“Desarrollo” en la Costa, ¿para quién?

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El concepto de desarrollo ha servido para múltiples destrozos, bajo ese concepto se han cometido infinidad de crímenes y desgracias, son las famosas malas buenas ideas modernas que han asolado tierras, bosques y mares. Una de ellas es el crecimiento de la industria petrolera constituida en la base del desarrollo económico mundial, pero a costa de la más grande contaminación del medio ambiente.

Los productos del petróleo se han convertido en los principales contaminantes del planeta, dejan su huella desoladora por todas partes, en el aire, ríos, arroyos, drenajes y playas llenas de plásticos. O como podemos ver en estas páginas, los daños que la producción de hidrocarburos causan a arroyos y playas de lugares cercanos como Salina Cruz, Oaxaca.  
Pero acá los daños connaturales de una empresa petrolera se magnifican por la irresponsabilidad de funcionarios y empleados que vierten sus residuos en populosas colonias de la municipalidad, donde se ponen a lavar sus tanques. De nuevo nos ocupamos de este grave problema que afecta las playas, lagunas y  mantos freáticos del Istmo de Tehuantepec, así como a la gente que vive en este medio ambiente cada vez de menor calidad.
“El Secreto”, cuestionado
En el sector turístico el concepto de desarrollo es también nodal, concepto que no significa lo mismo para todos y, con el cual, podemos entender lo que sucede en el actual conflicto en Santa María Xadani donde un grupo de empresarios pugna por construir un exclusivo desarrollo inmobiliario residencial llamado “El Secreto”.
Para el representante de este proyecto, Agustín Pumarejo, los comuneros de Santa María Xadani no quieren el “desarrollo”, se oponen al progreso. Obviamente, se refiere al desarrollo empresarial y al progreso de los socios del proyecto, principalmente.
Naturalmente, el progreso de las chequeras y carteras de quienes compraron en 40 u 80 mil pesos unos predios que venderán en millones de pesos, en dólares. De entrada está claro a quien beneficia de manera exacta ese “desarrollo”, ese “progreso”.
¿Por qué no compran terrenos que FONATUR ya tiene ex profeso para construir hoteles, residencias, bares, restaurantes, etcétera?  Terrenos que ya están urbanizados, urbanización que ya afectó el entorno de alguna manera, ¿para qué ir a afectar más los ecosistemas? ¿Sólo porque les sale mucho más barato sorprender y abusar de los paisanos al comprarles barato y vender caro?
Los grupos indígenas se oponen siempre que pueden a los proyectos que les llevan de fuera, casi de manera instintiva pues nunca estos proyectos los han beneficiado. Unos cuantos empleos a cambio de dañar su entorno, su medio ambiente. Acá también comentamos el alto costo que ha pagado Tuxtepec por tener grandes empresas, su río contaminado extremadamente,  y con ello sus mantos freáticos, la pesca desapareció.
Puede ser que “El Secreto”, manejado hasta donde pudieron en secreto, sea de bajo impacto ambiental y con manejos mitigables, sin embargo no es proyecto de los lugareños y los empleos sin calidad que tendrían nunca serían los que podrían crearse si ellos mismo aprendieran, si les enseñara a desarrollar sus propios proyectos.
Un verdadero ecologista, buscaría, no usar señuelos ecologistas sino promover proyectos de ecoturismo, o turismo de naturaleza como le llaman. Proyectos que no afecten los ecosistemas, los daños ya son demasiados, es preciso buscar opciones, pero sobre todo es preciso que los principales beneficiados sean los dueños originales de esos territorios.