.- Refundar a la UABJO

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Cuauhtémoc Blas

 

Ya no se trata de realizar solo reformas o arreglos a la UABJO, su crítico estado exige una refundación. En cierto momento uno de los veteranos profesores emitió casi un veredicto: La Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca ha tocado fondo y sigue hacia abajo.

 

Hace unos 20 años, desde que nos ocupábamos del asunto universitario, aún laboraba en sus aulas una generación de universitarios destacados, hoy la mayoría jubilados o apartados de la institución.

 

Ellos nos expresaban que la UABJO aún tenía remedio, con real voluntad se le podía salvar. En una de las últimas ocasiones que encontramos a uno de nuestros interlocutores, nos dijo: “Ahora sí, la UABJO ya no tiene remedio.”

 

Gobiernos federal y estatal, sin interés

 

En eso años preguntamos a dos altas autoridades si no podían hacer el esfuerzo de componerla, como se hizo con las Universidades de Puebla y Sinaloa. Nos dijeron que para ello necesitaban de los gobiernos federal y estatal. Por lo menos del estatal. Lo que después quedó claro es que a este último le conviene el deplorable estado de la Universidad.

 

Sólo con esos poderes sería posible limpiar la UABJO de los caciques y jefes de “porros” con los que la controlan. Para tenerlos de su lado les pagan dando de alta a muchos como profesores. Desplazando a los buenos maestros, casi ya no hay de tiempo completo.

 

A los buenos maestros los jubilaron o despidieron para despedazar esos tiempos completos y meter a sus “porros” en abierta destrucción de la enseñanza. Incluso, han corrido a maestros eméritos. Uno de ellos, a quien entrevistamos a principios de 2011, sostuvo lo anterior con su propio caso. “Están entregando nuestras horas-clase a sus incondicionales”, declaró en referencia a los de “La familia.” Propuso entonces el prestigiado abogado Antonio Aquino Aragón:

 

“Cerrar la UABJO dos semestres, liquidar a todos: profesores, funcionarios, empleados; después recontratar profesores seleccionados según el perfil de sus credenciales (…) Si una persona moral no cumple sus objetivos se le debe liquidar, y es el caso de la UABJO que no cumple como formadora de profesionales, de difusión de cultura y ciencia y tampoco tiene investigación. La UABJO es hoy un lastre más de Oaxaca”.

 

Universidad de sindicatos y “porros”

 

Además de la imparable proliferación de sindicatos. Aunque por el lado de los trabajadores sólo uno de ellos tiene la titularidad del contrato Colectivo de Trabajo (STEUABJO), igual que con los académicos (STAUO), todos hacen paros que son auténticas huelgas ilegales.

 

En los primeros meses de cada año la inestabilidad se extiende por lo menos hasta marzo, con amagos de cada gremio, incluso el STAUO dividido en tres facciones, somete a la Universidad a otros conatos adicionales, de manera que en la práctica no son seis sindicatos sino ocho. Además de otros conflictos y desacuerdos, exigencias de las tribus y “porros” que detienen la actividad cualquier mes de año.

 

En este 2020 fueron casi dos meses de huelga, que se pegó a la pandemia en marzo. En promedio pierden dos meses del calendario anual. Eso liquida las posibilidades de una buena formación profesional.

 

Ese tiempo nunca se repone, es un eslabón faltante en la larga cadena formativa, que merma la calidad profesional de los egresados. Y si a eso le aunamos la ausencia de planificación, de buenos directivos y peores maestros, el panorama es desolador.

 

Nueva Ley Orgánica, insuficiente

 

Hay quien casi festeja: “Listo se evitó que metieran a uno ajeno a nuestra banda de la UABJO, ora vamos por nueva Ley Orgánica y a seguir la fiesta.” Algunos jubilados que medraron en cargos de rectoría y contribuyeron a su degradación.

 

Pero no es tan fácil, una simple legislación no arreglará tan colosal problema. No se trata solo de cambiar leyes sino de cambiar una realidad, y aunque lo primero es necesario, no es ni de lejos toda la solución. Refundar, puede ser el verbo, pero habrá que esperar si en un par de años hay un gobierno estatal que le interese la UABJO.

 

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