PRD, PT, Robles, todos tienen razón

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Cuauhtémoc Blas

 

En lo dicho, hoy en Oaxaca los escindidos de los partidos de “izquierda”, no recalan en otro de la misma formación política, como se ve con la salida de Benjamín Robles del PRD. No se fueron a MORENA los insurrectos, es más el partido de Obrador no se beneficiará de eso, el beneficiario será, precisamente, quien se supone es el principal adversario de la “izquierda”, el PRI.

 

Cosa rara PRD y PRI son primos hermanos si no es que medio hermanos, ¿acaso no es ex priista reciente su actual candidato, Estefan Garfias?; Carol Antonio, el presidente estatal del PRD ¿no fue también priista desde los tiempos de Heladio Ramírez? Entonces, la alianza natural del PRD (“Izquierda”) era más con el PRI (Centro) que con su enemigo ideológico, el PAN (derecha). Desde aquí empieza la confusión. Y no para. Lo que pasa hoy en Oaxaca ofrece el recurso fácil del queso enredado, el quesillo, a los analistas de fuera. La coyuntura es un verdadero embrollo.

 

Robles tiene razón, pero también el PRD

 

No dice mentiras el Partido del Trabajo (PT) cuando sostiene que hubo favoritismo en el PRD hacia el pre candidato oficial del gobierno del estado, José Antonio Estefan Garfias, quien estaba abajo en las encuestas que siempre encabezó Benjamín Robles Montoya; tampoco inventan las huestes de Robles al reclamar que Pepe Toño apenas llevaba un año de militancia en ese partido, luego de abandonar al PRI que le negó una candidatura a diputado hace un año.

 

Es decir, las maniobras e irregularidades son tantas y por todos lados, que todos tienen razón. Pues tampoco es mentira lo que argumenta el PRD, que con la separación del PT de la Coalición Con Rumbo y Estabilidad por Oaxaca (CREO) y la candidatura de Robles, el principal beneficiado es el PRI. Un punto que la dirigencia nacional del PT y el político con ansias de caudillo, Benjamín Robles, por fuerza sopesaron.

 

Sin duda Robles sabe bien que ese paso dado apunta de inmediato a eso, a beneficiar a quienes hasta ese poco eran sus supuestos adversarios, los priistas, eso aunque él no lo quisiera. Quién sabe si sepa, eso sí, que con eso se perfila a ser un cadáver político, Cómo sea, ese paso lleva una gran carga letal, tanto para la Coalición que anhela seguir con su gobierno de cuates y cuotas, la del PRD-PAN, como también puede ser letal para Benjamín. ¿Quién confiaría ahora en él?

 

La razón de Robles Montoya

 

Del hoy candidato del PT se podrá decir que torció su camino forzado por las circunstancias, abandonado por su antiguo amigo el gobernador Cué, traicionado por quienes apoyó en los municipios desde su posición en el Senado, reducido y maniatado en la asamblea electoral perredista donde vio como “sus” delegados lo abandonaron, y donde pagó también sus desaciertos: la diputada federal Eva Cruz “de Diego”, por ejemplo, a quien impuso en esa posición haciendo a un lado a uno de sus leales, se fue con el bando contrario.

 

Robles tiene razón de que actuaron los operadores del gobierno. Cooptando el número necesario de delegados para hacer ganar a su precandidato Estefan Garfias, sobre todo desde el control de los ayuntamientos en manos de la coalición gobernante. Es usual que quienes manejen el poder del ayuntamiento, manejen el comité municipal de los partidos, y por ende a los delegados que mandan los partidos a las asambleas.

 

No le falta razón a Robles en sus argumentos, pero nada lo libra de aparecer como traidor. Él entró a esa jugada perredista a sabiendas de que la elección por delegados seguramente no le favorecería. Aceptar el resultado adverso, forzado si se quiere, pero previsible por todos, le afectaría; pero no aceptarlos es claro que le afecta más. En el primer caso quedaría en el triste papel de víctima derrotada; en el segundo de traidor y obseso de poder.

 

Miembros de los partidos políticos pequeños comentan que después de las pláticas con Benjamín Robles, sin duda éste se decidió jugársela en el PRD-PAN pues sólo esos partidos le ofrecían un piso suficiente de votos para aspirar a ganar la gubernatura, más de 300 mil votos; los partidos pequeño, PUP, PSD y algún otro no le daban ni 100 mil votos como punto de partida. Sabe pues Robles que muy difícilmente ganaría con un partido pequeño, o dos o tres de éstos.

 

Desafió Robles a gobierno y a las dirigencias del PRD; algunos grupos y municipios importantes lo acompañaron, los que por ello sufrieron el acoso de este gobierno “democrático y de transición”, antes y después de esas elecciones internas. Juchitán es uno de los castigados por haber apoyado a Robles Montoya, las dependencias del gobierno bloquean a este ayuntamiento y les retrasan sus participaciones municipales para crearle conflictos con sus empleados, policías y demás personal. A otros municipios les niegan la mezcla de recursos.

 

No se van con Benjamín

 

Empero, después de la derrota de Robles Montoya, tanto ayuntamientos como dirigentes de organizaciones (en ocasiones son los mismos) rechazan tajantemente irse a la nueva e inusitada aventura con Benjamín, eso ya es otra cosa. Una cosa es que rechazaran al ex priista que llegó a adueñarse de su partido, y otra secundar acciones que saben a traición, dígase lo que se diga.

 

Ahora despotrica el PRD contra el PT, con la alta moral de no haber presentado su informe final y cuentas claras de su administración, el ex rector constructor de la UABJO, Martínez Neri, acusó de que la salida del PT tenía la sospecha de que se fraguó para beneficiar al PRI. Pero si ya conocían al PT, ¿para qué lo invitan?

 

En 2004 el PT fue en coalición con el PRI con el candidato Ulises Ruiz Ortiz, a cambio le dieron a su entonces dirigente Mariano Santana la presidencia municipal de Juchitán. En 2010 el PT fue con Gabino Cué. Visionarios, procuran aliarse con quien tiene las de ganar. En este 2016 quizá no ganarán con su flamante candidato, pero la alianza tácita es con el candidato del PRI. Porque juntos, si pueden.

 

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