Juchitán, corredor del crimen; Oaxaca entre los estados más violentos

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Gabino, omisiones criminales

 

La frivolidad con que Gabino Cué ocupa el Palacio de Gobierno de Oaxaca resulta de una negligencia criminal para los oaxaqueños. Nadie lo respeta, menos le temen, su debilidad, el vacío de poder, es llenado por las bandas de todo tipo que mantienen en zozobra a municipios y autoridades locales. En esta selva sin Estado de derecho que es Oaxaca, el más fuerte destruye al más débil, ante la pasividad de ese gobernador omiso que se dedica sólo a endeudar a Oaxaca y a dilapidar el erario sin dejar alguna obra trascendente. Estos ríos de sangre también son su herencia.

 

En la sola jornada de un día de septiembre cayeron siete personas muertas en Oaxaca, hay quien consigna que fueron ocho. Estadísticas aparte, cada una es un mundo de dolor humano, no sólo un frío número.

 

Tres de ellos fueron ejecutados por sicarios en un restaurante céntrico de la ciudad istmeña de Juchitán de Zaragoza, dos vinculados a la delincuencia organizada, la prensa regional los asocia al buscado Juan Terán, caudillo de una banda de la legendaria Séptima Sección.

 

Los vinculados a esa banda son Eliseo Martínez Bello y su chofer Jacovi Orozco Orozco, ambos también empleados del Ayuntamiento juchiteco, el primero Juez Municipal. El tercer caído es un abogado ajeno a esos negocios, Eduardo López Rivera, secretario del Consejo Distrital Electoral del IEEPCO, invitado a desayunar y a morir esa mañana en el restaurante Limbers. (Enfoque Diario, jueves 15 de septiembre de 2016)

 

Más muertos en Oaxaca

 

Un par de horas antes, en La Venta, agencia municipal del mismo Juchitán, también cayó asesinado a tiros Juan Jiménez Estudillo de 65 años, quien purgó condena en la cárcel por asesinato. Lo mataron cuando limpiaba su terreno de siembra. ¿Pagó doble?

 

Ese mismo día también abatieron a balazos al profesor en Ocotlán de Morelos al profesor Jorge Vela Díaz, su esposa Lorena Antonio Sánchez, también profesora, que lo acompañaba quedó herida. Esto sucedió enfrente de la escuela donde a veces laboraba el difunto, “Vicente González”, quien fuera miembro de la Sección 22 del magisterio. Dos sujetos a bordo de una motocicleta les dispararon, muy temprano, cerca de las 8 de la mañana.

 

Ese gremio de inmediato culpó al Estado, y marchó en la ciudad de Oaxaca para llegar con el féretro a velarlo en el Zócalo. Ahí se trenzaron en disputas con los parroquianos de los restaurantes aledaños quienes defendieron al grupo de música que los profes querían callar ante su duelo. El desdén de los ciudadanos hacia ellos, ciertamente, es pleno: “vayan a una funeraria si quieren silencio”, fue la respuesta. Los maestros golpearon a un comensal.

 

En la ciudad de Tuxtepec a las 9 de la mañana de ese mismo día abatieron frente a una escuela al joven de 19 años Zuriel Gonzen Mosqueda, a la hora en que los padres se retiraban de dejar a sus hijos en el colegio “Juan Enrique Pestalozzi”. Los asesinos también viajaban en una motocicleta desde donde le dispararon. Después del hecho acudieron policías y hasta soldados, pero, como casi siempre, nada se sabe de los asesinos.

 

Cae dirigente de MORENA

 

En el ámbito político hubo también violencia, el asesinato al activista del partido político MORENA en Huajuapan, Agustín Pavía Pavía. El hecho fue condenado en conferencias de prensa, tanto en Huajuapan como en la ciudad de Oaxaca. En la capital del estado la dirigente de ese partido político y correligionarios realizaron una protesta frente a las oficinas de la Fiscalía General de Justicia. La dirigente Nancy Ruiz Cabrera acusó que en menos de 24 horas fueron asesinados en Oaxaca dos miembros destacados de su partido. El profesor de Ocotlán y el dirigente mixteco.

 

Ruiz Cabrera demandó a nombre de su partido detener la escalada de violencia emprendida en su contra. “En la decadencia del gobierno de Gabino Cué —sostuvo—, son: la existencia de presos político, impunidad, feminicidios, acoso a organizaciones y criminalización a dirigentes sociales; crímenes políticos, persecución al magisterio democrático, negligencia criminal que enluta a las comunidades indígenas”.

 

La presidenta de MORENA en Oaxaca recordó a los otros dirigentes de su partido asesinadosen este 2016: Juan Mejía Plaza asesinado el 21 de marzo en Pinotepa de Don Luis; Marcos Hernández Bautista, 21 de enero, en Santiago Jamiltepec, y a Enrique Quiroz, abatido el 1 de abril, en San Andrés Huaxpaltepec. Todos impunes, sin detener a los autores intelectuales, dijo.

 

En 48 horas se dieron 15 homicidios

 

Los siete muertos cayeron en Oaxaca en el transcurso de 24 horas, pero al siguiente día cayeron más, y siguieron cayendo en esta danza macabra y sangrienta que es hoy la entidad. Sólo en Juchitán van más de 68 muertos en lo que va del año. Todos impunes.

 

Días después, en esa misma semana asesinan a una pareja en el municipio de El Espinal, Denisse del Carmen Barenca Barragán (22 años) y José Manuel Oliveros (32 años), viajaban en un convertible BMW y fueron alcanzados presumiblemente por sicarios que los liquidaron por separado. Él quedó tirado fuera del vehículo; ella en el asiento del copiloto. Se habla en este caso de un ajuste de cuentas de la delincuencia o castigo por no pagar por la plaza.

