Todo sigue igual…

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En Oaxaca todo sigue igual dice la gente. La decepción social es notoria. Las expectativas que generó el gobierno del “cambio” no se cumplen. Los plantones, paros, cierre de calles y carreteras incluso han aumentado en número e intensidad. Hasta 10 manifestaciones se han dado en un solo día, como nunca. Las pérdidas económicas por esta agitación política siguen siendo millonarias, ante un gobierno impasible y complaciente.

En materia de representación política es muy notorio lo que pasa, fue donde se dio la primera muestra de incongruencia, pues de inmediato personeros del tan cuestionado gobierno anterior tomaron altos cargo en el nuevo gobierno.

José Antonio Estefan Garfias, Andrés Webster Henestrosa, connotados priistas- ulisistas ocupan cargos de primer nivel, así como una pléyade de personajes similares que por supuesto no pueden cambiar sus prácticas burocráticas de la noche a la mañana y reproducen sus antiguas maneras de administrar el erario y el servicio público.

El primero fue pre-candidato a gobernador por el partico tricolor y por ende en teoría adversario de la alianza de partidos que llevó al triunfo a Gabino Cué. Hoy Estefan es Secretario de Transporte desde donde asesta al público su soberbia y mal trato. Ante la problemática de los mototaxistas, se negó en principio a atenderlos, argumentando que ese no era su trabajo. ¿Entonces cuál será su ocupación? ¿Sólo cobrar y pavonarse con el cargo?; el segundo fue Secretario de cultura con Ulises, cargo en el que ahora repite, sin que muestre mejores resultados. Sería ganancia que ahora no fuera acusado de faltantes en las comprobaciones de millones de pesos como lo hicieron los diputados de la LX Legislatura de Oaxaca.

Auténticos emisarios del pasado retornaron a cargos importantes; las prácticas viciadas persisten. En materia de obra pública continúan las mismas quejas de constructores locales quienes denuncian al titular en la materia de que privilegia —como siempre— a su grupo de amigos o socios constructores; que no hay licitaciones reales y se entregan las obras por consigna.

Un caso muy sonado fue el de la obra del distribuidor vial en Cinco Señores, proyecto que de pronto se presentó, cual auténtica sorpresa, ya elaborado, validado, licitado y hasta con empresa ganadora que ya la tenía asignada y puso en marcha de inmediato. Los árboles fueron arrancados sin cuidado y fueron llevados a pudrirse a un campus de la UABJO, a su deportivo, donde murieron.

Entre tanta sospecha y opacidad con esta obra surgió la versión de que la empresa “ganadora” de la licitación era del ex gobernador José Murat quien la habría recibido en pago de la factura política por su apoyo a Gabino Cué en contra de su partido el PRI en las elecciones de 2010. Murat lo niega por supuesto, pero para él siempre fue fácil mentir. Solía decir a algún líder: “Ayer te lo prometí pero hoy cambié de opinión.”

Otros personajes en el poder provienen de los grupos de presión regionales que ganan por partida doble, como altos funcionarios y con sus negocios familiares de grupos políticos que presiona y obligan al gobierno a otorgarles recursos para proyectos, financiamientos, concesiones, etc. Lo de siempre, sólo que ahora también ganan como parte del gobierno. Es el caso de la familia De Gyves Montero, que preside Leopoldo De Gyves de la Cruz, uno de sus vástagos, Emilio, es secretario particular de un alto funcionario y otro Lenin regidor del ayuntamiento de Juchitán. En tanto Leopoldo Padre continúa al frente de grupos de trabajadores o campesinos con el giro de asesor contra instituciones o el gobierno a quien por su cuenta arranca a menudo favorables negociaciones.

Ahora estos grupos son gobierno e interlocutores al mismo tiempo. Así cómo detener al menos la oleada de grupos que cada vez con mayor desenfado afectan a Oaxaca. Por el contrario así tienen todo para incrementarse, la cifra de 3 mil grupos de este tipo es demasiado.