De nuevo con los parquímetros

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Luego de une entrada impetuosa a gobernar (es un decir) la Ciudad de Oaxaca, el licenciado Oswaldo García Jarquín, ha tenido que reconsiderar y ajustarse a la impertinente realidad. Incluso, ha tenido que mover a sus piezas, a su gente con la que llegó a la presidencia municipal. Su primer error fue enfrentarse, sin conocimiento del medio, a la camarilla mafiosa del ambulantaje.

 

Luego a la policía municipal que exigía atención y el edil los ignoró hasta que esos servidores públicos se sublevaron y lo obligaron a presentarse ante ellos. La felpa que le pusieron al novel Ayuntamiento fue de órdago por partida doble.

 

Ahora, con mayor prudencia se ha puesto a negociar con los ambulantes o más bien semifijos y francamente fijos en la vía pública. Eso y una buena talega de millones. Cómo sea, tener mayores espacios libres en Zócalo y Alameda es un respiro para la ciudadanía.

 

Retoman “Miércoles sin Ambulantes”

 

Aunque el costo se prorratee en ese famoso “Miércoles sin Ambulantes” que estableció, dejó y le despreciaron al gobierno priista anterior de Hernández Fraguas, ahora reivindicado. Empero, la señora Carmen Luján es inamovible en la calle de Flores Magón.

 

Por otro lado, aún con las limitaciones exhibidas, Oswaldo persiste en hacer historia, ahora con colocar parquímetros en la Ciudad. No es mal proyecto, habrá que analizarlo cuando lo explique. Empero, los ciudadanos exigen que primero retiren a los ambulantes que aún ocupan las calles.

 

Ya les mandó un aviso la Sección 22 ahora que su Policía Vial quiso retirar una lujosa camioneta estacionada casi en el Atrio de una céntrica Iglesia, llegaron decenas de profes a defender el auto de su ínclito líder magisterial. El mensaje fue claro: no gobiernas solo, la S22 cogobierna. Y aunque se arreglen con una facción, hay muchas dentro de la gremial.

 

Burocracia y nepotismo

 

Si es difícil que sean las revoluciones las que hagan los cambios, más aún con las alternancias partidistas. Cambian los arriba, pero continúa la misma burocracia que sabe de los negocios de la administración pública. Con esa gente es que se tiene que iniciar, que planificar, que aprender. Un ejercicio de elemental sentido común y, tal vez, de humildad.

 

Pero como el edil es heredero de la Universidad José Vasconcelos, pues nada que se puso a dar chamba en el Ayuntamiento a decenas de su personal o egresados. Por su natural inexperiencia habremos de pagar los costos de ese aprendizaje. Bueno hasta personal con el apellido de la familia del gobierno municipal hay en esa flamante burocracia. Nepotismo y conflicto de intereses a la vista. Se ha publicado que gobierna con la Univas, si no lo hace bien, esa escuela también quedará mal parada. Al tiempo. •


Dos plagas: dengue y posgraduados

 

Nunca había padecido Oaxaca tanto la plaga del dengue (aedes aegypti). Desde el principio de la temporada de lluvias, que es cuando prolifera, trabajadores del sector Salud nos decían que la epidemia era más fuerte que otros años. Con el paso de los días se incrementó, y lo que nos decían es que las autoridades estaban bajando el número de afectados.

 

Con el escándalo de muertes y evidente reclamo de atención por la enfermedad, ya no se pudo minimizar, llegó un momento que el Hospital Civil sólo atendía a enfermos de dengue, de manera que llegó otro momento en que los rechazaban.

 

Para la segunda quincena de octubre, el “subregistro” de casos ya no pudo evitar que Oaxaca fuera ubicado en el cuarto lugar nacional, ya de alarma epidemiológica. Si atendemos la información extraoficial de los vinculados al sector, el cuarto lugar es aún otro “subregistro”.

 

Acusan a los encargados del área de no tomar las medidas de prevención para proteger a la ciudadanía, así, aunque dan estadísticas de centenas de fumigaciones en los municipios, la experiencia es que este año sólo han fumigado una vez cuando en otros años lo hacían unas tres veces. Hay lugares donde no han fumigados, sólo para ilustrar el abandono.

 

Van oficialmente mil 400 casos y 4 muertos, por el dengue. Pero como es la autoridad quien emite los datos oficiales, las cifras están en duda, pues ella clasifica y reclasifica. Sobre todo, después de no querer reconocer que por esa enfermedad habría muerto la joven Monserrat Flores Ortiz.

 

Este sonado caso dio pie a la protesta y petición de renuncia del posgraduado en administración, no en medicina, Donato Casas Escamilla, secretario de Salud.

 

Irónicamente cuando personal de mayor escolaridad figura en esa Secretaría, más gente sufra por dengue. De ahí que la entidad padezca dos plagas, la de aedes aegypti y la plaga de posgraduados, ineficaces en salud, pero duchos en licitaciones y demás negocios. •