 

Ese mismo día, en Juchitán por la mañana ejecutaron a José Manuel Sánchez Azcona, “El Chulo” cuando se encontraba con su pequeño hijo que resultó herido y sólo sobrevivió dos días. Este personaje a sus 26 años de edad contaba con un historial delincuencial conocido en la población, por lo que su ejecución se vincula a la guerra entre grupos delictivos de la región.

 

También ese día, en el municipio de Cosolapa, en la Cuenca del Papaloapan, fue ejecutado Leonardo Calihua Miguel, de 25 años de edad y con antecedentes penales de robo.

 

Antes de concluir la semana tres presumibles abigeos fueron hallados muertos en las inmediaciones de Matías Romero. Los ladrones de ganado habrían sido ultimados por los afectados por sus ilícitas actividades. Y un ex directivo de la Policía Municipal tuxtepecana, Helio Bolaños Vicente, con antecedentes penales de tráfico de armas y droga, fue ejecutado

 

En 48 horas se dieron 15 homicidios dolosos en la entidad, a pesar de la puesta en marcha de operativos policíacos. ¿O, quizá, por ello? Diversos analistas critican que a 9 años de haber iniciado este combate o guerra contra la delincuencia, en vez de abatirla se ha incrementado.

 

Operativo del gobierno, fracasado

 

Todo esto sucede no obstante que el gobierno del estado instaló un operativo conjunto con varias policías y el Ejército para detener el corredor de sangre que es Juchitán, pero la delincuencia se burló de eso el mismo día de su arribo. El 16 asesinaron al dirigente de una facción de la COCEI-PRD, “Nueva Generación”, Rolando Castillejos Vásquez, lo que movió a la clase política, y dos días más tarde el gobierno emprendió el operativo policíaco en el municipio.

 

El día 18 de agosto se presentaba en sociedad el operativo conjunto a las 10 de la mañana, y a las 10:15 asesinaban a un policía municipal de Juchitán. El mensaje era clarísimo.

 

Dicho operativo es un fracaso escandaloso, ni paran la ola de masacres, ni detienen a nadie, ni resuelven nada. La conjunción de policías, incluidos los efectivos de la Secretaría de la Marina que patrullan Juchitán, han resultado sólo un costoso y amplio grupo de levanta cadáveres. Para vergüenza si es que hubiera, dirían las señoras grandes del Istmo; la falta de respeto al gobierno de Gabino Cué sería de agravio… si les importara algo más que el erario.

 

El operativo de la Secretaría de Seguridad Pública, la Fiscalía General del Estado y de las Policías Municipales, así como efectivos del Ejército Mexicano y la Marina no ha sido útil en la región. Y a esa ineficacia el Fiscal Héctor Joaquín Carrillo Ruiz le agrega su desparpajo al declarar no tener la fuerza policíaca suficiente y algunas lindezas como esta “… prácticamente tendría yo que ser adivino para estar en cada uno de los eventos (criminales)”.

 

Tribulaciones de un Ayuntamiento

 

El presidente de Juchitán, Saúl Vicente Vásquez, más serio y lívido que nunca, salió a pedir una mayor coordinación de las fuerzas policíacas y reforzar el número de efectivos para el Operativo. Declaró, además, que desde el mes de abril ha girado oficios de solicitud de auxilio a la 46 Zona Militar con sede en Ciudad Ixtepec y a la Secretaría de Seguridad Pública del Estado.

 

Aunque actualmente ya hay un operativo policíaco, dijo, éste no ha “disminuido los hechos delictivos”. En general puede notarse la cuasi orfandad de un Ayuntamiento en medio de un contexto dominado por la fortaleza de la delincuencia.

 

El estrés y desánimo de mucha gente en el municipio juchiteco es grande. Sorprendidos, abrumados por la violencia de muerte que campea en su otrora tranquila población, no quieren, empero, resignarse aunque dicen “esto es imparable”, “hasta dónde vamos a llegar”.

 

Hay quienes dicen que ya ha iniciado la emigración de quienes tiene la oportunidad y recursos para empezar en otra parte. El comercio lo resiente, principal actividad de este municipio Capital Comercial del Istmo. Ya no es fácil decidirse a viajar a Juchitán. Aunque predominan, se calcula que en un 90 por ciento, los hechos de sangre entre quienes militan en las bandas delictivas, pero se llevan de paso a quienes nada tienen que ver. El temor a estar en el “lugar equivocado” cunde.

 

Oaxaca, lugar 12 de homicidios dolosos

 

Claro que no sólo es Juchitán o el Istmo de Tehuantepec en el estado de Oaxaca, con similar dinámica de hechos de sangre vive Tuxtepec, donde las bandas también se matan en sus disputas, aunque El Gordo Sacre, presidente municipal de ahí, exclama que, amén de los muertos, todo está tranquilo en Tuxtepec.

 

En una tabla de “Asesinato estado por estado”, investigación de la Revista Zeta de Tijuana, publicado en el número 2079 de la Revista Proceso, Oaxaca se halla entre los primeros lugares, en el lugar 12 de los 32 estado, arriba de Nuevo León y Sonora, con 2 mil 846 muertos en total, de diciembre de 2012 a julio de 2016. (Ver tabla)

 

En esta evaluación de asesinatos en lo que va del sexenio del presidente Enrique Peña Nieto, el total de muertos en todo el país es de 78 mil 109. Una cifra que llaman escalofriante, y sin embargo, se dice que es apenas una aproximación pues los datos de homicidios dolosos son incalculables.

 

Lo que salta a la vista es que el crimen ha pasado de algunos estados del norte a toda la geografía nacional. Oaxaca y sus regiones incluidos, claro está.