Oaxaca, agobiado

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“Cuando el erario es lo más importante, la vida humana carece de sentido”. Albert Camus

 

Atacada por todos los flancos, agobiada, martirizada, Oaxaca sobrevive a pesar de sus gobiernos. A cuatro años vemos que el “gobierno del cambio” nada cambió, al contrario, hoy la corrupción gubernamental es más abierta. En otros números de En Marcha hemos dado testimonios de eso.

 

Hace cuatro años, en el Tercer Encuentro de Periodistas de Oaxaca, compañeros de Quadratín-Michocán nos advirtieron: van a extrañar al PRI. La noche negra michoacana de hoy pasa y viene desde el gobierno de Lázaro Cárdenas Batel, con una corrupción potenciada y un gobierno contrario a sus ofrecimientos de cambios, como hoy en Oaxaca.

 

El poder contra el Maestro Toledo

 

Pero lo que nadie esperaba era la agresión contra el último de los tres grandes pintores oaxaqueños contemporáneos, Francisco Toledo. Menos cuando fue de los animadores del candidato Gabino Cué. Hasta al maestro Toledo llegan las ambiciones de funcionarios de este gobierno que buscan echar mano de su patrimonio. En eso se inscribe el abusivo castigo fiscal que se le infringe a su agrupación.

 

El mismo pintor juchiteco reconoce el adeudo fiscal de su grupo cultural, las leyes hay que cumplirlas, dice. Sin embargo, hay razones humanas más importantes que leyes hechas para someter a los súbditos.

 

El arte y la cultura, razones esenciales de la civilización y cuya difusión y permanencia no es nada rentable, deben tener un trato especial. No es lo mismo la “filantropía” de un banquero enriquecido a costa de los mexicanos, cuyas donaciones le sirven para deducir impuestos, que la entrega amorosa de un artista de sus únicos patrimonios, edificios rescatados para gloria de Oaxaca. Se cumple de nuevo la máxima de Albert Camus: “Cuando el erario es lo más importante, la vida humana carece de sentido”.

 

Magisterio destructor

 

Rumbo a los seis meses de la invasión al Centro Histórico por parte de la Sección 22, la actividad turística —la única que ofrece ingresos a la gente del Valle, y no sólo a los dueños de empresas—, languidece, deja sin recursos a: meseros, boleros, voceadores, empleados de tiendas, pequeños comerciantes formales…

 

Contra ellos se erige principalmente esa invasión que no se justifica por ningún lado, no pueden decir que luchan por el pueblo cuando dejan sin sustento a esa mayoria que vive de su trabajo diario, que no está en nóminas.

 

Los daños son grandes, quizá superen a los del 2006 cuando la toma del Centro Histórico duró cinco meses. Hoy vamos para seis meses. Y la LXII Legislatura no se atreve a hacer las reformas a la ley estatal de educación, armonizarla para armonizarla con la federal.

 

En el interior del estado, la enseñanza de los maestros se cierne sobre municipios y comunidades, por todos lados obstrucción de carreteras, toma de oficinas. La afectación a la vida productiva, a la economía y hasta la salud de los pueblos es enorme.

 

Daños que no se pueden justificar con la mañosa argumentación seudo revolucionaria de “lucha popular” y “defensa de la educación gratuita” que esgrime la mafia magisterial, mientras crucifica a la gente de Oaxaca, sobre todo a la más vulnerable, la de menos recursos.