Gobierno y magisterio uno solo contra la ACE del gobierno federal

todos_contra_la_aceMalditos aquellos que con sus palabras defienden
al pueblo y con sus hechos lo traicionan.
Benito Juárez.

 

El 21 de mayo fue la fecha fatídica en que el magisterio oaxaqueño con su dirigencia de la Sección 22 volvió a tomar el centro de la ciudad de Oaxaca. Contrario a lo que podría esperarse al segundo año de este gobierno, ahora las desavenencias de la parte gubernamental con el grueso de los delegados magisteriales fue peor que el año pasado. De hecho el plantón duró media semana más, pero sobre todo fue más violento en cuanto a las respuestas, declaraciones y reclamos de los maestros, así como en sus movilizaciones, bloqueos a empresas, oficinas, cruceros, aeropuerto, etc.

La curva de aprendizaje de este gobierno no concluye. Más bien retrocede extraña y peligrosamente. Pues si no logra el gobierno una estrategia, urgente por cierto, para detener el daño permanente que hace la sección sindical con sus paros de actividades por cualquier motivo (este jueves 14 junio para recordar el intento de desalojo de 2006), tampoco atina a encontrar como manejar lo más adecuadamente posible las negociaciones con el magisterio.

Mayo es un mes pesado para Oaxaca, mes que se espera con pesar en todo el estado por la inminente e inevitable suspensión de clases. Pero eso se acentúa en la capital del estado, donde al menos una semana un grupo de maestros se planta casi como una actividad tradicional desde hace unos 30 años. Otro de los usos, abusos y costumbres de la entidad que a tres décadas ya es a todas luces insostenible. No sólo la educación de los oaxaqueños ha sido severamente dañada, también la economía ha sufrido daños irreversibles. Sin embargo, el gobierno actual ha dado este año respuestas decepcionantes al respecto, más adelante volveremos con esto.

Gobierno, todo al magisterio

Como nunca ahora se vio al gobierno hacer todo para agradar a la dirigencia de la Sección 22, la actitud más que condescendiente de la autoridad ante el magisterio lo llevó a plegarse a las demandas de la sección casi como parte o aliado de éste. Rechazó con vehemencia el gobernador hasta en foros nacionales el Acuerdo por la Calidad Educativa (ACE), plan del gobierno federal donde figura destacadamente el proceso de Evaluación de la calidad educativa.

Es evidente la subordinación del gobierno del estado hacia el magisterio, no sólo porque al contradecir al gobierno federal en sus estrategias nacionales se confronta con éste, sino todavía más, desde febrero de este año gobierno y magisterio presentaron conjuntamente la alternativa a la disposición federal con el acá famoso “Plan para la Transformación de la Educación de Oaxaca”.

De esta manera el gobierno de Oaxaca reprobó el Acuerdo federal, y el mensaje prácticamente fue: “Gobierno federal estás mal, y están bien mis muchachos de la Sección 22.” Fue el 7 de febrero de este año cuando se realizó esa presentación. Los meses pasaban rápido rumbo a mayo y los dirigentes negociaban intensamente con sus débiles contrapartes del gobierno y del IEEPO para obtener todo cuanto se pudiera antes de mayo, aprovechando, claro, el temor a un mayo magisterial largo como en algunos años se ha dado.

Malas negociaciones

Desde el año pasado, cuando el plantón magisterial duró menos tiempo y no fue tan beligerante como ahora, varias voces alertaron sobre la mala conducción del proceso de negociación con la estructura de gobierno de la Sección 22. En síntesis los también miembros de llamado Movimiento Democrático del Magisterio no se rigen sólo por el Comité Ejecutivo de la Sección 22, su órgano de máxima representación pero no de gobierno absoluto.

Es la asamblea general del magisterio la máxima autoridad donde concurren los delegados representantes de todas las regiones del estado; son esos delegados, muchos adscritos a corrientes políticas propiamente magisteriales y otros de grupos regionales, quienes toman las grandes decisiones. Aunque también queda otra instancia de decisión que es la consulta a la base, como la realizada para decidir si se levanta o no el plantón en el zócalo. Claro que acá los delegados tienen gran influencia al consultar a sus compañeros.

