Corrupción e incompetencia, sello del gobierno federal

Gerardo Nieto
Resumen Ejecutivo/ AP 737

Entre miembros de la nomenclatura priista existe un reclamo recurrente: nadie que no sea del Estado de México o de Hidalgo tiene futuro en este gobierno. Varios políticos se quejan de exclusión, al igual que muchos empresarios que no han podido ganar una sola licitación de obra pública. La élite vinculada a Peña Nieto deja al descubierto voracidad, soberbia, incompetencia y abusos de todo tipo. Al affaire del ex director general de la Conagua se suma el escándalo de las propiedades del Secretario de Gobernación. La cutícula de un régimen es también la punta del iceberg de lo que ya es el sello de la casa: la corrupción.

Un ex gobernador se queja de la situación del país y contrariado sostiene que la elección presidencial del 2012 pudo ganarse gracias al voto que mucha gente le dio al PRI por su experiencia de gobierno y su histórica inclusión. Una de las creencias en sectores específicos de la población era que en el PRI cabían todos ,y todos de una manera u otra avanzaban. En esa elección federal, muchas personas tomaron distancia del elitismo subyacente a la derecha panista o del sectarismo de la izquierda. Pero a poco más de dos años de gobierno, Enrique Peña Nieto confirma que el PRI no sabe gobernar y más que eso, que su ADN político es la corrupción: conflictos de interés, escándalos inmobiliarios, abuso de funciones, desvío de recursos, sueldos excesivamente altos y un modelo reformista que favorece los intereses de las grandes trasnacionales de la energía. Todo esto hace de este gobierno la negación de un concepto incluyente y de competencia en las tareas de gobierno.

Con Peña todo peor

Durante la presente administración, la inseguridad escala y se extiende a todo el territorio nacional; la economía registra un pobre desempeño, peor que el del interregno mexicano 2000-2012; persiste el desastre educativo, incluye al nivel superior: costoso y socialmente frustrante; la devaluación del peso acumula una onerosa depreciación —casi del 20 por ciento en lo que va del sexenioi—; el sistema de partidos alimenta la indignación social.

 

Líderes que viajan en lujosos helicópteros, que se dicen de izquierda pero que no ganan una elección de mayoría; un Jefe de Gobierno del Distrito Federal que se presta a los juegos de poder de una burocracia partidista que le apuesta a la balcanización como estrategia de control y sobrevivencia; un régimen político agotado, autoritario y esencialmente corrupto que la reforma económica no toca; factótums de poder y élites transversales que operan con agenda propia desde el Congreso y que son los verdaderos dueños del gobierno; imágenes de la primera dama en exclusivos malls de la Beverly Hills californiana, la de los magnates del mundo, artistas de Hollywood y nuevos ricos mexicanos; escándalos inmobiliarios que alcanzan al responsable de la política interna del país y abusos de todo tipo desde la administración pública federal. El esqueleto y el cuerpo de este gobierno es la corrupción y la incompetencia.

 

mal con las élites y el pueblo

Desde Panamá, sede de la Cumbre de Las Américas, Barack Obama elogia las reformas del presidente mexicano. ¿A alguien le quedará alguna duda de a quién beneficia la privatización de todo el proceso de valor del petróleo mexicano y de las fuentes de energía del país? Una economía concentrada y un capitalismo de cuates, muestran dónde está el fondo del problema: en la acumulación inmoral de riqueza de unos cuantos que tienen todo frente a los muchos que no tienen forma siquiera de sobrevivir. Por ello, entre los economistas avanza una hipótesis inquietante: el capitalismo tal y como lo conocemos es un sistema que está muriendo y en su caída, provocará graves rupturas sociales.

Las líneas de fractura se multiplican y alcanzan a los hombres del dinero. El modelo reformista del Presidente desplaza a muchos empresarios y beneficia a un puñado de nuevos ricos. A la inconformidad en las élites se suma la irritación popular. Y frente al bullicio social y los juegos de poder al interior del régimen, se afirma la militarización del sistema. ¿Qué amenazas observa el establecimiento político que decanta la militarización como estrategia de gobernabilidad? A la LXIII Legislatura federal llegarán militares formados en asuntos públicos y de gobierno. Una de las hipótesis abiertas es que, desde diversos centros de los Estados Unidos, se forma ya a los militares para gobernar.

La apuesta es sensible por lo que representa. Es un proceso que descubre que detrás de la reforma económica que privatiza el petróleo y la energía, está el endurecimiento del sistema como forma de asegurar que el modelo reformista no se trastoque, porque son muchos los intereses involucrados. En esto también va la sucesión del 2018. Las reformas del Presidente no admiten cambio en el modelo económico.

¿Cesión de nuevo al PAN?

En este sentido, el mejor escudo a los grandes proyectos involucrados en la apertura energética lo representa el actual grupo en el poder. Esto lleva a la tesis de que el sucesor de Peña Nieto será uno de los suyos; sin embargo, el grupo compacto de Los Pinos enfrenta la reacción de la nomenclatura priista que ve con recelo todo el modelo y la exclusión que entraña. En este sentido, el primer mandatario puede optar por un pacto de cesión de poder a favor del Partido Acción Nacional, con el visto bueno de Washington. El PAN garantiza que el modelo económico no se trastoque.

