La “transformación” del PTEO, regresión al pasado comunal

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Cuauhtémoc Blas

 

Es al menos alarmante que el gobierno de Oaxaca apoye de manera oficial un “Plan de Transformación Educativa de Oaxaca” (PTEO) que no tiene como sustento el desarrollo científico y tecnológico, ni las innovaciones en computación y el internet, sino en un abierto y declarado retorno a un pasado comunal, aparentemente “colectivista” y “comunalista”. Esa es la propuesta central de ese PTEO, ir hacia atrás con una retórica de supuesta alternativa populista. (Retomamos parte de este análisis de otro trabajo más amplio).

 

Es grande la debilidad de ese Plan en la que se basan para redactar su proyecto de Ley Educativa Estatal y que hace un par de días “instaló” para su elaboración el gobernador Gabino Cué. Dice “…el PTEO, es un conjunto de conocimientos y saberes populares y/o comunitarios que se encuentran establecidos y a la vez en refutación por reglas y normas que limitan y capacitan a identidades determinadas, construidas históricamente y organizadas socialmente.” (Pág. http://www.seccion22.org.mx/wp-content/uploads/2013/11/CuadernilloPTEO.pdf. En lo sucesivo los números de páginas citadas corresponden a este documento).

 

“Enfoque comunitario crítico. Este enfoque tiene como eje central la recuperación y articulación de los saberes comunitarios, para construir los currículos escolares que den sentido y significado al proceso formativo de los niños, jóvenes y adultos del estado. (Pág. 22). Y con este mismo argumento se oponen a ser evaluados bajo las nuevas disposiciones adoptadas, ante lo cual proponen: “Generar una cultura de evaluación a partir de las características sociales y culturales de los pueblos de Oaxaca”. (Pág.10)

 

Comunalismo, justifica violencia étnica

 

Puestos a incluir todo en el “comunalismo” justifican con eso hasta la violencia entre los rezagados pueblos de Oaxaca permanentemente en pleitos agrarios. Nutridos por un libro propagandístico del comunalismo de Jaime Luna donde todo es defensa y exaltación de lo indígena cual si fuera el paraíso de la convivencia humana, Comunalidad y desarrollo. Dicen:

 

“El territorio es uno de los aspectos fundamentales para la comunidades ocasiones (sic) por disputas territoriales que el avance de los pueblos se ha frenado y costado el derramamiento de sangre; sin embargo, debemos considerar que esto tiene su razón de ser ya que el territorio es la base principal para que exista la comunidad, es la tierra la que provee todo desde el espacio donde se edifica la casa hasta la alimentación y el entorno natural, en otras palabras ´...la propiedad comunal es el resultado de procesos sociales de resistencia, de construcción, de elaboración colectiva. La tierra es de todos, también su defensa. Se respeta el uso familiar, pero se comparte lo comunal. (Martínez Luna, Jaime. 2003)”. (pp.12 y 13).

 

Es insólita esta propuesta del magisterio oaxaqueño de hacer su “transformación” educativa con recursos del pasado. Aunque Oaxaca no ha evolucionado con la dinámica de otras poblaciones del país que han transitado de rurales a urbanas más rápidamente, ese fenómeno también se ha dado aquí. Nunca mencionan las nuevas herramientas del conocimiento, la computación, la informática, el internet. Eso no va con la revolución comunal.

 

Tampoco aluden al conocimiento científico y tecnológico. Margarita Nolasco en su ensayo El indio no es un problema racial sostiene “que el indio vive en una situación colonial, de la que debe salir mediante algunos cambios: la incorporación de tecnologías avanzadas y una ideología de la producción, para que ´la lengua y la cultura no sean mecanismos que conserven la situación colonial sino fuerzas sociales que ayuden a romperlas´”. (Oaxaca, textos de su historia, pp. 27-29)

 

Debilidad cuantitativa

 

