Oaxaca, desastre electoral

OPLE-INE, gobierno y partidos impiden elecciones municipales

Homero Villaurrutia


INE y IEEPCO-OPLE no pueden realizar elecciones en ningún municipio con conflictos, ni en los de partidos políticos ni en los de usos y costumbres. San Dionisio es ejemplo de los primeros y Cotzocón, San Juan Mazatlán, San Antonio de la Cal, Eloxochitlán, de los segundos. Una mayor ingobernabilidad se cierne sobre Oaxaca con estos órganos electorales ineficientes en extremo.

 

En la peor crisis político-social del país, los órganos electorales (INE y IEEPCO-OPLE), el Gobierno estatal y los partidos políticos en Oaxaca, están dando golpes mortales a la democracia, ya sea por ineptitud, servilismo o buscando satisfacer intereses facciosos. Su obligación es garantizar la renovación periódica de los gobernantes, rasgo distintivo de toda democracia; aquí hacen todo lo contrario y obstaculizan que se realicen las elecciones municipales.

 

Sus primeras víctimas son los ciudadanos de los municipios de Oaxaca. Su historia reciente inicia con San Dionisio del Mar, Eloxochitlán de Flores Magón y San Juan Mazatlán. ¿Cuánta violencia?, ¿cuántos muertos?, ¿cuántas comunidades enfrentadas más vendrán? Y es sólo el comienzo. La irresponsabilidad e incompetencia salta a la vista.

 

OPLE Oaxaca, reprobado con San Dionisio

 

Las alarmas se encendieron en el Instituto Nacional Electoral (INE) en semanas pasadas. Los consejeros del INE México mostraron su preocupación por el actuar de las OPLEs, particularmente en Oaxaca; a los yerros de sus bisoños consejeros se sumaba el riesgo que conllevaba organizar una elección municipal extraordinaria: San Dionisio del Mar.

 

En el seno del Consejo General del INE se barajó la posibilidad de ejercer la facultad de asunción que les confiere la ley: hacerse cargo de todo el proceso de la elección extraordinaria; además, sería un ensayo para lo que se prevé pueda ocurrir en próximos comicios, asumir desde la instancia federal todo el control del proceso electoral. Finalmente no ocurrió tal, al darse cuenta que equivalía a darse un balazo en el pie, pues exhibiría sus propias componendas en la integración del Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana, o sea el Organismo Público Electoral de Oaxaca.

 

Optaron pues por una solución intermedia, formalmente la elección de San Dionisio seguiría en manos del IEEPCO-OPLE (Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca- Organismo Público Local Electoral); en los hechos, quien tomaría el mando sería la delegación estatal del INE, vía Roberto Cardiel y amparados en las amplias facultades para realizar las tareas de organización y capacitación que les de la legislación general electoral.

 

Ilegal suspender elecciones

 

La salida no fue la mejor, la combinación del protagonismo de Roberto Cardiel y la incapacidad y subordinación de Gustavo Meixueiro, presidente del OPLE Oaxaca, junto con la incompetente actuación del gobierno estatal, dieron al traste con el proceso de San Dionisio del Mar y llegaron a una medida extrema: suspender las elecciones. Sólo que su solución es totalmente ilegal,porque los comicios se tienen que realizar en la decha estipulada.

 

Al respecto, quien expuso esta situación con claridad es el propio consejero del INE Benito Nacif, dio los argumentos legales de Por qué no se pueden suspender elecciones(El Universal 16/12/2014); si bien se refiere a la petición de suspenderlas en Guerrero, señala que no hay en la legislación ninguna posibilidad para hacer tal cosa. Para ello se requiere una reforma constitucional. Y, teniendo como marco la Ley General de Instituciones y Procesos Electorales, lo mismo aplica para Oaxaca.
El propio código electoral oaxaqueño faculta al Consejo General del IEEPCO a “ajustar” las fechas de las distintas etapas, sólo hay una que no se puede cambiar: la jornada electoral.

 

Así la decisión del IEEPCO-OPLE es ilegal, de entrada. Aunque Gustavo Meixueiro señala, no sin razón, la irresponsabilidad de la Secretaría General de Gobierno de generar las condiciones de gobernabilidad y paz social para la celebración de los comicios, con ello sólo busca evadir su responsabilidad.
Y es que, a quien le corresponde encabezar el cabildeo y buscar los acuerdos con los partidos políticos es al órgano electoral. No lo hizo.

