Oaxaca, ingobernabilidad en aumento

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Oaxaca es tierra de conflictos, 570 municipios y más de 10 mil localidades en la demagogia localista es riqueza cultural, en los hechos su atraso y pobreza arrojan un contexto difícil, violento, con saldos sangrientos periódicamente.

Los márgenes de ingobernabilidad de siempre se han fortalecido hoy, con un gobierno débil, omiso, donde a decir de sus mismos funcionarios todos hacen lo que quieren; gobierno debilitado por su pavor a la Sección 22 que lo subordina y exhibe, magisterio que se mueve en una dinámica propia. Amplias zonas de la vida pública y regiones de la entidad se desarrollan fuera de Estado de derecho.
La ingobernabilidad es palpable en la impunidad de los grupos de presión y de poder que al ser aliados de este gobierno que ayudaron a instalar, gozan de las mayores canonjías de su historia al ser al mismo tiempo grupos de presión y disfrutar de cargos en el gobierno de Gabino Cué.
Una prueba de esa ingobernabilidad se muestra en la relación de apropiaciones ilícitas de terrenos, expuesto en este número de En Marcha. En el Istmo de Tehuantepec, sobre todo en Juchitán de Zaragoza, la  COCEI sostiene esta dinámica ilegal desde hace décadas. Organización que así nació, reclamando e invadiendo tierras.
Al principio fueron reclamos justos, pero pronto degeneró en un abierto negocio o manejo político de la decena de grupos en que se ha dividido la Cocei. Rogelia González Luis, la coceista-perredista regidora de derechos humanos en Juchitán, con el visto bueno y apoyo del priista presidente Daniel Gurrión, pretextando causas de interés social invadió un terreno propiedad privada de un modesto ciudadano.
Todo esto se ha realizado a ciencia y paciencia de todos los gobiernos, desde Heladio Ramírez, impulsor de la COCEI, Ugocep y otros grupos; este ex gobernador, echeverrista típico, creaba incendios para vender la capacidad de apagarlos. De paso se sirvió de ellos para disminuir a sus enemigos políticos, grupos que contribuyeron a la caída de Pedro Vásquez Colmenares y le abrieron paso a su candidatura a gobernador al quedar como gobernador interino Jesús Martínez Álvarez y detener así la carrera de este abanderado del grupo político del Valle.
El maridaje entre Cocei y gobiernos priistas es innegable, su impunidad en los sucesivos sexenios está a la vista, ninguna demanda contra ellos prospera, lo más que han logrado algunos ciudadanos afectados es que el gobierno les pague sus tierras. Las invasiones se intensifican en tiempos electorales, como el actual, para ganar adeptos, clientela, votos; a esta práctica también se sumó el PRI para no perder clientela.
Nunca como ahora habían proliferado tantas invasiones, 30 en dos años refleja la debilidad de este gobierno que se postuló del “cambio” y se alió a cualquiera que le ofreciera 20 votos en busca del poder. Hoy la impunidad, el resquebrajamiento del Estado de derecho y la ingobernabilidad reinante propicia que en otras partes cunda el mal ejemplo, en Tehuantepec invadieron un terreno importante y en Tuxtepec se reactiva esta actividad ilegal.