Juegan los gobernadores a quién endeuda más a Oaxaca

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El 1 de diciembre de 2010 lejos estaba el esperanzado pueblo de Oaxaca de la abrumadora desilusión de diciembre de 2015: a 5 años de gestión administrativa (no podemos decir que de gobierno) nada ha avanzado Oaxaca, al contrario. Para muestra la enorme deuda pública cuyo monto creció en esos años en 300 por ciento.

 

Lejos está aquella escenografía para dar la impresión de gran cambio, cuando el nuevo gobernador juraba ante un Congreso local, por primera vez dominado por partidos de oposición, y para mayor ornato con una diputada indígena de Quiegolani como presidenta de la mesa directiva, la hoy también empresaria de la construcción, Eufrosina Cruz Mendoza.

 

Decía Gabino Cué con emoción fugaz: “… con humildad, porque el pueblo Oaxaqueño es quien ha instaurado este cambio y nosotros tenemos la honrosa tarea de impulsarlo”. No hubo cambio, antes bien estamos ante un panorama alarmante, con mayores índices de pobreza y el más alto endeudamiento de la historia del estado.
URO, dejó menos deuda

 

Ulises, “El Tirano”, el priista anatemizado dejó a Oaxaca la enorme deuda de 4 mil 546 millones de pesos; enorme respecto a la de Murat que fue de 491 millones 700 mil pesos. Conspicuos muratistas al final del sexenio de URO decían jocosos: “Qué bueno que Ulises haga peor gobierno y deje más deuda, porque así Murat hasta se ve como ángel de la caridad”.

 

Lo mismo podrían decir ahora los ulisistas del desolador gobierno de Gabino Cué, cuando la deuda de éste es tres veces más grande que la de aquél. Así como un gobierno caótico, donde todos hacen lo que pueden y quieren, y un comodín habilitado evidentemente por el gobernador, Jorge Castillo, controla todas las áreas donde hay dinero fuerte del erario, hasta en el Congreso Local donde el tesorero impuesto por éste, Mauro Alberto Sánchez, hace y deshace sin atender a los pobres diputados y diputadas. Una de ellas, la panista Natividad Díaz, actual presidenta de la Junta de Coordinación Política, anunció que se realiza una auditoría externa a ese tesorero. Ni siquiera conoce las leyes del Congreso, que no se puede auditar así. Vaya ignorancia y caos.

 

Fracaso popular, éxito de políticos

 

Imposible encubrir la realidad, el fracaso está a la vista. Fracaso para la mayoría de oaxaqueños que llevó al triunfo a este peor gobierno; fracaso de quienes trabajaron gratuitamente meses y años haciendo proselitismo para lograr un cambio; fracaso para Oaxaca en general; pero éxito para los hombres y mujeres de esos partidos dizque opositores que se repartieron los cargos de la administración pública, cual si fuera un fino queso que han roído durante 5 años.

 

Arribaron al poder personajes variopintos de la política oaxaqueña: Danny Carteras, Daniel Juárez, en una prescindible Secretaría del Trabajo creada para darle su cuota al PT; Netza Salvatierra, diodorista, en lo que era Obras Públicas; “El doctor muerte”, Germán Tenorio, de los “cuates”, en la Secretaría de Salud; Salomón Jara en SEDAFP. No por nada la Contraloría del estado anuncia que audita esas áreas. Al menos eso tienen que decir ante el notorio mal manejo de los recursos en este gobierno de cuates y cuotas que aún le falta el siglo de un año para culminar.