.- La guerra ikoots vs ikoots.

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Cuauhtémoc Blas

 

No son pocos los pueblos de Oaxaca que después de sus elecciones desatan pleitos que también no pocas veces desencadenan auténticas masacres. Los 17 muertos de San Mateo del Mar es el saldo más reciente. Desde hace mucho el régimen de usos y costumbres debió quedar atrás para inscribir a todos en el de partidos políticos, de acuerdo a la legislación federal.

 

Es innecesario sostener esa doble forma de elección, por partidos y por la mano alzada o rayita en el pizarrón, cuando en esos mismos pueblos se realizan elecciones de diputados locales, diputados federales, senadores, gobernador y presidente de la república por partidos. Los propagandistas del atraso deberían, al menos, cuidar las formas y hacer que en todas esas otras elecciones los pueblos participaran también a mano alzada, rayita en el pizarrón o por aclamación.

 

Eliminar usos y costumbres y desarmarlos

 

El primer paso sería eliminar esa votación asambleísta, para tratar de detener la violencia poselectoral en los pueblos de usos y costumbres, toda vez que ya sólo en ellos se da esta violencia. Y con todas esas masacres, hay quienes aún los ponen de ejemplo.

 

Otro paso contra la violencia sería desarmar a esos pueblos, ¿Por qué no entra el ejército a quitarles las armas? Si desde cuando se sabe que estamos ante hordas violentas y asesinas, refugio de extorsionadores y la delincuencia organizada. Que se hagan llamar antieólicos o Frente Único, no debiera confundirnos, nada de eso son.

 

¿Por qué este 21 de junio la Guardia Nacional aun estando en la zona dejó que se diera la masacre? Lo mismo hizo la Fiscalía y todas las policías. Ni la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca, hizo su trabajo, avisada como estaba de la inminente violencia. Ninguno de los que deberían ser garantes del Estado de derecho cumplió.

 

Un tercer paso sería la urgente introducción de empresas con recursos federales (los estatales son de uso exclusivo de la familia que gobierna). Ya se han estudiado y ensayado en esa zona de lagunas de mar granjas de camarón, por cierto, hace unas tres décadas empresarios del norte del país llegaron a esas lagunas y concluyeron que era el mejor ecosistema para tal actividad. Se fueron de inmediato al conocer la inseguridad en la tenencia de la tierra y los conflictos consabidos.

 

Les urge educación y cultura

 

El cuarto paso sería un programa urgente de educación y sensibilización humana. Podrán seguir los indigenistas trasnochados con sus retahílas de la gran cultura Ikoots pero eso es insostenible. ¿Qué cultura y menos qué humanismo pueden tener quienes secuestran, torturan e incineran a sus propios hermanos?

 

Es más, el reportero Alfonso Morales documentó que el 23 de junio, cuando los familiares de los asesinados querían enterrarlos en el panteón, las autoridades de la agencia de Huazantlan les negaba ese derecho, el último, antes de desaparecer totalmente de esta tierra. Y eso que iban escoltados por diversas corporaciones, apunta el reportero.

 

Se impone esta pregunta indigenistamente incorrecta: ¿Ante qué tipo de seres humanos estamos? Ni muertos sus adversarios pueden ser un poco condescendiente con ellos. Decíamos en la entrega anterior que esa demagogia e inútil literatura indigenista ha hecho un daño brutal a los pueblos, nunca se han acercado a dar soluciones; las ONG se dedican a recibir recursos del extranjero y de nada han servido, aquí están los sangrientos resultados.

 

Las organizaciones sociales de supuesta defensa de esos pueblos, se dedican a oponerse a todos los proyectos neoliberales, algunas veces con argumentos, pero en vez de contraponer proyectos adecuados a esos ecosistemas y poblaciones, se reducen al pedir y pedir recursos, clínicas, dádivas.

 

Es cierto que las autoridades electorales y la Secretaría General de gobierno, la Fiscalía de Oaxaca y la Guardia Nacional no sirven de mucho, pero eso no justifica que esos oaxaqueños se pongan a matarse entre ellos por inconformidades electorales o por cualquier motivo como acostumbran.

 

Es evidente las fallas de civilización, urge atender este punto, pues, como reza el lema de la UNESCO: “Porque la guerra nace en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde debe ser derrotada”.

 

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