EN MARCHA, 20 AÑOS DE BREGA PERIODÍSTICA

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Cuauhtémoc Blas

 

Llega la revista En Marcha a su 20 aniversario. De sus varias etapas el saldo general observado es la inmovilidad por no decir que franco retroceso económico, político y social de Oaxaca.

 

Cada vez una sociedad menos educada y sin cultura política y peores gobiernos; parece que la puja fuera por qué gobierno deja más endeudada a la entidad y más saqueada.

 

Prosigue la emigración, más de la mitad de los nacidos oaxaqueños viven fuera de su estado. Solamente eso confirma el fracaso estatal, pues si una formación social no puede dar empleo y bienestar a su gente, no tiene futuro.

 

Por si fuera poco, 2017 fue en Oaxaca El Año que vivimos en Peligro, como el nombre de aquella gran película. Un terremoto que devastó sobre todo al Istmo de Tehuantepec, y dañó a los más pobres, como siempre. Varios años llevará la reconstrucción. Entre tanto la gente sufre.

 

El gobierno del estado festeja éxitos. Pero nada avanzamos, eso está a la vista, los indicadores económicos nacionales nos ubican entre los peores. Un año más hacia atrás.

 

Y ahora entregan las riquezas nacionales al extranjero y festejan la Zona Económica Especial de Salina como si fuera para beneficio de los istmeños cuando estamos en franco avance del Plan Puebla Panamá de entregar las riquezas nacionales al extranjero.

 

El año 2018 no traerá nada por si mismo, sólo un pensamiento mágico o ingenuo puede esperar que la medición arbitraria anual del tiempo con su sólo paso mejore las cosas. Somos nosotros con nuestra actuación quienes podríamos hacer que las cosas mejoren en este nuevo año. Aunque al depender esto último de una gran colectividad desprovista de buena politización, es difícil.

Pero como estamos condenados al entusiasmo, hay que decir con Pellicer: Izaré las banderas del amor/ lo mismo en esta magna venturanza/ que en el palacio en ruinas del dolor. O con el gran Pablo Neruda y su magno poema.

 

Oda a la vida

 

Pablo Neruda

 

La noche entera

con un hacha me ha golpeado el dolor,

pero el sueño

pasó lavando como un agua oscura

piedras ensangrentadas.

 

Hoy de nuevo estoy vivo.

De nuevo

te levanto,

vida,

sobre mis hombros.

 

Oh vida, copa clara,

de pronto

te llenas

de agua sucia,

de vino muerto,

de agonía, de pérdidas,

de sobrecogedoras telarañas,

y muchos creen

que ese color de infierno

guardarás para siempre.

 

No es cierto.

 

Pasa una noche lenta,

pasa un solo minuto

y todo cambia.

Se llena

de transparencia

la copa de la vida.

El trabajo espacioso

nos espera.

De un solo golpe nacen las palomas.

Se establece la luz sobre la tierra.

 

Vida, los pobres

poetas

te creyeron amarga,

no salieron contigo

de la cama

con el viento del mundo.

 

Recibieron los golpes

sin buscarte,

se barrenaron

un agujero negro

y fueron sumergiéndose

en el luto

de un pozo solitario.

 

No es verdad, vida,

eres

bella

como la que yo amo

y entre los senos tienes

olor a menta.

 

Vida,

eres

una máquina plena,

felicidad, sonido

de tormenta, ternura

de aceite delicado.

 

Vida,

eres

como una viña:

atesoras la luz y la repartes

transformada en racimo.

 

El que de ti reniega

que espere

un minuto, una noche,

un año corto o largo,

que salga

de su soledad mentirosa,

que indague y luche, junte

sus manos a otras manos,

que no adopte ni halague

a la desdicha,

que la rechace dándole

forma de muro,

como a la piedra los picapedreros,

que corte la desdicha

y se haga con ella

pantalones.

 

La vida nos espera

a todos

los que amamos

el salvaje

olor a mar y menta

que tiene entre los senos.

 

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