.- Cocei-Morena, se despedaza en Juchitán

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Cuauhtémoc Blas

 

Desde 1989 la COCEI ya estaba muerta, sentenció el escritor juchiteco Víctor de la Cruz, “Pero como las aves de rapiña, para seguir viviendo de él necesitaban el cadáver embalsamado de quien en vida había llevado ese nombre”. Ese cadáver recibió a Carlos Salinas de Gortari el 20 de marzo de 1990, con Héctor Sánchez como presidente municipal de Juchitán, dejó escrito de la Cruz.

 

“Eran esperanza democrática, pero degeneraron en demagogia y corrupción”, asestó el periodista Elías Chávez en la revista PROCESO en 1989. Histórico reportaje réquiem de la Cocei; fue cuando la embalsamaron para venderla a los mejores clientes. (En Marcha núm. 31, octubre de 2001).

 

El afamado pintor juchiteco, Francisco Toledo, quien invirtiera tanto en el surgimiento de la organización, ya la había desechado; descolgó su rica colección de pinturas de la Casa de la Cultura de Juchitán que él fundó y salió ese mismo 1989 para jamás volver a pisar suelo Juchiteco. De ese tamaño fue su decepción.

 

COCEI, cadáver embalsamado

 

Los aventureros cebados en su mina de oro, hicieron pedazos ese cadáver embalsamado para medrar cada uno con su parte, obtener fortuna bajo chantaje y presión, invadir terrenos de propiedad privada, conseguir concesiones de taxis y mototaxis, hacer todo tipo de negocios como constructoras y líneas de autobuses, sin dejar de ostentar cargos y el dinero público.

 

Cada quien roe su parte en su marcado territorio, pero cuando se trata del botín mayor, cuando se trata de la presidencia municipal, la lucha es a muerte; esa es la joya de la corona, la de los negocios enormes, del “bichichi”, del manojo de lana, la oportunidad de tener la dicha inicua de gastar a manos llenas el dinero que no es propio, que es del pueblo.

 

En el actual proceso electoral 2021, se atacan con garras y dientes tres beneficiarios de los despojos de lo que fue uno de los más destacados movimientos municipales en las postrimerías de los años 70 del siglo pasado, de la COCEI, quienes últimamente se incrustaron en el gobernante partido MORENA. Ya buscaron las delicias del poder desde aquel extinto PPS, luego el PRD, PT, Convergencia, PUP. Ahora con el religioso y derechista Partido Encuentro Solidario (PES).

 

La decadente, la embalsamada COCEI, la que traicionó a sus mártires y héroes, camina hoy con sus tres sepultureros que como zombies se dirigen babeantes en pos del erario, su único dios. Los dos coceistas ex morenistas y el morenista ungido, en guerra sin cuartel:

 

Emilio Montero, actual presidente municipal que quiere reelegirse usando al PT, luego de salir de Morena; con el PES, Gloria Sánchez, quien quiere volver luego de abandonar a Morena; con MORENA, y como cuota a la S 22, fue ungido Héctor Pineda Santiago, cuyo “mérito” es ser hijo del famoso Víctor Yodo.

 

Tres sepultureros: Montero, Gloria y Pineda

 

Montero va con sus tutores, Salomón Jara y Antonino Morales, “Nino” el de San Blas. Han tirado el señuelo que se han separado, pero el endeble Montero tiene dependencia plena de ambos siniestros personajes; Gloria va con su manejador, su hermano Héctor Sánchez, casi contra la pared, con décadas de acopio de desprestigio, y los 65 millones de pesos de apoyo para el sismo, que, acusan, ella no entregó a la población cuando fue presidenta municipal.

 

El peor acompañado es Héctor Pineda, “Yodo”, lo más granado de la canalla coceista va con él, y nutren su planilla con su gente y sus familiares: Leopoldo de Gyves de la Cruz, Alberto Reyna Figueroa y Roberto López Rosado. Vaya compañías, auguran romper todos los récords históricos de las desgracias juchitecas.

 

Aquí también hay señuelo, dicen que Pineda es cándido párvulo engañado por ese trío, cual si tuviera 20 años y no lo doble; él también tiene su historia negra de cuando fue Secretario de Finanzas de la Sección 22. Aquí se aplica aquello de “dime con quién andas y te diré quién eres”. Que se cubran con sus poses es otra cosa. Cuando la Cocei se divide ponen al PRI en condiciones de ganar, lo cual sería otra desgracia. Tiene el municipio, por suerte, opciones de la sociedad civil.

 

La Cocei frisa los 50 años, más de la mitad de esos años moribunda o embalsamada, como escribió el lapidario Víctor de la Cruz. El daño que han hecho a Juchitán es enorme, por eso va siendo la hora de que el histórico municipio se libre de ese cadáver embalsamado e insepulto.

 

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