Rosita la de Salina Baches

HUMOR OAXAQUEÑO

Porr Bruno Moreno


Invitaron a la presidenta del lindo Salina Baches a una exposición pictórica, a la famosa Rosita Chivadí. Como nada sabe de artes se hizo asesorar de una ex primera dama de la capital. Así, antes de pasar frente a un cuadro y, frente a la prensa, le preguntaba a su acompañante: ¿qué digo, manita? Y la otra le decía: “Di qué línea, qué trazo!” Y lo decía.

 

Luego pasaron frente a otro cuadro, y de nuevo la latosa a preguntar: “Ahora qué digo? “Di Qué colorido”, le contestaba la otra. Y eso decía.

 

Al pasar por el tercer cuadro, aún con la prensa tras ella, insistió: “¿Y ora qué digo, manita chula?” Amable, la ex primera dama la instruyó, “di qué cara, qué gesto”... Y la zonza de Rosita que dice:

“¡Qué carajo es esto!”

 

“¿Y ahora cómo vas a escribir, manito?”

 

A finales de los 80´s cuando Heladino Ramírez apenas ponía de moda traer paisanos a plantarse en el Zócalo y en los Portales del palacio de Gobierno, de pronto salió entre esa muchedumbre campirana el extravagante periodista Casanova, autor de la columna Casos y Cosas. Venía con muletas, severamente lastimado de los pies.

 

Pedro Piñón, quien imaginaba degustar un rico café en el Bar Jardín —donde siempre se han distinguido por servir uno muy malo—, hasta se paró para recibir así a su colega lesionado: “¿Ja, y ahora cómo vas a escribir, manito?”