Esta línea célebre de la literatura universal, creación de Tito Monterroso, considerado el mejor cuento breve del mundo, “Y cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”, cobró enorme actualidad y vigencia desde que Vicente Fox negoció todo después de la primera alternancia que nunca llegó a transición democrática. Impunes quedaron no sólo los escandalosos Pemexgate y toda la corrupción pasada, sino los grandes casos del pasado que la historia del país exigía justicia: los asesinatos de 1968, destacadamente.
Ayer en la Cámara de diputados local, al instalarse la LXI legislatura de Oaxaca, un grupo tomó la tribuna del Congreso para protestar por lo que consideró una traición: que la primera Junta de Coordinación Política de dicho Congreso haya quedado en manos del Partido Revolucionario Institucional (PRI), una vez cancelada en la Ley Orgánica del Congreso por la legislatura que acaba de salir, la figura de Gran Comisión. Y que quien presida esa Junta sea el ex Secretario de Salud, Martín Vásquez Villanueva, diputado priista.
De nuevo se confirma que tener el poder es una gran ventaja. Naturalmente ese cambio de figura que ya se da en otras legislaturas y que rige, por ejemplo, en la Asamblea de Representantes del DF, no la hicieron los pésimos diputados de la anterior legislatura por un ánimo democrático, sino como siempre por instrucciones, para no perder el control de ese poder legislativo, por lo menos durante un año, que será el tiempo en que ocupará cada fracción mayoritaria esa posición.
Por supuesto que esas reformas podrían echarla abajo los actuales representantes populares que llegaron a los escaños con el voto de los oaxaqueños a través de la coalición de partidos. Pero esa coalición, está visto, terminó: en el Congreso, en los municipios y, muy probablemente, en el poder ejecutivo estatal.
Precisamente los golpeteos y presiones por los grandes puestos del gabinete es que, quizá, ha impulsado esta ruptura de la coalición y la preeminencia de los intereses de los diferentes partidos. Pues en el reparto de esos grandes puestos del gobierno no están contemplados los jefes de dichos partidos. De ahí también las declaraciones de éstos de que no aceptarán a priistas reciclados, los que, parece inminente, integraran en buena parte el nuevo gobierno.
Está visto que el gobernador electo consideró más útil apoyarse en los priistas que en los panistas, perredistas y petistas. Sobre todo en los del centro del país. El tema del presupuesto para Oaxaca fue crucial. El pragmatismo se impuso, pues con poco dinero también se gobierna poco. El año pasado el presupuesto de Oaxaca aumentó de manera considerable, hasta 47 mil millones, lo que hoy hubiera podido descender a sus históricos treinta y tantos millones.
Un maestro nos decía parafraseando a Juárez: Entre los individuos como entre las naciones, el que pone el dinero manda. La presidencia de la Comisión de Presupuesto, de la legislatura federal la tiene el priista Luis Videgaray y gente de Enrique Peña Nieto. Con ellos tuvo que negociar el gobierno electo, y negociar implica ceder ambas partes. Ahora ya vimos qué cedió cada una. Y quién ganó y quién perdió.
Pero no sólo le fue más útil al nuevo gobierno negociar con esos priistas encumbrados, en general poco se puede hacer apoyándose en los perredistas, los prominentes andan en problemas por sus publicitados supuestos nexos con la delincuencia. Los poco conocidos son de bajo perfil y sostienen abierta subordinación con el gobierno actual, como la hija del cacique del PRD en la Costa, Bélgica Carmona, diputada federal por Oaxaca.
Igual condición guardan varios de los flamantes diputados locales del mismo partido: Aleida Serrano (hija del perredista muratista, ulisista, Rosendo Serrano), Pavel Renato López (hijo del presidente petista de Juchitán, Mariano Santana), Tomás Basaldú (conocido ex dirigente del partido), Alejandro López (de la dinastía López Nelio). Sin dejar de mencionar a los panistas que, por ejemplo, hoy hicieron posible que una diputada evidentemente sin capacidades políticas y menos legislativas, como es Eufrosina Cruz, asumiera la presidencia de la Mesa Directiva del Congreso. Prianistas encausados por el conocido “libretón”, Carlos Moreno Alcántara, presidente de ese partido en Oaxaca, muy dado a negociar con el gobierno actual.
No es lo mismo dar una batalla en un pequeño pueblo que en el Congreso. Aunque las feministas a ultranza puedan anatemizar por hacer estos comentarios políticamente incorrectos, no importa, porque son evidentes las limitaciones de la novel diputada plurinominal panista. Cuando alguien carece de argumentos inteligentes, de propuestas políticamente coherentes y fundadas, recurre al sentimiento y hasta la cursilería, para atraer simpatizantes generalmente igual de ingenuos. Leamos parte del discurso de ayer de la diputada:
“Que nunca tengan miedo, que voy a dar mi vida si es necesario para que ese rostro cambie. Necesito de ellos para construirlo. Eufrosina no va a poder sola y también ustedes como medios de comunicación para decirle a México que queremos ser parte de México. Queremos respeto y desarrollo y para ello necesitamos construirlo entre todos nosotros. Esta responsabilidad representa todo lo que represento como mujer oaxaqueña, como mujer indígena, ustedes como medios de comunicación me conocen cuando digo que doy todo hasta el alma”.
De inmediato surgió la certeza en los asistentes a la instalación ayer de la nueva legislatura, de que Eufrosina estaba puesta para la manipulación, que es lo que se hace con quienes ostentan esos cargos sin capacidades. Otra “Juanita”, pues. Igual que Bernarda Martínez, diputada electa del PRI que ni se presentó y envió una carta excusándose para que su suplente, Elías Cortés, el hijo lépero de Santa María Xadani, ocupara la diputación, tal como lo estilan todos los partidos y tal como estaba convenido con la dimitente.