¿Fue asesinado Gazga Barenca?

Imprimir
La claridad de los padres de Gazga Barenca de que no fue accidental la explosión de cohetes con que muriera su hijo en la marcha magisterial del 14 de junio pasado y el ocultamiento de los peritajes realizados, así como el misterio  y la negligencia con que se manejan tanto los jefes policíacos como los jefes de la sección 22, conducen a preguntar: ¿Fue asesinado Alberto Gazga Barenca?
Dicen con toda claridad, en dos escritos firmados por ellos, los padres, y entregados a la prensa en acto reciente: “Consideramos que la muerte de nuestro hijo no fue consecuencia de un accidente, por la forma impresionante como se dio…”. En el segundo documento entregado a los comunicadores concluyen: “Qué se dé con los responsables de su muerte y se castigue ejemplarmente a los autores intelectuales o materiales”.
Los padres del joven fallecido, Alberto Gazga Pérez y Yesenia Barenca López,  sostienen que deben esclarecerse las  circunstancias previas al estallido, “como el paso de una veloz motocicleta con dos individuos arrojando algo dentro de la camioneta que llevaba algunos metros en movimiento y el grito de alerta de nuestro hijo Alberto a sus compañeros segundos antes de la tremenda explosión”.
Y agregan: “Es falso que el vehículo transportara atados de cohetones o recipientes de gasolina o bombas molotov o pólvora, como en los medios se ha difundido, es falso también que en forma imprudente fueran quemando cohetes dentro de la camioneta, ya que Alberto o alguno de sus compañeros bajaban del vehículo y en un lugar seguro encendían cada cohete, con la ayuda de un artefacto para sostenerlo, cohetones que efectivamente iban sueltos en la batea del vehículo y que no pasaban de una docena, dato que la Comisión Organizadora de la marcha sabía, que difícilmente podrían provocar una explosión como la ocurrida. O la actitud extraña de un grupo de encapuchados que caminaban en torno a la camioneta momentos antes del suceso”.
Todos estos datos son de investigaciones que la familia ha tenido que realizar con personas que estuvieron en el lugar de los hechos antes y después del suceso. Y afirman con seguridad que hubo perpetradores de la explosión, que Alberto fue asesinado, en un documento que también entregaron a la sección 22 y ostenta la firma de recibido de “Azael Sgo. Chepi”.
Yesenia Barenca López, madre del joven muerto a los 22 años de edad, sostiene firme que no fue un accidente, que no pueden aceptar esa versión porque los hecho indican lo contrario, pues la explosión fue de una magnitud que casi arrancó una pierna del muchacho; para la atribulada madre no es creíble que la explosión se haya producido por los cohetes, y tampoco acepta que llevaran gasolina en la camioneta, como fue del dominio público de inmediato y versión que sólo podían emitir los cercanos a la camioneta y el “accidente”, como es evidente.
Indigna a la señora que culpen a su propio hijo del suceso, de que por error o negligencia del muchacho se diera la explosión. “A él le encargaron esa comisión de llevar los cohetes, y él era muy cuidadoso y responsable, eso lo sabe el mismo Azael Santiago Chepi porque nos lo dijo, dijo que Alberto era un joven muy responsable y cuidadoso, que desde que llegó a ponerse al frente del Hotel del Magisterio los problemas de éste se habían resuelto y entregaba cuentas puntuales y exactas”.  
Lo anterior fue expresado en la primera entrevista con el dirigente luego del triste suceso, después todo cambió, los dejaron solos y ahora hasta los acusa Chepi  de estar en contubernio con el gobierno del estado para desprestigiar al “Movimiento Democrático Magisterial” (sic) al ofrecer la conferencia de prensa en “lujoso restaurante”, el “Terranova”.
Sabemos que Chepi, el dirigente de la sección 22, es poco avezado y que no es maestro sino músico del grupo “Explosión musical”, y que heredó plaza de maestro, como muchos, pero no puede uno dejar de acusar el golpe ante tanto atropello a la inteligencia. Ni los maestros podrían creer  eso de “lujoso restaurante”, al referirse al “Terranova”, un lugar frecuentado por la clase media, donde los padres del caído organizaran la conferencia de prensa para dar a conocer lo que aquí se relata.
Alberto no era sindicalizado, sino empleado directo del Sindicato, aunque cobraba como empleado de confianza del IEEPO, sin derechos ni prestaciones, por ello la dirigencia de la sección 22 dispuso una “cooperación” de 20 pesos a cada uno de los más de 70 mil “profes”, casi  millón y medio que no se entregó a los afectados. Los padres de Alberto piden esa indemnización, además de dos plazas del magisterio, para el hermano y para el padre del mismo. La dirigencia del magisterio que con un tronar de dedos podría sacarle eso y más al IEEPO, se niega.
Hay muchas interrogantes en este caso: ¿Por qué no hicieron mártir también al joven caído? ¿Por qué Chepi esconde los resultados de un estudio de peritos de la UNAM que pidió la propia sección 22?
NOTAS AL MARGEN: Para alegrar este fin de semana, algo de maese Alejandro Luna de su mensual Humor Oaxaqueño: El Shérif Azeituna, aparte de agudo observador, es muy bromista; de cualquier evento hace un chiste o usa su sarcasmo letal para burlarse de los errores de sus compañeros políticos.  
Hace poco, se encontró, en una actividad de la Secretaría de Economía, al director del IEDPEO (Instituto Estatal Despreocupado Por la Educación Oaxaqueña), Caín Troje.
El poeta Caín, hacía poco había realizado un tiraje de diez mil ejemplares de su magna obra: “Oaxaca vives en mí, y yo por ti doy la vida”, libro que despertó gran entusiasmo entre los estudiantes del sistema Braille.
Sin embargo, para el resto de la humanidad, el mamotreto fue repudiado, habida cuenta las mil y una puñaladas que arteramente le fueron atizadas a la gramática. Por supuesto, eso no podría decirlo en público el bardo  y político istmeño.
—¿Qué pasó ingeniero? —saludó cortésmente el Shérif Azeituna al escritor— ¿Cómo va el nuevo libro?
—¡Muy bien, muy bien, hermano!—respondió el político, a quien solamente le compró dos libros Jorgín Chamorro —. ¡Ya tiré otros mil! —mintió para apantallar al turco.
—¡Tíralos todos de una vez! —sepultó el Sherif— ¡Ninguno sirve!
www.revistaenmarcha.com.mx y blaslc@yahoo.com,mx