HUMOR OAXAQUEÑO

Por: BRUNO MORENO

 

Pedagogía sindical, aporte mundial

 

Después de tener a la comarca cinco meses con sus carreteras bloqueadas, sin gasolina, ni alimentos, aquellos aguerridos profesores pusieron de rodillas a todos los gobiernos habidos y por haber. Echaron abajo una tonta reforma y lograron que se reimplantara el régimen educativo del porfiriato; el Congreso legisló que podían faltar las veces que consideraran; cada cinco años entregaría, quien quisiera, una autoevaluación escrita a mano. Un evaluador, designado por la Sección sindical, pasaría por la hoja, platicaría con ellos por escuela y les haría una sola pregunta.

Al pasar el primer lustro el viejo profesor de matemáticas regresó de su jubilación para recoger las hojas de autoevaluación y hacer la única pregunta: El nombre de un libro de A. Baldor. Revisó ahí mismo la respuesta y apesadumbrado les comentó con timidez.

— Profesores, más del 90 % no respondió bien la pregunta.

Desde el fondo del salón una voz ronca, firme y discursiva puso en su lugar al atrevido.

— Compañero viejo profesor, date cuenta que ni siquiera somos tantos como dices.

 

Profesor Cha Cha

 

El profesor Cha Cha, ya cuarentón, aún vivía con su madre. Una anciana cariñosa que seguía cuidando de su hijo como un tesoro. El único, pues vendió su oro zapoteca para comprarle una plaza de maestro.

Ignorante pero simpático, el maestro Cha Cha era rápido para responder.

— “Maestro —le preguntaban sus alumnos que se divertían con él—, horchata se escribe con h o sin h?

— Claro estúpido, si no diría horcata, contestaba el profesor.

— Maestro que significa masiosare, insistían lo felices chicos.

— Masiosare, significa extraño enemigo, chamaco.

Pero la ilustración mayor fue cuando le preguntaron.

— Maestro, ¿qué cosa es lógico pues maestro?

— ¡Ja!, lógico es que se muera papá, se muera mamá y yo me quedo con la casa.

 


¿Llamaremos al Papa?

 

El magisterio exige: haz lo que me da la gana; el gobierno suplica: déjate gobernar. ¿No hará falta un intermediario entre gobierno y magisterio? ¿Será que llamamos al Papa o a la Menchú?