111 duros días

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Ha sido práctica de algunos gobiernos hacer una primera evaluación en sus primeros 100 días. El gobernador Gabino Cué Monteagudo hizo su primera evaluación a 111 días de su gobierno.

Primero hay que mencionar que la sui generis Coalición de partidos que derrotó al PRI el pasado 4 de julio, marcó al nuevo gobierno. Como era de esperarse, esos partidos (PAN, PRD, PT y Convergencia) recibieron posiciones (cuotas) dentro del gabinete. Así como los grupos y personajes, que aportaron a la campaña del triunfador.

Lo primero de un análisis mínimo del actual gobierno del “cambio”, es el gabinete. Tanto su conformación como los primeros resultados que arrojan, así como la capacidad de esos funcionarios por estructurar sus áreas de trabajo. Con malas notas en este último punto en áreas sensibles como IEEPO y SEDER, por ejemplo.

En el primero se instauró una nueva “burbuja” ineficaz, además de nepotismo y amiguismo, desde la Coordinación de Planeación; en la segunda, la mezcla de jefes perredistas y panistas llevó a una confrontación política con manipulación de empleados para expulsar a una panista enviada como jefa administrativa en una abierta disputa por el manejo del dinero público.

Algunas situaciones hasta de escándalo presidieron estos primeros días, el asunto de los funcionarios sin título, como exige la nueva legislación al respecto, así como el rechazo del magisterio a miembros del gabinete, sin dejar de lado el muy temprano desencuentro gobierno y sección 22, que se potenció con los sucesos del 15 de febrero.

Operadores políticos que no encuentran cómo resolver los conflictos poselectorales, sobre todo en los problemáticos pueblos de usos y costumbres, se vieron rebasados; la población sufrió de nuevo bloqueos de carreteras, calles y oficinas que afectan demasiado ya a la entidad.

Además, la preeminencia de priistas llamados “reciclados” dentro del gabinete “del cambio”, muchos de los cuales han dejado de ser útiles, ante un nuevo contexto social y político, permeado por grandes expectativas de cambio y mejoría.

En cuanto a las instituciones esenciales para una vida democrática de mayor calidad, el Tribunal Estatal Electoral (TEE) y el Instituto Estatal Electoral (IEE) la decepción es grande: los nuevos magistrados del Tribunal fueron designados por arreglos directos y cuotas a los partidos mayoritarios en el Congreso estatal, encargado de designarlos; y en estos días, el mismo Congreso se encamina hacia la misma práctica facciosa de repartición de los Consejeros Electorales del IEE.

Ambas instituciones electorales habrán quedado lejos de las aspiraciones y demandas de quienes querían un nuevo Oaxaca, con la plena ciudadanización de los órganos electorales. Así, estos 111 días no arrojan resultados positivos para la pretendida transición democrática.

Es corto este tiempo en evaluación, pero es el único tiempo para construir las bases de un mejor futuro. No se ven esos cimientos, sin embargo queda aún esperar mejores días. Por lo pronto se manejan los primeros cambios, la del Secretario de Seguridad Pública, el muy echado para adelante Marco Tulio López Escamilla y del rebasado director del IEEPO, Bernardo Vásquez Colmenares.

Como sucesor de Bernardo se menciona al ex precandidato del PRI a gobernador del estado en el pasado proceso, José Antonio Estefan Garfias, político de mano dura, cuyas estrategias de fuerza seguramente se estrellarán con un beligerante gremio magisterial. Se necesitan cambios buenos.