De nuevo con los parquímetros
Luego de une entrada impetuosa a gobernar (es un decir) la Ciudad de Oaxaca, el licenciado Oswaldo García Jarquín, ha tenido que reconsiderar y ajustarse a la impertinente realidad. Incluso, ha tenido que mover a sus piezas, a su gente con la que llegó a la presidencia municipal. Su primer error fue enfrentarse, sin conocimiento del medio, a la camarilla mafiosa del ambulantaje.
Luego a la policía municipal que exigía atención y el edil los ignoró hasta que esos servidores públicos se sublevaron y lo obligaron a presentarse ante ellos. La felpa que le pusieron al novel Ayuntamiento fue de órdago por partida doble.
Ahora, con mayor prudencia se ha puesto a negociar con los ambulantes o más bien semifijos y francamente fijos en la vía pública. Eso y una buena talega de millones. Cómo sea, tener mayores espacios libres en Zócalo y Alameda es un respiro para la ciudadanía.