El ranchero y la cochina

Éste era un ranchero borracho y mal hablado que pa´ todo mentaba madres, hasta a sus caballos, chanchos y marranas que gustaban de meterse al monte. Lo cual no quiere decir que no quisiera a sus animales y a la gente que insultaba, sólo que él era así, pues. Un día su cochina preferida enfermó, de inmediato hizo traer a quien él llamaba hijoeputa veterinario. Y poniéndole 20 pesos en la mano le ordenó:

 

¡Cúramela! El MVZ le recetó dos supositorios y se marchó. Horas más tarde recibió otra llamada que lo hizo retornar con el ranchero.

 

— ¿Qué pasó?, preguntó el veterinario.
— Necesito que me des otra puta medicina, exigió el ranchero.
— ¿Y los supositorios?
— Se lo metí a mi cochina
— ¿Los dos?
— Nomás uno, pero salió de inmediato echa la madre rumbo al monte.
— ¿Y el otro?
—Pues me lo metí a mí para alcanzarla, ya se me andaba pelando.