Cruzadas de hambre

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De la Cruzada Nacional contra el Hambre, creada por decreto presidencial, apenas empiezan a asomar sus resultados. Lo primero que asoma en Oaxaca son sus inconsistencias, denuncias de explotación laboral y económica que ejercen los jefes del sistema en la entidad contra sus cruzados, los promotores comunitarios que cargan literalmente con esa cruz en las comunidades. 

 

Promotores contratados por SEDESOL, responsable de la cruzada, bajo el eufemismo de becarios, con lo cual los mantienen en la indefensión. No firman ningún contrato que les diera seguridad en el empleo y condiciones mínimas de trabajo. Están al pleno arbitrio de sus coordinadores regionales y municipales que los sobreexplotan con jornadas de trabajo hasta de más de 12 horas y los despiden cuando deciden y sin recibir sus pagos o “becas”. ¿Quién se queda con ese dinero?

 

Cruzada de explotación

 

Lo anterior son denuncias de ex becarios que no duraron más de tres meses en el empleo, porque para ellos es un empleo ya que no están en condiciones de ser becados, pues los entrevistados ni siquiera tienen carrera trunca. Así, una estrategia del gobierno federal que se anunció con gran despliegue nacional en los medios de información, tiene su base en un ejército de promotores mal pagados, sin prestaciones sociales, no tienen IMSS ni seguro de vida, andan en los pueblos sin viáticos, financiando con sus recursos –declaran– esa política nacional.

 

Una política pública con una misión de alto contenido humano, al auxiliar a personas que padecen hambre, pero basada en el mal trato y sobre explotación precisamente de quienes son el eslabón directo con esos hambrientos resulta un enorme contrasentido, al menos en esa región de Oaxaca, el Istmo de Tehuantepec con 21 de los 292 municipios del estado considerados este 2014 dentro de esa cruzada.

 

La información de los ex becarios es desoladora: que no llegan los apoyos ofrecidos a las comunidades, que trabajan hasta más de 12 horas, que se ven compelidos a inventar las respuestas de las encuestas a los beneficiarios, que están obligados a entregar como sea 20 cuestionarios diarios como cuota de productividad o son despedidos…

 

Hay dinero pero no obras

 

Pero no sólo ellos hablan de lo mal que va esa dizque cruzada; también el titular del COPLADE Oaxaca, Gerardo Albino González, declaró que en los municipios de la Cruzada contra el Hambre, “los números de inversión son muy favorables, pero no así los resultados en algunas obras sociales como la introducción de los sistemas de agua potable y drenaje”. Hay al menos 4 mil millones invertidos –dijo –pero que por trámites no se han concretado las obras. O sea, se invierte dinero pero no hay resultados.

 

Cruzada con sombrero ajeno, se titula un trabajo publicado en este número de En Marcha, donde se dice que dicha política pública de semejante envergadura nace con casi nada, no es un programa con recursos propios sino una vieja estrategia gubernamental de tomar los programas de atención social que ya existen y meterlos en un esquema como nueva política pública.

 

De esta manera fueron “jaladas” ostentosamente 17 secretarías y otras tres dependencias del gobierno federal para constituir esa Cruzada, que desde su nacimiento se “blindó” contra procesos electorales pero que no ha dejado de ser señalada como estrategia política del partido en el poder federal, de lo que aquí dan testimonio en ese sentido sus ex empleados.