Cuauhtémoc Blas
“En política no hay sorpresas, sino sorprendidos”, reza la frase de dominio popular del viejo refranero mexicano, que se emplea bien en los actuales procesos de precandidaturas de los partidos políticos en Oaxaca. Hay muchos casos donde aplicar este refrán: con Jesús Romero, “Charbelín” —muy estimado por Ulises Ruiz—, quien, para sorpresa del respetable, fue infraccionado por su propaganda adelantada, aunque lo que dejó sorprendidos a muchos fue el monto de la multa, 4 mil 481 pesos.
Habrá varias sorpresas y varios sorprendidos con los resultados al culminar el periodo de las precandidaturas. No es fácil conciliar aspiraciones, y menos someter con imposiciones. Lo anterior se da en ambas alianzas: en “Va por México”, cuyos principales protagonistas PRI y PAN no se ponen de acuerdo del todo; así como en la de Morena-PT-Verde, “Juntos hacemos historia”.
Barruntos de “chapulineo” por coaliciones
Hay barruntos de “chapulineo” desde ambas coaliciones. No serán pocos los municipios donde algunos que esperaban ser candidatos, al no lograrlo, se vayan con otro partido. Los partidos morralla alistan sus alforjas para acogerlos: PANAL, PUP, Fuerza México, PES, Redes Sociales (pseudo) Progresistas…
La posicionada marca Morena quizá pueda remontar, en la mayoría de casos, las escisiones de sus miembros. Oaxaca es territorio de AMLO, quien aún sostiene fuerte a su partido. Los opositores aliados PAN-PRI-PRD, están en posición muy débil en Oaxaca.
En la siempre compleja consolidación de alianzas, y, sobre todo, en las condiciones de gran debilidad de los opositores, los arreglos cupulares y la imposición de candidatos los hace más débiles. Si bien una regla para que funcionen las coaliciones de partidos en esta contienda, es que presenten dichas coaliciones al menos en la mitad de los 153 municipios (de partidos), los militantes exigen que se les respete su candidatura donde son la segunda fuerza. Esa es la postura del PAN en el municipio de Oaxaca.
Fuerte disputa en los municipios
Morena plantea que elegirá a sus candidatos por encuestas y por la famosa tómbola; sus opositores, por acuerdos y negociaciones de sus dirigencias. En ningún caso la base militante tiene importancia. De ahí los fuertes conflictos. En algunos casos hay mucho ruido, como en el notorio municipio de Oaxaca; en otros se da de manera soterrada, en espera del momento decisivo.
Dos municipios ilustran esos presagios de “chapulineos”. En el municipio de Oaxaca, la imposición del priista Javier Villacaña está haciendo añicos la alianza PRI-PAN. No solo por estar muy cuestionado, también porque los panistas se sustentan en ser la segunda fuerza política en la municipalidad. El PAN estuvo 50 por ciento abajo de Morena, en la elección municipal de 2018; el PRI, el 75 por ciento abajo. Son los números de la votación más cercana. Aquí también hay barruntos de que los inconformes del PAN vayan con otro partido, fuera de la coalición.
En Juchitán, Gloria Sánchez y su hermano Héctor quieren volver a gobernar el municipio; Emilio Montero, actual presidente, con la bendición de Salomón Jara, tiene casi segura la nominación por Morena, pero sólo como candidato a la reelección; ahí está visto que cuando la COCEI se divide, gana el PRI. Lo que puede volver a ocurrir si los Sánchez van a la contienda con otro partido; y si hace lo mismo Héctor “Yodo”, a quien apoya Leopoldo de Gyves, muy dado este último a colaborar con la familia Murat (y a no pagar la luz de su casa a la CFE).
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