Las voces que desde el año pasado alertaron sobre la mala conducción de tratos y negociaciones con el magisterio oaxaqueño no fueron escuchadas de nuevo. No obstante, ese mismo año el plantón se instaló y duró dos semanas cuando se esperaba que por ser, supuestamente, Gabino Cué y su grupo aliados contra el ex “tirano” Ulises Ruiz la relación habría de ser de terciopelo y la ciudad de Oaxaca se libraría por fin de marchas y plantones que han quebrado comercios y a prestadores de servicios. No fue así.

Y no fue así por varios motivos. Mencionamos algunos.

1) Magisterio anti cualquier gobierno. El magisterio nunca se pronunció de manera oficial a favor de Gabino Cué Monteagudo durante el proceso electoral de 2010. Si bien fueron aliados en 2006 cuando coincidían en su pugna contra Ulises Ruiz, el magisterio mostró una sintomática neutralidad en la disputa electoral. Si algunos maniobraron a favor de Cué lo hicieron por su cuenta, la dirigencia fue muy clara en sus declaraciones públicas: no estamos con ningún partido. Neutralidad que decía mucho: ganara quien ganara ellos seguirían igual, contestatarios y antigobiernistas de oficio. Ese es su sino, estar contra cualquier gobierno, quien hizo una lectura diferente es porque no conoce el tema.

2) Corrientes contra Chepi. Por lo anterior, sería casi imposible que la dirigencia de la 22 entregara el movimiento al “gobierno del cambio”, eso no lo permitirían los grupos internos de la Sección los que una y otra vez han echado abajo en las asambleas las intenciones de los dirigentes Azael Santiago Chepi y Gabriel López Chiñas de inducirlos hacia medidas favorables al gobierno. El permanente “sospechosismo” de que los líderes de hoy y de siempre tienen arreglos con el gobierno (que la realidad evidencia) hace que la mayoría vote generalmente en contra de sus propuestas. Lo que sucedió en esta jornada de mayo de 2012, donde los dos dirigentes mencionados llegaron con la consigna de culminar pronto el plantón. Una y otra vez la mayoría contradecía a su dirigencia.

3) Mala operación política. Esta situación coadyuvó en mucho para que el paro de labores se prolongara más este año y con mayor virulencia. Además que tampoco este año los más de 15 grupos al interior de la sección fueran atendidos, cabildeados para posibilitar una jornada menos intensa y larga. Pero no, igual que el año pasado todas las atenciones fueron para Chepi, Chiñas y otros pocos. De aquí que digamos que la curva de aprendizaje de los hombres del gobierno no se cierre. Y de ahí que el ex director del IEEPO Bernardo Vásquez Colmenares haya sido corrido vergonzosamente no por su jefe el gobernador sino evidentemente por el magisterio no obstante haya sobreatendido a los dirigentes mencionados, con una relación personal hasta estrecha; después de soportar tantas insólitas exigencias de los insuflados dirigentes se fue. Como dijo Machado: “Tanto penar para morirse uno”.

4) Desinforman al gobernador. Durante meses los encargados de la operación política ofrecieron información errada al hacer creer al gobernador que el problema estaba resuelto. Bernardo Vásquez Colmenares, Jaime Bolaños Cacho, Alfredo de la Rosa y Jorge Castillo presumían haber arreglado todo con la dirigencia del Comité Ejecutivo Seccional. Esto se vio hasta en las semanas del paro y plantón en el zócalo. El mismo gobernador aseguraba que ya se levantaría el plantón, pero los maestros seguían ahí. De la Rosa declaraba que primer fin de semana y luego que el segundo fin se levantaría el plantón y sucedía lo contrario, antes bien esas infundadas declaraciones encendían más a la Asamblea General y su base que votaba a favor de continuar la protesta. Lo anterior se explica en el marco de la auténtica guerra en el gabinete donde los grupos políticos se confrontan casi abiertamente sin que nadie los pare, sin árbitro.

