno del estado y del municipio de Oaxaca, y otros. Incluso hasta desinformados ciudadanos, admiradores de las “bonitas tradiciones”, se toman selfis presumiendo que los están agarrando desprevenidos.
Estas y otras tradiciones (usos y costumbres) tienen su genealogía u origen en la Colonia. Francisco J. Santamaría, en su prestigioso Diccionario de Mexicanismos, ofrece varias definiciones. Para el autor se trata del aztequismo: tequitl, trabajo. “Gravamen, tarea, faena, tributo, carga corporal que pesaba sobre los indios, esclavizados por los españoles, y en favor de estos mismos”.