Consulta traicionada

Furioso Sabino Cuentos por el mínimo resultado de su retrasada consulta para construir el ya iniciado Centro de Diversiones, espetó al jefe de topiles del yepko:

-- Olvídate del aumento de presupuesto, es más te lo reduciré.
-- Señor —replicó aquél— nos traicionaron, yo instruí para que fuera el 90 no el 9 por ciento de votación. Deme otros 7 millones y verá que ora sí arrasamos, hasta podemos hacer que la gente pida un teleférico bien chido hacia el hotel de su amigo.
-- Si me lo aseguras será un placer darte eso.
-- ¡Ah no!, si siente placer le cobro más caro.


Los que saben nadar


Ora que el Papa fue a Cuba, después de su recibimiento y tanto protocolo le cayó la noche. Como es su costumbre buscó meterse en una alberca antes de dormir. Instruyó a sus ayudantes y lo vistieron con un solemne traje de baño papal bien divis. Al bajar en busca de la piscina se toparon con una desagradable noticia: No había ni en su hotel ni en ningún otro algo parecido a una piscina decente, apenas chapoteaderos para chamacos turistas.
Encabronado el santo Papa nadador preguntó a los botones que lo seguían.
—¿Por qué no hay piscinas en los hoteles?
—Porque todos los que saben nadar se van de Cuba señor.

 

Muy en el fondo

 

Noticias del curso relámpago de filosofía negra de B. M. a su aventajado pupilo oriundo de Amamponeta:
— ¿Por qué debemos enterrar a los políticos partidistas?, preguntó el filoso filósofo.
— Porque en el fondo son buenos, respondió el discípulo.