7) Pugnas en el gabinete. La mala operación política exhibida de nuevo por los encargados de negociar con el magisterio fue otro factor que violentó de más la reciente jornada. En un hecho insólito nunca antes visto el magisterio exigió al gobierno que el director del IEEPO, Bernardo Vásquez Colmenares, no participara en las negociaciones. Rápidamente fueron complacidos. Entonces se habilitó a dos negociadores plenipotenciarios: Jaime Bolaños Cacho y Alfredo de la Rosa, este último chihuahuanse que llegó del Distrito Federal, del equipo político de Manuel Camacho Solís. Públicamente el gobierno estableció que nadie más que ellos podrían hablar en torno al proceso de negociaciones. Todo aquel que se atrevió a una mínima libre expresión sobre el tema fue censurado, como sucedió con Manuel Maza Sánchez entonces director general de Protección Civil, quien fue desautorizado públicamente por la oficina de Comunicación Social del gobierno en sus declaraciones al respecto. Los dos funcionarios fueron los encargados formalmente de llevar las negociaciones, pero había otro más poderoso que con chequera en mano dirigía esos trabajos: el poderoso cuasi jefe del gabinete Jorge Castillo, personaje estrechamente vinculado a los dos hombres fuertes de este gobierno Gerardo Cajiga, secretario de Finanzas y Diódoro Carrasco Altamirano, ex gobernador de Oaxaca y ex jefe de todos ellos, incluido el gobernador. Diódoro, ex priista candidato a Senador hoy por el PAN es reputado como auténtico poder tras el trono en el actual gobierno. Paralelamente operaba la Secretaría General de Gobierno con el también ex gobernador Jesús Martínez Álvarez al frente. Aunque bloqueado y agredido por los mismos personajes mencionados en esta pugna, finalmente cuando los otros ya no pudieron maniobrar más, fue la Secretaría General de Gobierno quien negoció y llegó a acuerdos con el magisterio. En este último tramo del conflicto, cuando De la Rosa, Bolaños y Castillo habían sido desplazados de las negociaciones corrió fuerte la versión que maniobraban ahora ya no para levantarlo sino para proseguir con el paro, todo con tal de exhibir mal al Secretario de Gobierno y así lograr su caída tan trabajada por ellos desde finales del año pasado.

¿Qué cambió?

Si este gobierno que prometió el cambio para llegar al poder sabía que su cometido era nada cambiar, sino sólo iba por el sempiterno “quítate tú pa´ponerme yo” ¿por qué cambió la probada táctica de atender al magisterio de la Sección 22 y su entramado de grupos que dominan las Asambleas Generales? Cambiar en materia del servicio educativo implicaba parar la dinámica ingobernable de la Sección, sus paros frecuentes y el casi tradicional de mayo con sus grandes afectaciones a lo largo de tres décadas.

Caro ha salido este caótico actuar de la administración pública estatal al pueblo de Oaxaca. Sobre todo a la ciudadanía por los daños archisabidos: pérdida de clases, abandono de la educación de la niñez y destrucción de la economía, columnas vertebrales ambas de cualquier sociedad: educación y economía. Aunque también al mismo gobierno ha pagado mucho por su ineficiencia pues fue exhibido en su debilidad al tener que consentir la modificación de su gabinete por parte del magisterio. No uno, tres altos funcionarios se fueron de golpe: el director general del IEEPO, Bernardo Vásquez Colmenares; Daniel Pérez Montes y José Luis Melchor, Coordinador General de Planeación y Coordinador de Proyectos Estratégicos, respectivamente. Corridos por la Sección 22 evidentemente.

Era inminente el desastre que se avecinaba al iniciar una administración pública y dirección del IEEPO sin un proceso previo de planificación estratégica, una administración proactiva no reactiva para afrontar al poderoso grupo sindical; un gobierno que previera los daños no que los quisiera reparar. Es como cruzarse de brazos a sabiendas perfectamente que con el pozo abierto el niño se ahogará y se esperara eso deliberadamente para después tapar el pozo. Imagen ésta que no puede ser más exacta, pues todos los gobernadores desde Heladio Ramírez (padre de la Sección 22) pasando por Diódoro Carrasco, Murat, Ulises y hasta el actual han dejado que generaciones de oaxaqueños se ahoguen materialmente en el pozo de la ignorancia.