Oaxaca, reserva de la criminalidad

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La violencia y el número de muertos dolosos en el país crecen. A dos años de culminar el actual gobierno federal, casi ha igualado la cantidad de muertos que dejara Felipe Calderón, 80 mil. Hoy van 78 mil, según estudios con cifras conservadoras.

 

La violencia se ha extendido a todos los estados. Aquella hipótesis de que la impericia y franca torpeza de Vicente Fox propició el incremento del poder del narco, cobra vigencia en estados como Oaxaca, entidad que se ha colocado entre las 12 más violentas de México. Arriba de Sonora y Nuevo León.

 

Testimonios de ex ediles oaxaqueños nos dejan ver que cuando la autoridad es más débil de lo que de por sí son los ayuntamientos, no logran defender o negociar mejor la tranquilidad de sus pueblos, y entregan de inmediato todo lo que les exige la delincuencia organizada. Una de las posturas en las que los ediles menos “doblados” no cejan es: no se metan con la población local. Quizá por ello en algunos años se han dado menos secuestros y extorsiones en los municipios.

 

Sin duda esa debilidad es factor principal que explica el auge de la violencia en Oaxaca. Pero esa debilidad del gobernador se dio en todos los ámbitos; su personalidad desprovista de energía y decisión; su desatención a los asuntos difíciles. Si poco le importaba cuidar la tranquilidad ciudadana, ¿por qué debilitar más a su policía estatal nombrando secretarios de Seguridad Pública sin el perfil y sin siquiera la ecuanimidad necesaria?

 

Semanas enteras se fueron en paros y protestas de los uniformados contra sus jefes. La división en las tropas se potenció, hasta llegar a la situación actual donde los mandos reales están divididos. Las policías municipales o topiles están solos, se quejan de que la Policía Estatal ya no acude en su auxilio. Primero sí acudían a apoyar, después llegaban tarde, ahora ya ni llegan, dicen. A dónde sí se les ve llegar es a recibir apoyos indebidos..

 

El desastre de las Legislaturas

 

Otra debilidad de este sexenio fue su Congreso local, los yerros de ambas legislaturas, LXI y LXII, fueron de escándalo nacional. El más notorio fue cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación la reprobó al echar abajo todas sus reformas político-electorales, lo que dejó a Oaxaca sin leyes en la materia para su proceso electoral local reciente.

 

Pero esas legislaturas serán inolvidables, en la LXI se estableció el famoso “pago por evento”, con lo cual los diputados no aprobaban nada sin recibir un “extra”, a menos que se tratara de aprobar lo que los beneficiara a ellos, como su altísimo presupuesto y que fueran ellos quienes designaran a los administradores municipales, jugoso negocio a costa de los pequeños municipios.

 

Deuda real, 27 mil millones de pesos

 

Se despide el gobierno del “Cambio” dejando una exagerada e innecesaria deuda pública, la más grande e injustificable de nuestra historia. No hay una sola gran obra que la explique. Oficialmente anunciaron que sería de 12 mil millones, pero omitieron la deuda del IEEPO que es pública no de particulares, alrededor de 7 mil millones de pesos.

 

La deuda a proveedores locales, que tienen en la ruina o al borde de ella, es de unos 3 mil millones; y los adeudos a los Ayuntamientos por ajustes cuatrimestrales por otros 5 mil millones. De manera que los cálculos preliminares arrojan un total de 27 mil millones de deuda pública, el único y catastrófico legado de este gobierno junto con esa larga cadena de muerte.

 

Y la atropellada administración 2010-1016 quiere premio a su pésimo gobierno: ¡Está pidiendo otros 2 mil 500 millones de deuda ya para irse!