 

Órganos electorales, pifias

 

El encargado de establecer el consejo municipal es el IEEPCO. Tampoco lo hizo. Se veía venir el fracaso de la elección cuando azuzados por sabrá quién, un par de consejeros (Filiberto Chávez y Gerardo García Marroquín) intentaron ingresar a San Dionisio como si fuera un día de campo; fueron corridos. Entonces, presumiendo que el sí sabe cómo hacerlo, Roberto Cardiel envió a los vocales del INE en Juchitán; también fueron rechazados. Y es que no hubo ninguna operación política previa. Vaya, ni un diagnóstico mínimo que les permitiera conocer el contexto de la elección y los conflictos que ahí enfrentarían.

 

La vena de la subordinación es evidente. Sí ya el OPLE no es autónomo pues recibe órdenes del INE que mas da ahora abdicar ante el gobierno estatal. ¿Acaso Meixüeiro Nájera cree que sólo lo pusieron ahí para ir a colocar urnas?

 

Cómo es posible que, por ejemplo, el 4 de noviembre, como consta en la minuta firmada ese día (copia en poder de En Marcha), el IEEPCO aceptara que “los representantes de los partidos políticos presentes se comprometen a buscar un local que se encuentre dentro de los límites de San Dionisio del Mar para instalar el Consejo Municipal.” ¿No se supone que es el órgano electoral el que escoge su local y convoca a él a los partidos políticos? ¿Cómo ser imparciales si sólo se encontraban representantes de dos partidos: el del PRI y el suplente del PRD?

 

Cardiel del INE, errores

 

Eso sí, Roberto Cardiel, delegado estatal del INE, se ufanaba: “denme 24 horas y organizo la elección”. No le alcanzaron dos meses, sus vocales de capacitación y organización y el Vocal Distrital en Juchitán fueron obligados a firmar una minuta declarando que no había condiciones para la elección. Fue bajo presión, pero no hubo denuncia posterior ante las autoridades de este hecho.

 

Ante este panorama, Cardiel anunció que él personalmente acudiría a San Dionisio para “coordinar las tareas de organización y capacitación”, publicó incluso fotos en las redes sociales. Pero gran chasco se llevaron los capacitadores y personal del Distrito 7, con cabecera en Juchitán, pues Cardiel los citó en las oficinas distritales, fue lo más lejos que llegó del hotel en que estaba cómodamente hospedado, ni para conocer el municipio que tantos problemas les daban se dio una vuelta por San Dionisio.

 

Cardiel convocó a los partidos políticos a firmar un “pacto de civilidad y no violencia” con la ingenua idea de que bastaba ello para evitar problemas. Ah, por cierto, también invitaría a Gustavo Meixüeiro del OPLE. Sólo que a su convocatoria únicamente concurrieron PRI, PVEM y PSODO. Faltaron PRD y MC; y la desestabilización era azuzada desde estas filas, particularmente de los perredistas.

 

La cadena de desaciertos continuó; junto con la operación de Jorge Bustamante García, el administrador municipal y uno de los ejemplos más claros de corrupción e impunidad en la historia reciente de Oaxaca. Con los millonarios recursos que cuenta (del erario público, por supuesto), operó para que una facción se resistiera a la realización de las elecciones y generara actos de violencia. El priista contó ahora con el apoyo de los perredistas (que utilizan el membrete, pero sólo son mercenarios de la política). Sin contrapeso de las autoridades estatales, y en franco desafío, lograron parar la elección.

 

¿Se atreverán ahora Gustavo Meixüeiro y Roberto Cardiel a interponer denuncias contra los partidos políticos que boicotearon, haciendo uso de la violencia, las elecciones?

 

Y aún hay más. En la segunda semana de diciembre, fueron convocados con carácter de urgente los consejeros del INE en Oaxaca; el robo de los exámenes que se aplicarían a los aspirantes a capacitadores electorales encendió de nuevo las alertas. De lo que sucedió se guarda gran hermetismo, dadas las implicaciones que tendría.

 

Los municipios de Usos y Costumbres

 

En el mes de junio una emboscada a policías que incursionaban en San Juan Cotzocón, con saldo de varios muertos, evidenciaría la torpeza de los cuerpos de seguridad pública y de los “operadores políticos” del gobierno estatal.

 

La tensa situación en ese municipio, cuya paz pende de alfileres, no fue considerada siquiera por los consejeros del OPLE; si mostraron ya su torpeza en un municipio del régimen de partidos políticos, en los de usos y costumbres no dan pie con bola. Primero, el consejero presidente se reunió con el actual presidente municipal, Jaime Regino Patricio, quien amenazó con movilizaciones para ser recibido. Su pretensión era lograr una reelección de facto; en Cotzocón el periodo municipal es de un año. Pues bien, Gustavo Meixüeiro le prometió que el consejo general aprobaría la ampliación del periodo municipal a tres años y, con ello, su continuidad en el cargo.

