La “familia” (Martínez Helmes) entierra a la UABJO

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Gobernada la UABJO no por hombres de ciencias o humanidades sino por caciques provincianos desde hace décadas, primero Nahúm Carreño Vásquez y ahora por Abraham Martínez Alavés, ambos apoyados en grupos violentos, “porros”, su decadencia ha sido permanente y sostenida.

A finales del año pasado Georgina Corazón Aquino entonces directora de la Faculta de Enfermería y Obstetricia de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO) denunció a Abraham Martínez Alavés (padre del rector actual) y al rector Eduardo Martínez Helmes de la violencia en esa escuela en el proceso electoral para la nueva dirección. Señalaba a los comandantes de porros de este par, padre e hijo: “El Trosky”, “El perro” y “El taquero”.

No obstante los daños a la infraestructura, provocaciones y violencia la elección no se suspendió. Ha pasado un semestre, montado en su macho el rector Eduardo no acepta a la nueva directora de esa Facultad, Maribel López Pérez, ni a los alumnos que se inscribieron en la escuela.

Estamos, pues, ante una facultad casi fantasmal para el rector y familia: sin dirección ni alumnos. Fantasmas que no los dejan hacer su real voluntad, cumplir alguna promesa de amor filial, dar ese cargo de directora de Enfermería a su señora madre. De esta manera el iluminado Abraham, cacique universitario, podría completar su misión: él como vigilante general de esa Universidad, su hijo rector y su esposa directora.

El castigo a los alumnos por sostener a la directora que eligieron en contra de la voluntad de la familia caciquil que ha dando la puntilla final a esta alicaída universidad es radical: el no reconocimiento de sus estudios, casi nada. Son 377 alumnos de Enfermería, de los cuales sólo reconocían a 87. Sabe esta familia que sólo la máxima dureza puede triunfar, aunque sea para objetivos patrimonialistas en una institución pública. De ahí que enviara a sus comandantes “porriles” a desalojar a los alumnos que tenían “tomadas” las instalaciones de su escuela de enfermería, la mayoría mujeres. Como para dar legitimidad a esa represión emitió un acuerdo a modo del “H. Consejo Universitario” para nombrar a una “Comisión ejecutiva” para dirigir esa Facultad. Comisión nombrada, claro, por la familia.

La familia Martínez Alavés-Helmes que ha construido su poderío con base en la degradación académica y cultural de la UABJO, despidiendo a los maestros con capacidad crítica, prestigio y de tiempo completo, dividiendo esos tiempos completos en infinidad de horas que entregan a profesores de medio pelo incondicionales suyos para tener al mismo tiempo más votos de profesores y más profesores inmersos en esa dinámica decadente con que tuercen la voluntad de los alumnos para votar por quienes la familia caciquil designe.

La UABJO ha caído demasiado, a los últimos lugares. En la publicación de ANUIES “La calidad de las universidades públicas estatales en México desde la perspectiva de un multiranking”, considerando a las universidades estatales la UABJO se encuentra en el lugar 31 con apenas 265 maestros de tiempo completo. En el ranking de universidades mexicanas con respecto a Iberoamérica de las 39 universidades consideradas la de Oaxaca se encuentra en el lugar 37. Por citar sólo un par de evaluaciones.

Una Universidad tiene tres funciones nodales: educación, investigación y extensión universitaria. Si en la formación de profesionales ya vimos que anda en el sótano, en cuanto a investigación ni siquiera figura, y ni en publicaciones de libros y revistas. Esto es, la UABJO incumple todas sus obligaciones como institución. Es un problema, no solución de algo para Oaxaca. Su Radio Universidad, esa sí fantasmal, cumplirá este octubre 50 años y desde hace meses medio funciona sin director, ni “Comisión ejecutiva”, en el caos y abandono de todos, cacique, rectoría, trabajadores. Y si no cumple UABJO con sus tareas sustanciales, ¿qué caso tiene sostenerla?

Desde hace años los de la iniciativa privada declaran que procuran no contratar más a egresados de la UABJO, se quejan que además de tener mala formación arrastran la impronta que caracteriza a esa Institución y que todo el tiempo está a la vista con paros, “tomas” de rectoría y de avenida Universidad, emplazamientos a huelgas e inconformidades de su casi media docena de sindicatos (tiene 5, entre ellos uno de confianza), etc.

Gobernada la UABJO no por hombres de ciencias o humanidades sino por caciques provincianos desde hace décadas, primero Nahúm Carreño Vásquez y ahora Abraham Martínez Alavés, ambos apoyados en grupos violentos, “porros”, su decadencia ha sido permanente y sostenida, ahí están las estadísticas nacionales. (C. Blas)