Afrodescendientes: reconocimiento y autoafirmación

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Llegar a El Azufre, localidad del municipio de la Villa de Tututepec de Melchor Ocampo, en la región de la Costa de Oaxaca, no es fácil. No está a la vera de la carretera. Hay que internarse por un largo y sinuoso camino de terracería que conduce a ese lugar catalogado de alta marginación. Como la mayoría de los pueblos negros de la Costa de Oaxaca.

 

Es noviembre y la sede del XVI Encuentro de Pueblos Negros parece una fiesta, un par de miles de afrodescendientes se dieron cita para dar lugar al evento. Si bien música y bailes fueron esenciales, las discusiones y acuerdos para seguir impulsando el reconocimiento de los pueblos negros, como se les ha llamado, o afrodescendientes como es el concepto más acertado, fueron de singular trascendencia.

 

Largo ha sido y aún es el camino de los grupos organizados de afrodescendientes por lograr ser reconocidos constitucionalmente. Lo que es demanda principal de este Encuentro y del movimiento negro de México en su conjunto. El producto de gran importancia emanado de esta reunión fue la Propuesta de reforma al artículo 2 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, a fin de reconocer e incluir en el texto constitucional los derechos de los pueblos afromexicanos.

 

Como dice Glyn Jemmot, uno de sus líderes históricos quien iniciara estos encuentros hace 20 años, es importante este reconocimiento como parte de la visibilización de los negros, como parte de la difusión de su presencia e importancia en la conformación de las sociedades regionales, estatales y nacionales. Como parte de una campaña por quitar complejos y traumas, por hacer a un lado discriminación y tabúes que los asocian sólo al proceso antiguo de esclavitud. Cuando su historia es más que eso, su cultura, su contribución al desarrollo nacional.

 

Sin embargo, el veterano Glyn sostiene que ese reconocimiento constitucional no es suficiente si no hay un autoreconocimiento, dijo: “Reconocimiento para el respeto y atención a estos pueblos, sí, pero esto no sirve tanto sin autoafirmación de los mismos afrodescendientes”, y citó al embajador de Sudáfrica quien tuvo aquí una participación destacada: “Somos nosotros quienes debemos tomar en nuestras manos nuestro presente y nuestro futuro”.

 

Adiós a Víctor de la Cruz

 

Víctor de la Cruz, quien fuera colaborador de estas páginas, dejó este mundo hace tres meses. Con él se fue un intelectual incómodo de Oaxaca. Incómodo en el sentido que acometía la crítica de grandes temas que contrapunteaba con su sólida argumentación. De frente, ponía los puntos sobre las íes sin concesión.

 

En este último número de 2015 de En Marcha ofrecemos este mínimo homenaje al conspicuo juchiteco, poeta, escritor, investigador, profesor y periodista.

 

Lo hacemos no para quemarle incienso, como se dice, ni únicamente brindarle elogios, sino bajo nuestra premisa permanente de que sólo la crítica construye.