Los “recursos” propios de la UABJO

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Oaxaca de de Juárez.- Joaquín López Dóriga, el conductor de Televisa, se refirió una noche en su noticiero con desdén, si no es que con fastidio o desprecio, a la UABJO, cuando anunció: “Y acá llevan 25 días sin clases desde que iniciaron el 24 de agosto”. Algo así dijo, dejó correr las cotidianas imágenes de la rectoría de la Universidad local “tomada” por porros de un bando o de otro, un día sí y otro también, y con su expresión de hastío pasó a otro asunto.

Cómo dirían los abuelos: “Para vergüenza, si tuvieran”. Pero acá no tiene nada coherente, es una Universidad sin clases, una institución que no lo parece, es más bien un campo de batalla de grupos que se disputan exclusivamente los recursos universitarios. El botín a mansalva, que son los recursos públicos de la universidad, que llega a  manos de los diferentes grupos que dominan rectoría, facultades, escuelas, institutos y preparatorias.

No hay ninguna disputa en torno a cuestiones pedagógicas, de teoría de la educación o rumbo de la Universidad, ni siquiera ideológicas. Es un pleito descarado y descarnado por el dinero que extraen de la Universidad. Un cotidiano conflicto que llevó a la UABJO más abajo del sótano, con directivos indolentes e incapaces.

Esos pleitos por el dinero dentro de toda la Universidad iniciaron en la época en que fue rectora Leticia Mendoza Toro (“La Loba”) y se recrudece hoy en una magnitud sin precedente con el actual rector, Rafael Torres Valdés (“El Pingüino”).

Mendoza Toro, para quedar bien con su “clientela” dejó la administración de los ingresos propios de las escuelas y facultades a sus respectivas administraciones. Esos ingresos son por concepto de inscripciones, cursos, servicios. Pero como tienen que entregar parte a la administración central de la Universidad, pues los incrementan, de tal manera que un alumno de nuevo ingreso, en promedio, desembolsa 12 mil pesos para entrar a la UABJO y ver pasar el tiempo en una de las escuelas más caras pero de menor calidad del país, con pocos días de clase, sin investigación, sin innovación, con muchos maestros que además les venden calificaciones, aún cuando no reprueben.

Desde esta decisión de Mendoza Toro se intensificó la violencia, por eso decimos y es evidente, que los pleitos en la UABJO, actualmente, tanto en Derecho como en la Escuela de Enfermería, tienen una simple y llana explicación: el botín generado en las inscripciones. Los directores de escuelas y facultades consideran de su propiedad el dinero que pagan los alumnos por concepto de nuevo ingreso, por eso  “luchan” por ampliar el número de nuevos ingresos, porque al vender 56 en enfermería (ya se los autorizaron),  40 en derecho (aquí aún no y pedían 100) a 12 mil pesos cada lugar, las ganancias son buenas. “Educación primero pa’l hijo del obrero”.

Pero veamos lo que pasó recientemente en Enfermería donde, no obstante, la autoridad real en esa escuela, Georgina Corazón Saavedra, ya se había puesto de acuerdo con los jefes de la rectoría (léase la familia Martínez Helmes), en que sólo aceptaría este año a 250 alumnos de nuevo ingreso, incluso en relación amigable rectoría hasta les enviaba a los tradicionales recomendados, de pronto, estalló un conflicto.

Sucedió que el tope de nuevos ingresos, que les marca y exige la SEP, fue rebasado en un 20 por ciento, pues son más de 300 nuevos alumnos los que aceptó la autoridad de la escuela. Pero no sólo cobran por concepto de inscripciones, ahora la brillante dirección formal y real de Enfermería tuvo una sesuda innovación expoliadora: inventarles un curso propedéutico a los de nuevo ingreso, claro, con su respectivo pago; además de otro dinero para asegurar el ingreso. El dinero del propedéutico está destinado a estimular a sus profesores “leales”, a sus porros, pues es sabido que éstos profesores reciben por “hora-clase” entre 35 y 70 pesos. El dinero extra es para quienes dominan la dirección de esa escuela.

Lo dinámica anterior es lo que motivó  la movilización, toma de rectoría, bloqueó de la avenida Universidad y todo el escándalo que por dos semanas afectó a la ciudadanía, la única realmente afectada, pues la UABJO, que no tiene semana completa de actividades tampoco tiene ya nada que perder al haber perdido su rumbo y objetivos.

La UABJO estuvo dos semanas tomadas por derecho y enfermería, el viernes de la semana anterior anunciaron que dejaban libre la Facultad de Derecho, la dejaron el fin de semana y el lunes la volvieron a tomar. Un día anterior, el jueves, pidieron la intervención de la Procuraduría de Justicia del estado, llegó el procurador Evencio Nicolás Martínez (también cobra como maestro de tiempo completo de esa Universidad) desalojaron sólo a los Derecho, cuando les dijeron que estaban también los de enfermería en posesión de rectoría y bloqueando la avenida, respondieron que sólo acudieron a atender lo de Derecho y se fueron.

Derecho cejó un rato de su activismo, pero sólo es una tregua, ya volverán. Enfermería llegó a arreglos de verdad extraños, pues los “negociadores” de rectoría les dieron hasta lo que no exigían en su pliego petitorio, como es la construcción de una cafetería. De lo más insólito fue que negociaran cambiar a la directora, Cristina Castillo Mesinas, sólo para poner como nuevo director a Roberto González Tovar, un sobrino de quien realmente dirige esa Escuela, Corazón Saavedra.  Además de aceptar rectoría los 56 lugares de nuevo ingreso, con el eufemismo de que era decisión del Consejo Técnico de Enfermería. Acuerdos que constan en una minuta, aunque otros sustanciales fueron suscritos por debajo de la mesa.

Un auténtico rosario de incongruencias, que no cabría acá, se da en la UABJO; el rector, con toda la gente que tiene consigo, no cuenta con un grupo negociador o con los llamados operadores políticos; no cuenta ni consigo mismo pues se desaparece en vez de afrontar los conflictos, no acude a las sesiones del Consejo universitario, y ni siquiera a actos que le podrían dar lucimiento como fue la inauguración del Segundo Congreso Nacional del Consejo Mexicano de Ciencias Sociales que, por cierto, no pudo realizarse en el campus universitario por estar cerrada la UABJO.

En tiempos de crisis tuvieron que pagar un hotel para ello. Y para que no se viera que en esa institución algunos trabajan y muchos otros no, ese congreso no recibió la debida difusión institucional que merecía. Arturo Mejía, comentan, debió decir que no era prudente mostrar que acá si están trabajando, mejor no darle difusión.

De nuevo cobra actualidad la máxima filosófica del ex “rector de la obras” (carísimas), Martínez Neri: “Cuidado con matar a la gallina de los huevos de oro”, en alusión a la posibilidad de que la federación no sólo recorte el presupuesto de la UABJO, como ya lo venía haciendo antes de la nueva crisis, sino que hasta intente cerrarla de manera oficial, pues de hecho casi siempre está cerrada.

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