Si lo anterior señala la debilidad de los argumentos de la S 22-gobierno del estado en términos cualitativos, los cuantitativos no son menos. En el resumen del PTEO presentado por la S 22 y gobierno de Oaxaca en enero de 2012 para justificar su oposición a hacer cambios en la educación, francamente falseaban los datos poblacionales, decían:

 

“Oaxaca, con dos millones de hablantes de lengua indígena, donde una vasta composición étnica pinta el mosaico geográfico de una grandeza sociocultural…” (sic). Pero la fuente de esos 2 millones de indígenas en Oaxaca no era el INEGI sino el portal de datos.cipaz.org que al buscarlo en internet no aparece. (Ver resumen del PETEO, enero 2012: http://revistaenmarcha.com.mx/images/varias/pteo.pdf)

 

En el resumen más reciente del PTEO de noviembre de 2013 ya usan los datos de INEGI, de 1 millón 165 mil 186 habitantes indígenas pero sin mencionar la proporción de este número de población, ni el total estatal de 3 millones 405 mil 990 habitantes de Oaxaca según el censo de 2010. No son, pues, 2 millones de indígenas en el estado, ni siquiera la mitad de la población sino el 34 por ciento del total.

 

Si las dos terceras partes de la entidad no se inscribe en la comunalidad o multiculturalidad indigenista en que tendenciosamente se quiere situar a todo el estado, otro dato del INEGI debilita más esa postura: “De cada 100 personas que declararon hablar alguna lengua indígena, (sólo) 14 no hablan español”. (http://cuentame.inegi.gob.mx/monografias/informacion/oax/poblacion/diversidad.aspx?tema=me&e=20)

 

Un estudio llamado Censo de lenguas publicado en 2004 por el IEEPO concluye que sólo el 0.86 por ciento de los niños de primaria “son monolingües en lengua indígena”. Es una minoría aunque sin duda requieren un trato adecuado a sus singularidades.

 

Entonces y las más de dos terceras partes de la población, las ciudades grandes y medias donde habita la mayoría de oaxaqueños, ¿quién hará un Plan para ellas? Quedará desatendida o tendrá que volverse comunal, echando sus pasos hacia atrás, hacia un pasado que, incluso, ni siquiera sus ancestros vivieron: Oaxaca de Juárez, Tuxtepec, Salina Cruz, Huajuapan, Matías Romero…

 

Repiten hasta el cansancio su bondad comunitaria, añoran al Oaxaca autonomista de la vieja historia cuando el estado declaraba su independencia, ahora sería una autonomía sui generis pues esperan sostenerla con recursos federales; se nota en la diferente redacción de quienes juntaron sus escritos para lograr este singular documento su intención de mostrar a Oaxaca como una entidad fuera de serie, una ínsula de especialísima índole como para que todos los demás estados de la república comprendan que deben seguirla sosteniendo con sus impuestos, que el 97 por ciento del total de los recursos del estado que provienen de la federación se le siga entregando; sobre todo que la SEP provea siempre de los 13 mil millones de pesos que se destina acá al gasto educativo, sin que revise o se entere de la suerte de esos recursos, administrados ad perpetuam por un IEEPO dominado por profesores-sindicalistas-funcionarios nombrados por la Sección 22, excepto, hasta ahora, el director general que nombra el gobernador. Privilegio que les han otorgado y cuenta en la responsabilidad de los gobiernos desde 1992, con lo cual cada administración sexenal comparte con ellos la administración de esos cuantiosos recursos. En una suerte de cómplices-adversarios. Binomio que en el presente sexenio estatal casi ha perdido lo segundo al mostrar este gobierno una abierta subordinación a la gremial.

 

Con eso último quizá pueda entenderse que un gobierno apoye y defienda un “Plan” para “… volver atrás la rueda de la historia”, como dijera Carlos Marx de los grupos pre capitalistas que se oponían al desarrollo de las fuerzas productivas. Entonces, lo que podemos deducir es que se trata de oponer cualquier cosa para sostener el deplorable estado de cosas actual.

 

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