“¿Por dónde me le cuelo a la vida?”

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“¿Por dónde me le cuelo a la vida?”, es una de las frases lapidarias que el escritor Juan Rulfo pone en uno de sus personajes. Se trata de alguien que busca cómo dejar de sobrevivir para Vivir, con mayúscula. En Oaxaca esto puede aludir a las oportunidades de los jóvenes para desarrollarse y crecer. Oportunidades escasas por carencias y rezagos de sobra conocidos.

 

Las oportunidades de destacar y hacer fortuna en la entidad, entonces, se concentra en la política, en la consecución de cargos y poder. Aquí tener poder político es sinónimo de tener dinero; el acceso al erario parece que hasta de manera natural ofrece de inmediato elevación del estatus.

 

El lema que se maneja en los corrillos de la Facultad de Derecho de la UABJO, institución desmantelada, se extiende cual aserto de sentido común a todos los espacios sociales, más aún en los político-administrativos: “El que no transa no avanza”. La competencia ya no se da en el terreno de la productividad, sino en quién encuentra el mejor padrinazgo.

 

Las probabilidades de ser llamados a cuentas son mínimas, de ahí que la carrera por privatizar el erario en cuentas particulares sea de gran atractivo. Sólo casos singulares, donde se combinan necesidades políticas, rencillas y peleas no sobrellevadas con prudencia pueden dar al traste con estas carreras de éxito.

 

Todo indica que así sucedió en el caso de Bulmaro Rito Salinas, tanto por su solitaria caída (quedan más de 14 ex funcionarios del sexenio pasado impunes) como porque responde a los primeros planteamientos de este escrito. De alguien que encontró la manera de colársele a la Vida. Aunque, en este excepcional caso, sin final feliz.

 

Tuxtepec, caso “Gordo” Sacre

 

Pruebas hay al por mayor de que para lograr cargo público en Oaxaca no hace falta vocación de servicio ni talento. Está el caso de Antonio, “El Gordo”, Sacre Rangel, presidente de Tuxtepec, quien administra ese importante municipio cual si fuera su rancho, a mentadas y sombrerazos, sin obras ni rendición de cuentas.

 

Pero después el señor se torna escrupuloso y manda a su jefe de prensa a cambiar sus declaraciones. Incluso llegaron a imponer una mordaza a los periodistas para que no hicieran preguntas incómodas a sus funcionarios. Y la amenaza continúa: “Si no le bajas hablo con el dueño del medio para que te despida”. Incurren nada menos que en violación del derecho a la información de la sociedad y de la libertad de expresión. Eso pasa con uno del PRI.

 

Huajuapan, “Santuario civil”

 

Con uno del PAN, Luis de Guadalupe Martínez, las cosas no están mejor en Huajuapan. Este presidente planea construir un santuario religioso al Señor de los Corazones, cuyo costo sería de 25 millones de pesos. La jerarquía religiosa de la región se ha deslindado por completo de ese proyecto, por lo que el panista haría un “santuario civil”. Su argumento es que atraería turismo religioso. El objetivo real podría ser hacer negocios con recursos públicos.

 

Guelaguetza en crisis

 

La frivolidad y franca ignorancia de los funcionarios de este gobierno para organizar la fiesta de la Guelaguetza de los Lunes del Cerro, está dando la puntilla a este magno producto cultural de los oaxaqueños. Festividad creada por iniciativas inteligentes, hoy que ha caído en las peores manos languidece.

 

Ni los lugares de paga, ni los gratuitos se colman, aunque los funcionarios presuman lleno total, crónicas y fotos los desmienten. Incluso los taxistas hablan de la caída en su ocupación. Lo anterior en el marco de la ingobernabilidad, chantajes y bloqueos, en suma de la ausencia del Estado de Derecho en Oaxaca. Cunde el desencanto ante esa crisis y notoria caída de esta otrora gran fiesta de los oaxaqueños.