.- Ley contra concursos de belleza

Imprimir

Cuauhtémoc Blas

 

Oaxaca destaca por crear leyes de “avanzada” que luego no funcionan. Ahora es el primer estado con una ley que prohíbe los concursos de belleza. Cuando en medio de esta pandemia de la Covid 19 no se realizan esos concursos, y las urgencias son otras, aprueban una ley que declara a esos concursos “violencia simbólica”.

 

Lo anterior fue a iniciativa de la diputada de Morena, Magaly López Domínguez, quien también ha propuesto la iniciativa de ley de reforma al Código Civil de Oaxaca, para que los infantes a la edad de 12 años tengan el derecho de cambiar su identidad sexual con o sin el consentimiento de sus padres. Es decir, que puedan decidir si son heterosexuales, bisexuales, travestis, transexuales y demás.

 

Si el niño o niña crece como heterosexual, no habrá problema, pero si a los 12 años quiere una de las mencionadas, deben los padres cambiar su identidad sexual. Si los padres no aceptan, los hijos podrían recurrir a los tribunales judiciales.

 

Ya vemos a los infantes litigando en los tribunales con sus despachos de abogados. Acá no puede ni haber una discusión de ideología de género, estamos solo ante un quebranto del sentido común, además de propaganda de la diversidad sexual. El presidente, Ruso Vladimir Putin, ha sostenido que en su país no se prohíbe esa diversidad, lo que pueden considerar en la edad adulta, lo que está prohibido —afirma—es su propaganda, es decir: su inducción.

 

Con la nueva ley oaxaqueña se busca, entre otras cosas, “romper los estereotipos sexistas y discriminatorios por características físicas, que afectan la autoestima y son detonantes de problemas alimenticios en un gran porcentaje de la población de mujeres”.

 

¡Para Ripley!, hay que proteger a las mujeres poco agraciadas de las agraciadas. Impedir, además, que las primeras quieran competir con las segundas; ni se pongan a dieta ni a disciplina. ¿Podrá alguna ley detener decisiones tan personales? ¿Sin los concursos de belleza crecerá la autoestima? Deberían de ocuparse de los influencers que en las redes de internet promueven las cirugías plásticas, los cambios en el cuerpo, induciendo directamente a las jóvenes a tener más belleza que inteligencia.

 

¿En qué estudios se habrán basado? ¿Qué complejo dictó esta ley? ¿Los concursos de belleza son discriminatorios? ¿Las que no concursan se sienten discriminadas? ¿Le darán importancia? Grave sería que no les permitieran ingresar a las escuelas, a la Universidad.

 

Parece que igual que los puritanos quieren echar la historia hacia atrás, que la mujer guarde su cuerpo estético. Hasta prescindiríamos del magnífico cuadro de Diego Rivera con la pintura de María Félix, ataviada con un velo transparente. La diva, por cierto, fue una de las más bellas y de más aguda inteligencia.

 

La lucha por el erotismo actual, la libertad sexual y personal, inició a mediados del siglo pasado. De los notables pasos históricos contra el puritanismo, fue un episodio de la libertad de imprenta con la revista Playboy. Testimonio de este proceso narra el libro de Gay Talesse, “La mujer de tu Prójimo”.

 

Vinicios de Moraes, el poeta creador de la Chica de Ipanema, sugiere que cada quien ejerza lo que tiene: “Que la mujer sea en principio alta/ o, si baja, que tenga la actitud mental de las altas cumbres”, después de escribir: “Que las muy feas me perdonen, pero la belleza es fundamental. / Es preciso que haya algo de flor en todo esto/algo de gracia, algo de haute couture”.

 

No es que se defienda a esos concursos, es que no tienen la trascendencia de los asuntos vitales. Quienes legislan, en vez de ser oposición y defender las causas urgentes, inhibir el estéril sobreendeudamiento del ejecutivo, cuestionar la falta de obras o impedir las dañinas, como la del bulevar de Símbolos Patrios, salen con estas censuras de tufo talibán.

 

www.revistaenmarcha.com.mx, lc.blas@gmail.com y @blaslc