La mafia blanca

Imprimir


Cuauhtémoc Blas

 

La cifra de negligencias médicas contra mujeres de Oaxaca crece de manera sostenida, negligencias que acá la jerarquía del sector salud llama elegantemente “partos fortuitos”. Pasan los meses y los años y esa dura dinámica continúa, con lo cual es claro que no tienen nada de fortuitos. (Fortuito: Que sucede inopinada y casualmente. RAE).

 

Se observa una tendencia creciente en las negligencias en las instituciones del llamado sector Salud, donde destacan la Secretaría de Salud y el IMSS, aunque se han dado de manera más numerosa y escandalosa en la primera. Desde que sucedió el caso de la indígena mazateca de San Felipe Jalapa de Díaz señora Irma López Aurelio que fue fotografiada con un celular cuando dio a luz en el patio del centro de Salud en ese lugar. Foto que dio la vuelta al mundo y destapó la cloaca blanca. Un reportaje a este respecto en el número reciente de la revista En Marcha en circulación es muy ilustrativo, donde apunta lo siguiente:

 

“Un cirujano les llamó la ´mafia blanca’. Están enfundados en sus batas de médicos pero ejercen como funcionarios públicos o burócratas, manejan y manipulan cifras millonarias en complicidad con sus subalternos y con líderes sindicales con un solo objetivo: mantener el statu quo para asegurar sus intereses económicos.

 

“Todo se trata de dinero que beneficia a los de arriba porque saben que con la salud se pueden justificar millones; habla con amargura un joven médico en Juchitán recordando las palabras de uno de sus maestros: ´en el sector salud trabajen con lo que tengan, con un lápiz o con un bisturí, pero de arriba no esperen nada´”.

 

Un veterano médico del sector oficial también se expresa con amargura de esa situación, decepcionado sostiene que esos graves problemas en Oaxaca se dan por la ausencia de tres cosas: supervisión, planeación e interés de quienes dirigen las instituciones médicas del estado.

 

“Me pregunto —expresa el experimentado galeno— ¿qué hace la dirección de atención médica? tiene un grupo de gente que cobra buenos sueldos y no hacen nada porque la cabeza no sabe dirigir, no hay estrategia, no hay planeación, no hay metas a cumplir, ¿qué van a normar si el otro no les dice lo qué se va a hacer?”.

 

Son muchas las observaciones, denuncias, acusaciones y nada sucede. Nadie es castigado, sólo un poco a los de abajo, pero los máximos responsables ni se preocupan, al titular de la Secretaría de Salud, Germán Tenorio Vasconcelos, cada negligencia lo reafirma en el cargo, ni cese ni castigo para él, quizá hasta recibe de su jefe unas palmaditas. Los del círculo cercano al poder haciendo negocios con las medicinas, lucrando con la salud y vida de la gente confirman el dicho de Albert Camus: “Cuando el erario es lo más importante, la vida humana carece de sentido”.

 

En el Hospital de Juchitán Macedonio Benítez, donde recientemente una doble “negligencia fortuita” dejó sin vida a un recién nacido y sin consultar le quitaron la matriz a la madre, lo trabajadores han declarado (en el mismo reportaje de la revista En Marcha) desalentados y hasta resignados: “El secretario no viene aquí a ver la realidad que se vive. Este hospital de 60 camas ha aumentado el nivel de atención, antes se atendía a 60 personas, pero hoy se atienden de 200 a 400, y en ocasiones por día se atienden hasta 700 personas, aparte los 250 de laboratorio. No hay esa sensibilidad de los altos mandos. En el 2013 no nos dieron ningún apoyo.

 

“Si nos preguntan (los jefes de SSO, claro) cuáles son las necesidades ya las saben: se requiere ampliar el hospital, aumentar el número de camas, incrementar el personal, renovar el equipo, dotar de medicamentos e insumos, eso se requiere, tienen la información. ¿Cuándo piensan actuar?” y agregan que desde su fundación no se ha renovado el equipo quirúrgico de ese hospital.

 

Sin embargo, se observa cada vez más un círculo vicioso, en un ambiente de trabajo saturado y reducido, donde no hay materiales, ni medicinas, ni aparatos elementales, ni el personal necesario, ni los pagos adecuados, a pesar de las sumas cada año más millonarias para la SSO. A esas carencias se suma la apatía y desgastada sensibilidad de los empleados, quienes detienen sus labores con facilidad y de igual manera mandan a las mujeres a parir en baños, patios y hasta a la calle, todo lo cual da como resultado esta situación límite del sistema de salud de Oaxaca que ha tocado fondo y sigue hacia abajo.

 

Simulación, desenfado, falta de ética, corrupción con los recursos para insumos, medicinas, instrumental, todo lo cual podría ser investigado y sancionado si hubiera una Comisión Estatal de Arbitraje Médico de Oaxaca (CEAMO) imparcial y objetiva, pero no es así porque se cuidaron bien de colocar en ese cargo a incondicionales de esa Mafia Blanca que se adueñó en este sexenio de la Secretaría de Salud. Una muestra de la abierta subordinación de esa Comisión la dio el año pasado con el parto de Irma López sin detenerse un poco en la gran notoriedad del caso, dijo la CEAMO:

 

“No hay negligencia médica. Son eventos fortuitos que salen de la competencia, los médicos tienen que dar un servicio eficiente, de calidad, oportuno y profesional; suceden estos detalles, bueno, hay niños que nacen en taxis, en las escaleras, en la puerta del hospital, porque son eventos fortuitos y esperamos que no se repitan.” Pero se han repetido 14, 15 veces ya van para la segunda decena y aún les llaman fortuitos.

 

En el proceso de nombramiento del titular de CEAMO los médicos reclamaban el servilismo de los diputados locales que aceptaron nombrarlo, obvio con el ya típico pago por evento, o sea “estimulados” por el ejecutivo para levantar el dedo. Así Mario Constantino fue puesto al frente de CEAMO, médico calificado por sus colegas sin trayectoria ni prestigio pero impuesto en ese cargo por su amigo Germán Tenorio Vasconcelos.

 

Con toda esta impunidad el futuro de las oaxaqueñas pobres que darán a luz es oscuro, sobre todo las indígenas. En tanto, el secretario de Salud, Tenorio Vasconcelos con su séquito de aduladores, se atreve a soñar con ser gobernador de Oaxaca, quién sabe de dónde se siente fuerte para el cargo creyendo que tiene en personajes como el diputado Samuel Gurrión abriéndole camino para lo cual lo dota de medicinas e insumos para sus giras, hasta de materiales caros como la campaña odontológica del diputado priista Juchiteco en su región. ¿Le abre camino? Todo indica que estamos ante otro peligroso caso de pérdida del sentido de la realidad.

 

www.revistaenmarcha.com.mx y lc.blas@gmail.com