..- Oaxaca: nuevos tiempos, viejos políticos

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Cuauhtémoc Blas

 

Lo candidatos creen que usar de manera intensa y a placer las redes de internet, van a obtener buenos resultados. No siempre es así. Por la misma inmediatez en que se da la interacción en esas plataformas, quienes tienen un pasado problemático, reciben de inmediato duras y ácidas críticas. Eso está a la vista en el actual proceso electoral.

 

Quienes cuentan con un pasado cuestionable, tienen los riesgos más serios en las redes. El internet es accesible a casi todos y muy barato, diferente a otras épocas cuando solo existían medios muy controlados y caros como la radio, televisión y la prensa escrita. Usar esos medios exigía fuertes erogaciones de dinero.

 

La irrupción de las plataformas de internet, sobre todo de ese gran mercado que es el Facebook, ha modificado los procesos electorales. La caída de los medios tradicionales y el crecimiento de esas redes en México, coincidió con el ascenso de la oposición al viejo régimen priista. Lo medios tradicionales, adictos por décadas a ese régimen, ya no pudieron controlar la información ante la democratización de la comunicación que trajo el internet.

 

“Las benditas redes sociales”

 

Por eso el actual presidente López Obrador alzando los ojos al cielo expresó su agradecimiento a “Las benditas redes sociales”. Los expertos de la comunicación que gestaron a MORENA trasladaron sus mensajes al internet, donde remontaron a los medios tradicionales y multiplicaron la difusión de su propaganda. Su trabajo ha sido muy eficaz para sus fines.

 

Lograron una masa muy grande de seguidores, que hasta de manera acrítica apoyan todas las propuestas de la 4T, al mismo tiempo que minimizan las críticas o señalamientos. Son los llamados “chairos”, que pelean con los “derechairos”. Estos últimos hacen lo contrario: contradicen todo lo de la 4T y potencian las críticas a esta.

 

En nuestro contexto estatal, dicha dinámica también se ha instalado con toda su preponderancia. Sin que muchos candidatos en campaña se percaten que se requiere de cierta capacitación, para que esos instrumentos les sirva y no resulte lo contrario.

 

El uso del internet por un candidato no es suficiente para hacerlo ganar, pero en ocasiones puede hacerlo perder. Eso sucede hoy en Oaxaca. No hay un análisis del impacto de los mensajes, o se lanzan como antes, cuando tenían los espacios de los medios tradicionales casi de manera exclusiva. Cuando no tenían quien les respondiera de inmediato y en el mismo lugar.

 

Malos candidatos, desventaja en internet

 

Por eso, hoy vemos en las redes que quienes han gobernado, dejaron pendientes o salieron bajo escándalos de malos manejos, reciben de inmediato casi puras críticas, en cuanto aparecen sus informaciones. Las denostaciones son abrumadoras, como le sucede al candidato del PRI a presidente municipal de Oaxaca de Juárez, Javier Villacaña.

 

Ese ex presidente municipal, dejó la más grande deuda pública, incluso señalada por su sucesor José Antonio Hernández Fraguas, también de su partido el PRI. Sin embargo, hoy, en su nuevo intento por ese mismo cargo, en vez de considerar esas duras críticas, acentúa el mismo discurso que le rechazan donde insiste en lo que más le cuestionan sus críticos: honestidad, transparencia, grandeza de Oaxaca, rescatar a la ciudad. Parece natural esa incredulidad, pues ya tuvo una oportunidad y no dejó buen recuerdo.

 

Esta vieja clase política ya no entiende las prácticas de los nuevos tiempos que aún lentamente se imponen en todas partes. No entienden cómo moverse en las nuevas plataformas de comunicación; no aceptan los nuevos instrumentos de la democracia moderna como el debate. Lo suyo son las maniobras. Se estacionaron en el pasado, tendrán que ser remontados.

 

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