Los primeros vacilantes días

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¿Pero quién pidió esa ley? ¿De dónde la sacaron? Parece una de las peores bromas de algunas piezas de humor negro de nuestro Humor Oaxaqueño. Cual auténtico ariete dicha ley ha demolido los primeros días que debieron ser la entrada triunfal del nuevo gobierno. Si fue, como dicen algunos, un plan preconcebido para pagar cuotas y luego decir a los cobradores: te quise dar pero no cumpliste con la ley y ahora van mis amigos, como se dio con la sustitución del panista Ahuja Pérez por José Zorrilla Diego, el costo es muy alto.

¿Pero quién pidió esa ley? ¿De dónde la sacaron? Parece una de las peores bromas de algunas piezas de humor negro de nuestro Humor Oaxaqueño. Cual auténtico ariete dicha ley ha demolido los primeros días que debieron ser la entrada triunfal del nuevo gobierno. Si fue, como dicen algunos, un plan preconcebido para pagar cuotas y luego decir a los cobradores: te quise dar pero no cumpliste con la ley y ahora van mis amigos, como se dio con la sustitución del panista Ahuja Pérez por José Zorrilla Diego, el costo es muy alto.

Este desatino revela demasiado. Descoordinación a ultranza, pues ¿cómo es posible que los principales prohombres del nuevo gobierno no supieran que una ley propuesta por su mismo líder, el gobernador Gabino Cué, los iba a poner en aprietos? Afecta dicha disposición nada menos que al formalmente segundo personaje a bordo del arca del poder: Irma Piñeyro Arias, la secretaria General de Gobierno. Así como al informalmente segundo personaje con mayor poder del mismo arca: Benjamín Robles Montoya, jefe de la oficina de la gubernatura. Ambos aún sin acreditar sus títulos o equivalentes. Por mencionar a los de mayor jerarquía.

La escandalosa salida de Alfredo Ahuja Pérez de la Secretaría de Turismo y Economía (sic) por falsificar un título a su nombre no fue cualquier cosa. No es nada más algo antiético, estamos frente a un político que quiso poder y en ese afán, por esa “pasión” (como declaró él mismo) incurrió en un delito. La pasión es un sentimiento negativo, antípoda de la razón.

La otra baja del gabinete fue el secretario de Asuntos Indígenas, Adelfo Regino Montes, quien de manera menos estruendosa presentó su renuncia con pundonor; después de una larga carrera como indigenista oficialista desde Heladio Ramírez y Diódoro Carrasco, hoy que Regino parecía recibir, en congruencia, su mayor cosecha con el alto puesto, una ley inoportuna se le atravesó.

Pero los daños no son sólo por iniciar pronto la pérdida de sus bonos de credibilidad el nuevo gobierno, por toda esta infructuosa discusión se pierde tiempo valioso para atender los grandes problemas de Oaxaca, precisamente por los que la Coalición obtuvo el triunfo al despertar grandes expectativas de solución.

Por ejemplo, no se hace aún nada notorio para combatir frontalmente el cáncer de la corrupción que agobia a los municipios de Oaxaca. Es preciso que se vea al novel gobernante ponerle diques reales a esa práctica. Las declaraciones estaban bien en la campaña política, hoy se tiene el poder que el pueblo le dio para mejorar la vida de éste, del pueblo, claro.

En este número de En Marcha, revista que dedica buena parte de su atención a los problemas municipales, y que lleva 13 años de señalar a los peores y mejores ayuntamientos de la entidad, puede verse como los primeros se han incrementado demasiado. Es urgente atender esta problemática que corroe a las municipalidades de la entidad. La gente, más que pavimento o además de eso, necesita empleo, proyectos productivos. Poco le importa si alguien tiene títulos profesionales o no, sobre todo si es eficiente, sensible, honesto. Esto último, por supuesto, es mucho más difícil de hallar, aunque ya es hora de empezar a exigir profesionalismo en los servidores públicos.