.- Oaxaca lo tiene todo: miseria, emigración, pésimos servicios de educación y salud, corrupción…

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Cuauhtémoc Blas

 

Oaxaca lo tiene todo: miseria, de lo peor en transparencia gubernamental, empresas fantasmas, desatención a la salud, corrupción. Efectivamente, Oaxaca tiene todos esos lastres. Tal cual lo reflejan los datos del censo reciente.

 

Un solo dato fulminante nos ubica en los más bajos indicadores socioeconómicos. Cinco años después, el promedio de educación en la entidad sigue estacionada en 7.5, por debajo de la media nacional que es de 9.2. De ahí sigue nuestro cúmulo de rezagos. Comprensible en tanto el subdesarrollo de un pueblo está en la cabeza de su gente. Solo por este dato el titular del IEEPO, Francisco Ángel Villarreal, debió ser prudente y no querer vacilarnos con que ha realizado una epopeya educativa, aplaudido por su granja de bots. Ridículo.

 

La demagogia del turismo

 

Pero la publicidad gubernamental, como siempre, en vez de anunciar logros que por lo demás no hay, sale con que Oaxaca lo tiene todo para el turismo. Actividad del sector servicios de la economía, que, si bien con una buena planeación del desarrollo podría servir para fortalecer, no es la principal vocación de Oaxaca.

 

La principal vocación económica es la forestal, y a esa nadie la atiende. En sucomparecencia el secretario de Desarrollo Agropecuario, Pesca y Acuacultura (Sedapa), Gabriel Cué Navarro, casi ni se ocupó del tema. Lo más destacado fue el reclamo que le hicieron los diputados dudando de su honestidad: que los 200 millones de pesos de programas y fideicomisos bajo su administración han ido a parar a los bolsillos de sus amigos empresarios.

 

De espaldas a esta principal vocación, prefieren acentuar la demagogia del turismo que está lejos de tener los efectos multiplicadores para crear riqueza y mayores empleos, lo que solo puede hacer posible el sector primario de la economía, la industria. Cierto es que la entidad tiene vestigios arqueológicos y monumentos coloniales, así como playas y bosques. Los dos primeros heredados del pasado; los últimos son regalos de la naturaleza.

 

Thomas Boone, llamada de atención

 

Hace años un personaje con autoridad académica dejó dicho algo trascendente. Fue el eminente biólogo doctor Thomas Boone (QEPD), quien trabajó en el Instituto Tecnológico de Oaxaca, e hizo importantes aportaciones a la biología, con la clasificación de especies de animales y plantas que llevan su nombre.

 

Destacó el científico como gran desarrollo tecnológico el totopo del Istmo de Tehuantepec. Una tortilla cuya caducidad es lejana, misma que sin calentar puede comerse gratamente. Hay mucha riqueza en Oaxaca, aceptó, pero es la natural o del pasado, ¿ustedes en estos tiempos que han creado?

 

No hubo respuesta. La pregunta siguiente sería, ¿cuánto han destruido? Los bosques naturales se ven a diario saqueados, desde hace décadas los contrabandistas venden esa madera a orillas del Río Atoyac, con la impunidad que les han otorgado en todos los tiempos Sedapa, Sagarpa, Semarnat y todas los demás cuasi elefantes blancos

 

Rivera, a la ribera de las críticas

 

El secretario de Turismo, Juan Carlos Rivera, no tuvo el cúmulo de críticas y reclamos que los anteriores, pues de suyo esa pequeña Secretaría tampoco tiene gran actividad y menos ahora que la Coordinación de Comunicación Social se apropió de todo ese negocio de la difusión institucional. Acaso incurrió en exageraciones para apuntalar su gestión. Habló de sus planes para traer “turismo de lujo” a la entidad.

 

¿Cuál será ese “turismo de lujo” que presumió el funcionario? Está claro que los turistas verdaderamente ricos de los países desarrollados no viajan a países pobres, como el nuestro. Esos viajan de países ricos a países ricos. Lo anterior puede leerse en una publicación que hizo la UNESCO hace algunos años.

 

Tampoco puede presumirse mucho un Centro de Convenciones para tres mil personas, es muy pequeño, y ya tiene goteras. Debe tener mantenimiento permanente para aprovechar lo que se pueda de dicho centro, sin sobrestimarlo.

 

No son pocos los proyectos turísticos de los pueblos, de gente de la iniciativa privada y social que avanza sola, sin la atención del gobierno, y ni la esperan. Por eso se dice que Oaxaca sobrevive no por su gobierno sino a pesar de él.

 

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