Tuxtepec: indígenas baleados

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No hace mucho, la oficina de comunicación social del Ayuntamiento de Tuxtepec, envió boletines sobre la atención del presidente municipal Gustavo Pacheco Villaseñor a grupos de campesinos e indígenas de su municipalidad —o de sus dominios, como en sus desplantes de señores feudales sienten estos políticos aldeanos. Hoy esa misma inescrupulosa oficina busca torcer la verdad (otra vez) de los graves sucesos acontecidos en ese municipio de la cuenca del Papaloapan.
La realidad no puede ser más contradictoria y brutal. Una vez más se confirma que la atención al indígena sólo es demagogia, desplante político para tomarse la foto y presumir de atención a los jodidos.
Pacheco Villaseñor, casi de manera hereditaria, es presidente municipal, como antes lo fue su padre, quién dejó una escandalosa estela de corrupción. El hoy edil agrega a su linaje su propia impronta: escándalos y atropellos.    
Ahora suma a este par de prendas, su desprecio por la vida de los indígenas, pues no se concibe que sus pistoleros dispararan a esos infortunados sin su consentimiento.
Podrían haber hecho un par de disparos sin su venia, pero no tantos y tan a mansalva; y en caso de venir dormido el presidente en su elegante camioneta, imposible no despertarse con los estallidos.
Infortunados los indígenas chiapanecos, porque a su paso por Tuxtepec rumbo al Distrito Federal, tuvieron la desgracia de cruzarse en el camino del señor presidente, cuyos “guaruras” abrieron fuego a matar, incluso dispararon a las espaldas de esos hombres desarmados, como certifica en la constancia de lesiones, el médico Armando Covarrubias, con cédula profesional 5938790.
¿Derechos humanos?, ¿justicia?, ¿legalidad? “¿Todo eso con qué se combina?”, dirá Pacheco Villaseñor. Ha transcurrido más de un mes de estos sucesos y la justicia nada hace.
El otro ineficiente (des) Procurador de Justicia de Oaxaca, Evencio Nicolás Martínez, de nuevo dirá “estamos haciendo las investigaciones”, y “no dude de mí, puede verme a los ojos”. Un caso más de abuso de poder y prepotencia de nuestros pequeños tiranos municipales en la impunidad.
La misógina “Mafia Cobao”
Imposible desdeñar un caso cuasi institucional de misoginia que se da en una institución educativa, en el Colegio de Bachilleres de Oaxaca (COBAO). Todo un aparato de poder se ha volcado ahí en contra de las mujeres.
No es casual que al menos 14 damas hayan sido despedidas durante la administración de Cándido Coheto, así como que otras decenas abandonen sus puestos ante el hostigamiento, encargado a un sujeto de negros antecedentes, Eduardo Aragón Calvo.
También han despedido a varones, aunque en menor medida, como puede verse en estas páginas. Denuncian las féminas que el objetivo es despojarlas de sus puestos para que sean ocupados por familiares, amigos y consentidos de los jefes de lo que ya se conoce como la “Mafia Cobao”.
De paso cambian a empleadas eficientes por gente sin preparación y sumisa.No hay ahí quien las defienda, sostienen, pues precisamente el dirigente del SUTCOBAO, sindicato titular del contrato colectivo de trabajo, Tomás Matus, es el jefe real que dicta los destinos del Cobao y se ubica por encima de las supuestas autoridades.