Legislar contra sueldos estratosféricos de regidores

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Para detener los excesos de una parte de los concejales de los ayuntamientos de Oaxaca, que elevan sus sueldos, dietas, viáticos, pago de servicios, hasta donde les place, es preciso que el Congreso y ejecutivo estatal atiendan las voces de los munícipes (quienes viven en un municipio) que piden legislar para evitar esos abusos.

Para ello se tendría que reformar la Ley Municipal del estado, de tal manera que, resguardando las atribuciones que confiere el artículo 115 de la Constitución federal, se encuentre cómo responder a esta urgente demanda ciudadana.

Testimonio actual de esta dinámica que constituye un agravio para los ciudadanos son Santa María Huatulco y Pinotepa Nacional. Quien viaja a las hermosas bahías de ese destino turístico y no sale de la zona elegante comandada por FONATUR, no imagina la aguda pobreza de la mayoría de sus habitantes. Menos si le toca ver al presidente municipal, ataviado con su nueva elegante vestimenta blanca (“vestidura”, dice él), rodeado de fornidos guardias, cual regente de una riquísima villa del Caribe tropical.

Pero Santa María Huatulco, con una población de casi 39 mil habitantes, más del 60 por ciento está en la pobreza. La mayoría habita en zonas populosas como La Crucecita (16 mil), la cabecera (8 mil) con sus localidades muy pobres como La Erradura, Chacalmata, Cuapinolito, y el Sector H3 (2 mil) dentro de la zona residencial con una apariencia de fabela brasileña.

En su larga historia del PRI como productor de presidentes municipales de Huatulco nunca hizo algo seriopara mejorar la situación de la gente humilde, hasta que llegó el expriista “Lencho” Lavariega con la coalición de partidos opositores y derrotó al PRI… sólo para instaurar un ayuntamiento frívolo.

Lo mismo sucede en Pinotepa Nacional, con una población de 50 mil habitantes y más pueblos y localidades con un bajo índice de desarrollo humano. Ahí poblaciones como Corralero, El Chivo y Collantes ilustran el atraso.

De suyo los presidentes municipales de Pinotepa ejercen con la mirada puesta en otras partes, ninguno ha dejado huella de un trabajo en pro de los desfavorecidos. El reparto del poder municipal se daba entre familias de abolengo, hasta que llegó el Capitán Carlos Sarabia, oriundo de una pequeña localidad, sin apellido ilustre… y agudizó la forma autoritaria de gobernar el municipio.

Ediles del “Grupo Nayarit”

Estas realidades paradógicas, lacerantemente contradictorias de pueblos miserables y gobernantes ricos, debe cesar. Sobre todo en municipios donde gobierna la coalición opositora que se envolvió en la bandera del cambio, como Huatulco, Santa Lucía del Camino, Ixtepec, Santa Cruz Xoxocotlán. Municipios estos dos últimos donde en menos de 100 días se ratificó la vieja dinámica de prepotencia y corrupción.

Estos dos y el presidente de Ciudad Ixtepec forman el llamado “Grupo Nayarit” que apoyan con todo al precandidato perredistas de los “chuchistas vendidos” al gobierno de Nayarit, Guadalupe Acosta Naranjo. Por cierto Naranjo fue quien como diputado federal introdujo dentro de la cajuela de su auto al edifico cameral a Julio César Godoy, vinculado con el narco, para que rindiera protesta como diputado y gozara de fuero.

Entre tanto, el gobierno oaxaqueño (Ejecutivo y Congreso) se ocupa de cambios cosméticos a la Constitución local, que anuncian de proporciones históricas, pero aquello que lastima, que urge de atención porque afecta duramente a los pueblos queda de lado, desatendido.