Sin novedad, Oaxaca empeorando

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Oaxaca continúa su histórico proceso decadente, que arrancó desde la guerra de independencia cuando la inteligencia local empezó a emigrar de la entidad. Emigración que siguió con el triunfo de la revolución y se acentuó con el terremoto de 1931, cuando se constató que al ser una crítica zona sísmica no es el mejor lugar para vivir.

 

Esta es una de las hipótesis que intenta explicar la degradación del estado, documentada por el intelectual oaxaqueño Fernando Solana, quien argumenta que ante la salida incluso masiva de esa clase política y de académicos de altura, una y otra área empezó a quedar en manos de los menos preparados.

 

Hoy tenemos como ejemplo al grupo que gobierna, sin la mínima capacidad para malversar de manera al menos ordenada el erario, ya no digamos de conducir la política interna de la entidad. Las muertes por problemas poselectorales mal atendidos, Choapan y Cotzocón, son ejemplo de incapacidades que mantienen al estado en franca ingobernabilidad.

 

Sin gobierno ni policía

 

Áreas que se habían respetado al incluir a conocedores de las mismas, como la de la policía, este gobierno hace traer a cualquiera sin antecedentes en la materia para ponerlo al frente. En la conducción de la política interna, la Secretaría General de Gobierno dónde debe estar una personalidad fuerte en imagen, decisiones y discurso, ponen a un personaje que ni se ve ni se oye. En cambio, en la Secretaría de Seguridad Pública, donde importa la eficacia y no presencia mediática, sucede lo contrario al colocar el gobernador Cué a un personaje de delirante protagonismo, sin mejoría en el servicio, pues no sabe cómo, no es su giro. Los resultados están a la vista: Una larga huelga de policías estatales. Si ya estábamos sin gobierno -- dice la gente--, ahora estamos sin policía.

 

 

Estas duras situaciones oaxaqueñas tienen sus raíces en un contexto de indigencia educativa y política, con una pésima educación básica no sólo en los 34 años de dictadura de la Sección 22 sino en otras décadas atrás con el dominio de “Vanguardia Revolucionaria”. Acaso medio siglo de retraso educativo muy difícil de remontar.
UABJO completa el desastre

 

El círculo de desastre educativo se cierra en la UABJO, la universidad que recibe el subsidio más bajo del país porque es lo que ha merecido al no cumplir los estándares mínimos de calidad, sin profesores-investigadores sino maestros-porros a quienes paga 35 pesos la hora. Con instalaciones nuevas donde no hay espacios para la reflexión, no hay cubículos donde los supuestos catedráticos prepararan sus clases o hicieran investigación. Y sus centros de investigación habilitados para eso casi nada producen.

 

Siempre habrá excepciones respetables, pero la tendencia a desmantelar de su inteligencia a la UABJO con el objetivo del grado cero de calidad para reinar en el poder y el dinero se da desde finales de los años 90, cuando Abraham Martínez Alavés desplazó al sindicato del asesinado Nahúm Carreño Vásquez (STAUO) e instaló a su propia mafia sindical, SUMA.

 

Hoy ese cacicazgo familiar con el vástago sin brillo de esa familia zautleca como rector, domina este otro páramo donde la extorsión a los alumnos ya es institucional, con cuotas a los de nuevo ingreso por “mantenimiento”, eufemismo para lucrar con la educación pública, exigiendo 6, 7 y 13 mil pesos con recibos. Y a quienes no pasan el examen de admisión 30, 80 y 120 mil pesos sin recibos, para ingresar a esa Universidad sumida en el último nivel nacional de los indicadores de calidad.

 

Con todo esto, no es extraño entonces que Oaxaca esté en la oscuridad.