Secuestrar la candidatura del PRD

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Cuauhtémoc Blas

 

Desde el año 2000 inició lo que se ha llamado el “Secuestro de la candidatura”. Ese año se formalizó, pero desde antes Vicente Fox, el ranchero locuaz, inculto y lenguaraz, sin ser de prosapia panistas fue lanzado para hacerse de la candidatura a la presidencia de la República, por el Partido Acción Nacional (PAN). Muy a pesar de gallones de ese partido, como Diego Fernández de Ceballos, logró su objetivo.

 

No estuvo sólo claro está, traía la representación de los capitales norteamericanos, entre las ventajas de esta alianza, la asesoría de los más expertos en marketing de aquel país, los de la Coca Cola. Empresa transnacional, por cierto, para la que trabajara Fox un tiempo. Fue formidable ese trabajo de imagen, donde se corroboró la máxima de que para la mercadotecnia todo es vender productos.

 

Jabón y políticos, lo mismo

 

Un jabón es un producto y un político también. Importa que sean de buena calidad, pero la ventaja del político es que cuando la gente descubre que su calidad es mínima no puede dejar de comprarlo como al jabón, sino tiene que aguantarlo seis años en el poder.

 

En el libró de Jesús Cantú, Asalto a Palacio, se puede leer mucho de este fenomenal trabajo del equipo que llevó a Fox y su banda al asalto de Palacio Nacional. También en las entrevistas a sus manejadores de imagen. Cómo hasta lo más adverso lo volvían favorable, como aquel “hoy”, “hoy”, con el que Fox se negaba a pactar un debate con sus competidores, Cuauhtémoc Cárdenas y Francisco Labastida.

 

La indigencia en materia de mercadotecnia de este último, Labastida, su falta de buenos asesores lo llevó hasta a inmolarse cuando quería contra atacar a su crecido oponente que lo rebasaba al grito de “caballo que alcanza gana”, dijo más o menos el pobre: Fox me ha llamado tepocata, hasta mariquita sin calzones…” Los eficaces y agresivos manejadores de Fox reían sin duda, tenían dominado al adversario, de hecho éste ya trabajaba para ellos con sus torpezas. De Cárdenas ni hablar, acartonado y aburrido sólo transitó en una candidatura testimonial.

 

No es para festejar que la mercadotecnia sustituya a las ideas, lo ideal es que fuera utilizada para una buena difusión de esas ideas. De hecho, Roy Campos sugiere “trabajar con esta herramienta no para entronizar a corruptos”. Eso sería un ideal, aunque hallar a realmente honestos sería como buscar agujas en el pajar. Después vimos un secuestro de candidatura más cercano y conocido, el de Peña Nieto y el grupo Atlacomulco de la candidatura priista en 2012.

 

Qué tenemos hoy en Oaxaca. El único que ha trabajado durante por lo menos cinco años para intentar hacer algo como secuestrar la candidatura de su nuevo partido el PRD o mejor aún la alianza de partidos PRD-PAN, es Benjamín Robles Montoya, el senador perredista. A diferencia del huero Fox, Robles tiene capacidad política, además de otras aconsejadas por Maquiavelo y Fouché, sobre todo de este último.

 

Ha sido interesante observar ese trabajo, por principio aceptó realizar los pasos necesarios del trabajo de imagen: bajó de peso, se limpió el rostro, cuidó su imagen y hasta buscó no asociarse con quien podría afectarlo, la disminución de las fotografías con el decaído en popularidad gobernador Gabino Cué es evidente. Le entró a todos los medios de comunicación, acentuó su presencia en las redes sociales, en Youtube hasta llegó a ser molesta con su propaganda, la disminuyó.

 

De cara sucia a tigre de Oaxaca

 

Echado para adelante, audaz, hizo que los Tigres del Norte lo nombraran su hombre en Oaxaca y le entregaron un nuevo mote, “El tigre de Oaxaca”. Un buen paso para dejar de lado el horrible apodo de “Cara sucia”, que traía de tierras michoacanas, y aludía a las manchas que tenía en el rostro y, sin duda, al trabajo sucio de espionaje que hacía como priista que era entonces para el gobernador de ese partido que lo contrató allá, Tinoco Rubí.

 

Ha trabajado duro el hombre, su voluntad de poder es innegable, aunque también su falta de controles ante las adversidades. Algo que lo exhibió como poco confiable fue su aguda crítica a su benefactor, por quien hoy es senador, a su ex jefe Gabino Cué. No es que sean falsas sus denuncias de la corrupción del actual gobierno, al contrario quizá hasta se quede corto, pero ser desleal a quien le dio demasiado, es un auto golpe. No por menos López Obrador ni siquiera contempló darle la candidatura de MORENA, nada quiso con el senador belicoso.

 

Es Robles el mejor posicionado en el PRD, pero todo parece indicar que ni con eso logrará la candidatura de ese partido al gobierno de Oaxaca. Alguien que ni medio año trabajó en busca de esa candidatura perredista, que no se le ve trabajo de imagen, sino todo lo contrario, con una imagen patética, una barbita blanca de cuidador de chivos de La Venta en Istmo, con aspecto desgarbado y sucio, José Antonio Estefan Garfias le puede arrancar la candidatura que buscó tener sin discusión Robles Montoya. Ya se verá.

 

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