IEEPO y UABJO, ¿educar entre muertos?

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El sector educativo de Oaxaca se ha convertido en un monumental contrasentido, pues en vez de educar prepara ciudadanos para la violencia y hasta la delincuencia. Sin embargo, no se nota una preocupación del tamaño del problema.

La confrontación ha llegado lejos, no sólo por los daños en la formación de los educandos, ni por las horas-hombre perdidas por bloqueos de calles y secuestro de oficinas; ahora caen muertos profesores o universitarios, en los dos frentes “educacionales” de lo que podríamos llamar el submundo educativo de Oaxaca.

Los constantes enfrentamientos por las eufemísticamente llamadas recuperación de escuelas, que han confrontado a las secciones 22 y 59 del magisterio oaxaqueño, ya tuvo una primera baja, un profesor muerto en las calientes tierras de la Costa, Artemio Camacho Sarabia. Tema que apenas empieza a dilucidarse, pero donde los medios coinciden fue por repeler a balazos precisamente esa “recuperación” de la 22.

No debemos aceptar el ruido de las balas, menos en la educación asunto tan trascendente. ¿Cómo estarán los niños de esa escuela primaria “Libertad” en San Pedro Jicayán? Resulta difícil creer que el gobierno estatal y sus instancias ordenaran esa acción, tienen tanto miedo a la sección 22 y están tan preocupados en ya no hacer más ruido con ellos.

Menos ahora que el más pusilánime de todos los directores del IEEPO, Abel Trejo González, se encuentra fungiendo formalmente como director, pero realmente sólo es un rehén. Ese vacío de autoridad es muy grave, tan grave que por ello es que ya se están matando las partes en pugna. Al estar por completo Trejo a los dictados de la 22, ni aunque quisiera podría servir como autoridad mediadora del conflicto. De hecho tiene poca utilidad.

Sin embargo, los caciques locales con otro pequeño tirano presidente municipal al frente, el edil priista Leonardo Silva Palacios, fueron señalados de inmediato. Caciques acusados de ejercer el primitivo verso costeño de Efraín Villegas zapata: “Costa, canción y caricia/ borrascosa como el mar/ donde vivir sin matar la vida se desperdicia”.

Hace poco más de un año, en esa misma población una líder importante fue asesinada en su domicilio, Beatriz López Leyva. El presidente municipal ha sido vinculado por sus paisanos al crimen de la mujer quien fuera líder perredista. Edil violento y represivo quien mandó a su policía municipal a detener a un voceador y despojarlo de sus periódicos Noticias.

Pero si en las escuelas primarias empieza la mala educación, con ejemplos tan detestables como la intolerancia y la violencia, los resultados finales se obtienen en una universidad pública, la UABJO, que ha perdido el rumbo y razón de ser, que es una innegable universidad violenta y “porril”.

A l final de los años 70 del siglo pasado cuando el llamado movimiento popular universitario, como siempre cayeron algunos mártires, esto se daba en el enfrentamiento contra el gobierno. Hoy la autoridad universitaria aliada al gobierno reprime a estudiantes “rechazados”. Una historia aparentemente absurda pues los dueños actuales de dicha Universidad eran los reprimidos de los 70´s.

La violencia en este submundo universitario se incrementa, con las bajas registradas entre los estudiantes en el contexto de las pugnas electorales de la UABJO, pero también se han  visto involucrados hasta en supuestas vendettas delincuenciales, como en la que murió recientemente Consuelo Barragán Noyola, estudiante de derecho oriunda de Pinotepa Nacional.

Antes, en abril de este año, cayó muerto a golpes Edgar César Molano (a) “La Thalía”, también estudiante de la facultad de Derecho. Y en octubre de 2008 amaneció tirado muerto a las puertas de la facultad de derecho, José Pablo Huerta Pérez, estudiante del séptimo semestre de esa licenciatura.

En un amplio análisis publicado en el nuevo número de la revista En Marcha, (de reciente circulación) se hace un bosquejo del proceso de decadencia de esa universidad, donde el voto universal ha servido exactamente para hundirla cada vez más, haciéndola una universidad política y nada académica.

La lucha por conservar cotos de poder a cualquier costo ha corrompido la relación maestro-alumno, estos últimos son vistos sólo como número de votos, necesarios para ganar elecciones pero olvidados en su formación profesional. Lo que arroja los resultados negativos que hoy tienen a la universidad local como la de menor calidad en el país, con el subsidio más bajo de todas, debido a su escasa calidad y atraso de décadas.

Desde hace años los empresarios en su mayoría han decidido no emplear a egresados de la Universidad local. Dos motivos destacan en esa decisión: la escasa calidad académica y los vicios aprendidos en su “alma mater” que los hacen conflictivos e indisciplinados.

Por ello, los egresados enfocan sus baterías al sector público y la política, donde sus prácticas “porriles” y violencia tienen éxito. Entre los “porros” conocidos figuran quienes han sido presidentes municipales: Fredy Gil Gopar, en San Juan Copala y Alejandro Díaz Hernández, de Santa Lucía del Camino, por citar sólo un par de este tipo de políticos “porriles”.

Esta desviación formativa no es casual, tiene su explicación en un régimen educativo que así lo propicia. La única función de las autoridades educativas, IEEPO y UABJO, es atender problemas políticos, negociar “paros”, huelgas, manifestaciones, bloqueos, secuestro de oficinas, y casi nada lo relacionado con la academia y su calidad.

Ni Trejo González, ni Torres Valdés tienen tiempo para atender lo académico, es más quizá ni sabrían hacerlo. Esta terrible dinámica del sector educativo de Oaxaca no exige académicos en esos importantes cargos sino políticos de poca monta que manejen el presupuesto y repartan “el pastel” entre sus sindicatos y grupos de presión, nomás.

www.revistaenmarcha.com.mx y blaslc@yahoo.com.mx