Junto al gobierno de Peña Nieto, la clase política mexicana no representa al grueso de la sociedad. La lógica del proceso político cambia de manera vertiginosa. Hoy, mucha gente se pregunta el valor real del voto cuando no tiene opciones para votar. En este contexto cabe preguntar la utilidad de la declaración de Carlos Navarrete al anunciar que Miguel Ángel Mancera es ya uno de los potenciales precandidatos a la nominación presidencial perredista en 2018. ¿Qué valor tiene para el Jefe de Gobierno del DF que un líder como Navarrete y un partido como el PRD, justo ahora que padece su peor crisis política desde su fundación, diga que Mancera puede ser su candidato en la justa del 2018?

Ruptura Mancera-Obrador

“Si Mancera quiere ser candidato de un partido corrupto como el PRD, es cosa de él”, sostiene López Obrador. Mientras Mancera dice que con AMLO la relación es respetuosa, no cercana. ¿Era tan difícil entender que una declaración como la de Navarrete aceleraría la confrontación política entre Andrés Manuel y Mancera? En el PRD buscan la ruptura entre ambos personajes, pero ¿en el GDF cuál es la hoja de ruta con Morena? La organización de AMLO llega para quedarse en la capital del país. ¿No sería mejor definir un plan de relación institucional de corto, mediano y largo plazo con Morena?

Es claro que Miguel Ángel Mancera asume el costo de decisiones que no controla. Para nadie es un secreto que la dirigencia que encabeza Carlos Navarrete tiene focos rojos por doquier y que en el DF su debacle electoral es inevitable. Habrá replanteamiento del juego político local después de las elecciones intermedias de junio y Mancera tendrá que lidiar con una oposición incómoda: la de Morena.

En cualquier escenario de ruptura, quien pierde es Miguel Ángel Mancera, un político que se ha empeñado en mantener su condición ciudadana antes que asumir la militancia dura de un partido. ¿Puede en estas condiciones Miguel Ángel Mancera aspirar a la candidatura presidencial de las izquierdas? Sin duda lo puede hacer, pero su proyecto estaría marcado por su cercanía con el régimen del presidente Enrique Peña Nieto. En este sentido, formaría parte de una acción concertada que afirmaría el veto del sistema a la izquierda social. Por omisión, comisión o simple y llana ingenuidad, Mancera sería utilizado y enfrentado al candidato que plantea un punto de quiebre del sistema. El fin de semana, en una acción de hostigamiento en la delegación Gustavo A. Madero, Andrés Manuel López Obrador concluyó que quienes lo increparon en la plaza pública eran infiltrados enviados o por Víctor Hugo Lobo o por Miguel Ángel Mancera. La ruptura entre Mancera y López Obrador es cuestión de tiempo.

Parte de la tensión política en la capital del país tiene que ver con el secretario de Gobierno del DF. Desde distintos frentes, el consenso es que Miguel Ángel Mancera debe “...controlar a…Héctor Serrano...…se le acusa de hacer proselitismo abierto a favor de los candidatos del PRD y de apoyarlos con recursos públicos (...) candidatos a jefes delegacionales del partido lopezobradorista, le hicieran airados reclamos para que controle a su secretario de Gobierno, al que acusan de estar impulsando la entrega de despensas, apoyos económicos y del condicionamiento de programas a favor de los candidatos del PRD. Martí Batres le pidió incluso... que nombre a otro interlocutor ‘porque no queremos tratar nada con Serrano por su abierto partidismo’. Mancera accedió y se comprometió a nombrar a un nuevo interlocutor con Morena (...) ese mismo día, al salir de esa reunión en el Palacio del Ayuntamiento, el candidato de Morena a la delegación Cuauhtémoc, Ricardo Monreal, fue grabado en un acto de espionaje al llegar a la sede del Sindicato de Seguridad Privada, donde también fue captado el defenestrado líder priísta Cuauhtémoc Gutiérrez. Aunque en un principio se habló de una reunión entre los dos personajes, ambos lo negaron y denunciaron haber sido objeto de espionaje político. La pregunta es si esa será otra de las travesuras de Serrano. ¿Le podrá amarrar las manos Mancera a su secretario de Gobierno o dejará que lo sigan acusando a él de meter las manos a las elecciones?”ii. ¿Podrá Mancera mantener una sana distancia con el perredismo de los chuchos, o formará parte de los juegos de poder del régimen que tiene a la capital del país hecha un gran laboratorio político?

La desconfianza y rechazo hacia la partidocracia, explica que Mancera permanezca en su condición de gobernante ciudadano, hasta donde esa categoría es posible; sin embargo, es claro que su secretario de Gobierno —que no se manda solo —, tiene un pacto político con los chuchos. En la elección del 7 de junio va su resto. Serrano ya no es interlocutor de Morena, partido que una vez en la Asamblea Legislativa y con el control de algunas jefaturas delegacionales, exigirá su dimisión.
Fox, ridículos; Calderón, muertos; Peña, corrupción

Fox fue un Presidente sin temor al ridículo; Calderón es recordado por su controvertida y sangrienta guerra contra el crimen organizado. Hoy, el sello de la casa es la corrupción que se agrava por la manifiesta incompetencia económica, social y política. El modelo reformista del Presidente acelera las contradicciones y evidencia, como lo señala el ex mandatario estatal al que se hace referencia en la primera parte de este análisis, que Enrique Peña Nieto tiene la encomienda de crear las condiciones para que en México se perfile un régimen bipartidista con dos opciones hegemónicas de derecha y un subsistema de partidos satélites en un segundo nivel de competencia.

i Véase: González Amador, Roberto, El peso ha perdido una quinta parte de su valor en el gobierno de Peña en La Jornada. México, marzo 7, 2015. p.-22.
ii García Soto, Salvador, Serpientes y escaleras en El Universal. México, abril 11, 2015. p.-9.