.- Tribunal de Justicia de Oaxaca, en la mira

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Cuauhtémoc Blas

 

El Tribunal Superior de Justicia de Oaxaca (TSJO), tan alejado de los reflectores, tan alejado del escrutinio de la opinión pública, hoy felizmente se está colocando ante los ojos de los ciudadanos. El escándalo originado por el rechazo a la juez Érika María Rodríguez Rodríguez, para ser integrante de ese cuerpo de magistrados, abrió la puerta a ese escrutinio.

 

¿Qué pasa ahí? ¿Por qué esa obstinación en no aceptar a una mujer? Quizá eso de que sea mujer no es lo central, quizá sea que alguien ajeno a la dinámica del Tribunal logre entrar ahí, vea lo que pasa ahí. En ese sentido, la juez sería casi una advenediza. Claro, esto junto con la tradición patriarcal de la institución.

 

De cualquier manera, es bueno que los asuntos de ese Tribunal se discutan en los medios, en las organizaciones de abogados, incluso entre los ciudadanos. No se diga en el ámbito legislativo, donde en los últimos días la atención en torno al Tribunal ha sido intensa.

 

El presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso de Oaxaca (JUCOPO), Fredie Delfín Avendaño, declaro que presentó una iniciativa para que el poder judicial tenga plena autonomía, así como reforzar su integración con el principio de paridad de género.

 

En la reciente sesión de plenos de la 64 Legislatura de Oaxaca, la diputada Laura Estrada propuso reformar el artículo 101 de la Constitución del estado para que el Tribunal Superior de Justicia de Oaxaca sea regulado hasta alcanzar el equilibrio numérico de magistrados y demás funcionarios. En busca de la paridad, de la equidad de género en esa institución patriarcal.

 

En esa sesión, a propuesta del diputado Noé Doroteo Castillejos, los diputados aprobaron como punto de acuerdo por ser de obvia y urgente resolución: “solicitar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ejercer la facultad de atracción en el juicio de amparo indirecto 591/2021, radicado ante el juzgado Decimoprimero de Distrito en el Estado, promovido por la jueza”. Esto en apoyo al amparo interpuesto por la juez, luego de que los dos varones fueron designados magistrados.

 

Mientras todo esto sucede, los magistrados del TSJO no hacen ningún pronunciamiento ante esa injusticia. No obstante que unas 200 organizaciones de México y el extranjero emitieron una carta que condenan esa acción del gobierno de Oaxaca, y también piden a la Suprema Corte de Justicia de la Nación que atraiga el caso, ante la imposibilidad de resolverlo localmente.

 

Lo anterior está consignado en un documento emitido en México y Washington, deplorando la manera como se impuso en esas magistraturas a dos varones, en contra de la paridad de género. Nada de eso le merece importancia al magistrado Eduardo Pinacho, quien, en un acto por el Día del Abogado, se dedicó a anunciar que su Tribunal será el formador de profesionales de derecho más importante de América Latina, con profesores italianos. Los egresados competirán con los juristas de Europa, aseguró en esa transmisión.

 

También anunció que las instalaciones de su Tribunal son de las más adelantadas en desarrollos tecnológicos. De qué le sirve todo eso a Oaxaca si no hay buena administración de la justicia, si en ese propio tribunal se consienten, sin chistar, imposiciones que violan el principio de paridad.

 

Todo lo cual tiene a ese tribunal bajo la mirada expectante de organizaciones nacionales e internacionales, de profesionales del derecho y ahora hasta de los ciudadanos en general.

 

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