Represión y negocios en el SUNEO

Cuauhtémoc Blas

 

En el gobierno de Heladio Ramírez se creó la Universidad de la Mixteca, con el pretexto de tener una institución de calidad. Décadas después, esa escuela no ha incidido para algún desarrollo de Oaxaca y menos para la región donde se asentó. En una absurda dinámica, se dedicó a formar profesionales en informática y electrónica, quienes ni de lejos hallarían empleo en esa zona empobrecida, por lo que las primeras generaciones hallaron trabajo en el centro y norte del país.

 

Absurdo, pues Oaxaca, entidad pobre, se convirtió en proveedora de mano de obra calificada de economías foráneas. Desde entonces cientos de millones fluyeron para el proyecto de un extraño hombre solitario, extranjero exigente que se convirtió en rector supremo de lo que es hoy el Sistema de Universidades del Estado de Oaxaca (SUNEO), con nueve campus. En cada uno de ellos Seara tiene su suite de lujo, cocineras y menaje para pasarla bien, luego de apearse de su helicóptero.

 

No es poca cosa que este personaje haya durado casi tres décadas en ese cargo, haciendo lo que se le ocurre, como poner a un vicerrector en cada campus para él coordinar (léase controlar). Y decimos que hace lo que se le ocurre pues no hay planeación educativa, por lo que ha instaurado un régimen de terror, lo mismo corre a alumnos rebeldes como a profesores que no se le rinden.

 

Que tan hábil es el español que sostiene un presupuesto de privilegio, sin un programa de seguimiento de egresados que nos dijera si además de estar en otros estados de la república, egresados de ese sistema trabajan en su área en Oaxaca.

 

En este año el presupuesto del SUNEO es de más de 650 millones de pesos para una población de 8 mil 500 alumnos y 1 mil 500 maestros; a la UABJO, sólo le otorgan 945 millones de pesos al año para atender a 23 mil 700 estudiantes y 2 mil 342 catedráticos. Esta desproporcionada entrega de recursos a un sistema que tampoco rinde frutos a la entidad, es un despilfarro, pues apenas tiene la tercera parte del alumnado de la UABJO.

 

Abandonar a la UABJO

 

Dejar de atender a la UABJO, abandonarla no ha sido buena estrategia en materia de política educativa. Los sucesivos gobiernos de Oaxaca, que más que gobernar han venido a saquear, nunca se han preocupado por la educación del pueblo, no les interesa.

 

Primero se apoyó la división de la UABJO al formarse la URSE. Colegio privado que se hizo llamar de inmediato pomposamente Universidad. Pronto cayó igual en manos caciquiles con rectores que se eternizan en su control. No destaca en nada y nunca ha figurado en el ranking de las 100 mejores del país.

 

Después con Heladio Ramírez, el gran enemigo de la educación de Oaxaca que regaló el IEEPO a la Sección 22, se creó esa Universidad de la Mixteca para su amigo Modesto Seara. Lo singular es que Seara trascendió a Heladio, bien acomodado a los gobernadores priistas, incluso aunque fue aliado de Ulises Ruiz, logró ganarse a Gabino Cué y llegar hoy a la segunda época muratista.

 

Esta semana por fin un número considerable de académicos de este Sistema de Universidades vencieron el temor hacia el tirano Seara, formado en la era del dictador Francisco Franco en España, y lo denunciaron. En ocasiones anteriores sólo algún profesor con dignidad renunciaba o hacía pública la injusticia de haber sido despedido.

 

Para poder estar en la plantilla de ese sistema los profesores tienen que someterse al arbitrio del Seara: como primer punto, prescindir de la libertad de cátedra, fundamental para cualquier desarrollo académico. En general quien muestre independencia o rebeldía -propio de los centros de estudio en docentes y alumnos-, es corrido de inmediato, al grito de separar a esa manzana peligrosa.

 

Los docentes de la Universidad del Papaloapan denuncian, entre tantas arbitrariedades, que ahora no conforme con el exagerado presupuesto que recibe, Seara cobra 4 mil pesos de colegiatura mensual cual si fueran colegios de su propiedad privada. Y proporcionalmente recibe cerca de 200 por ciento más presupuesto que la Universidad pública local.

 

www.revistaenmarcha.com.mx y lc.blas@gmail.com