 

Sólo que después se aparecería el ex administrador municipal de ese municipio, Álvaro Ayala, también con su grupo de facinerosos. Fue recibido de nuevo por Meixueiro Nájera y a éste le prometió que se realizarían elecciones a la brevedad, y, de paso, garantías para que Ayala pudiese hacerse con la presidencia. Y Ayala tiene un negro pasado en su tierra; sus líos amorosos con su tesorero devinieron en millonarios recursos desviados por uno y otro. Pero ahora, recomendado del talibán José Murat, exigió a Nájera oponerse al edil en funciones. Y para operar en el Instituto el encargado es el impresentable Juan Díaz Pimentel, quien prepotente y grosero llega a dar órdenes, pues, señala, a él las leyes no le importan y las cosas se hacen como él y su patrón quieren.

 

Entrampado entre sus promesas, primero el IEEPCO ordenaría una consulta para ampliar el periodo municipal y “ratificar” al actual ayuntamiento. Luego, en complicidad con el subsecretario de Operación Regional de la Secretaría General de Gobierno, Jorge Alberto Ruiz, ordenaría suspender la consulta –como se lo había ordenado Murat, vía Díaz Pimentel.

 

Y el horno no está para bollos en Cotzocón. Las torpezas de Meixueiro y compañía pueden desencadenar un baño de sangre.
San Juan Mazatlán, Mixe

 

Algo similar ocurre en San Juan Mazatlán, Mixe. Ahí, pese a realizarse la elección sin contratiempos el Partido Acción Nacional quiere imponer a un administrador municipal. José Valencia Padilla, con una decena de personas de dos comunidades, —Tierra Negra y Felipe Ángeles— buscan desestabilizar el municipio. Lejos de ordenar una consulta a dichas comunidades para corroborar su posición, como ya se realizaron en las otras 29 que conforman el municipio, el Consejo General, anuló la elección.

 

Los caprichos de Valencia Padilla tiene su historia en sus compromisos con el PAN; Valencia es uno de los chapulines políticos (por aquello que brincan de partido en partido), fue integrante del “Frente Renovador del PRI”, partido que dejó bajo la promesa del panismo de hacerlo diputado por el distrito de Tuxtepec o Matías Romero. No lo logró y como premio de consolación Juan Iván Mendoza y Eufrosina Cruz le prometieron una administración y como se le están yendo los tiempos, está armando su propia desestabilización. A estas presiones y compromisos respondieron Meixueiro Nájera y los consejeros del IEEPCO; pues su designación fue pactado entre el PRI y un ala del PAN, precisamente la de Eufrosina Cruz.

 

Pero ya tuvieron una muestra de las consecuencias de sus compromisos partidistas, pues el pasado 15 de diciembre los flamantes consejeros electorales del OPLE fueron retenidos por más de 12 horas. Y las cosas se ponen más candentes.

 

El pago de cuotas es la constante en su actuación: ya las de Murat, las de Hernández Fraguas; las de Eufrosina. Ahora el que exige más espacios es Héctor Pablo Ramírez Leyva y busca colocar en Usos y Costumbres a Juan José Jiménez Pacheco (ex acólito de Cipriano Flores) y quien actualmente está encargado de la estructura electoral (disfrazada de coordinador de Liconsa) en la costa oaxaqueña.

 

Se podría seguir enumerando como el nuevo consejo general del IEEPCO-OPLE, en complicidad con los partidos políticos, obstaculizan la realización de elecciones (San Antonio de la Cal es otro ejemplo). Se ha documentado como los partidos se reparten a los administradores municipales, por tanto hacen hasta lo imposible por evitar que se realicen elecciones. Y todos operan por igual: PAN, PRI, PRD, MC, PSDO, PUP …

 

Y es claro que la ingobernabilidad se enseñorea en Oaxaca, que la Secretaría General de Gobierno no hace nada y cuando se anima a intervenir lo hace mal; que la Secretaría de Seguridad Pública hace rato que sólo sirve para promocionar eslogans en sus vehículos y los menús de la tropa en las redes sociales; pero se niega a intervenir cuando algún conflicto se presenta.

 

Sólo que con la situación actual del país, las aguas se pueden desbordar. La violencia asoma. Cotzocón, Eloxochitlán y San Dionisio del Mar, muestran lo que puede ocasionar la desatención e incompetencia gubernamental.