Oaxaca 2016: sucesión y magisterio

Cuauhtémoc Blas


El magisterio sigue presente como principal factor real de poder a considerar en Oaxaca. Antes de los recientes sucesos que pusieron contra la pared a la poderosa Sección 22, cuando los gobernadores tomaban el poder sabían que tenían casi que cogobernar con el Comité Seccional del magisterio. De los resultados de la elección de 2016 depende si continúa o no así.

 

Desde Heladio Ramírez López, lo gobernadores que llegaron tuvieron que ceñirse a las exigencias de la S 22. Por ejemplo, cuando la sección ya no quería a un director general del IEEPO, no tardaba mucho en que éste fuera cambiado. Asimismo, tampoco podían nombrar alguno sin su autorización aunque fuera tácita, pero bajo todos los valores entendidos.

 

Sección 22, cogobernante

 

Por supuesto, los cargos obtenidos desde la famosa descentralización y la minuta firmada con Heladio Ramírez eran intocables, antes bien fueron ampliando su área de control, sus arremetidas eran duras, largas ausencias de las aulas, hasta llegar a acciones de franca confrontación.

 

De las políticas públicas educativas ni hablar, se opusieron a toda posibilidad de aumentar la calidad del servicio, nada de exámenes y evaluaciones, todo por escalafón y militancia sindical. La Prueba Enlace, la Alianza por la Calidad de la Educación, la Carrera Magisterial y hasta el programa de evaluación reciente no pasaron en Oaxaca.

 

Acá todo tropicalizado, “acorde a las condiciones locales o a nuestro ser indígena”, que era decir acorde a los intereses del manejo caprichoso y pecuniario de los jefes de la Sección. Apenas el 1 por ciento de indígenas en edad escolar no saben español, casi nada, o sea esgrimen como argumento una falacia.

 

Caos y corrupción

 

Sólo el dinero podía cambiar estas reglas, pero las cantidades no eran pequeñas para conseguir un cambio de adscripción, más horas o una plaza. Meritocracia y posgrados no contaban (¿ya cuentan?). Militancia, militancia, era la consigna; pasar lista en los mítines, bloqueos, barricadas.

 

Los 200 días del año escolar nunca se cumplían, pero el magisterio recibía su salario íntegro; al contrario, conseguían más aumentos y estímulos, siendo los peor calificados llegaron a ser los maestros mejor pagados de México. Sólo de aguinaldo rebasan con mucho los 40 días mínimos para los trabajadores del país. Los de la S22 cobraban y seguirán cobrando 90 días de aguinaldo.

 

Nadie vería mal que los maestros elevaran sus percepciones y mejoraran su calidad de vida, eso también repercute en la calidad del servicio educativo, un maestro con mejores condiciones puede desplegar mejores capacidades y entusiasmo en su importante labor, y más si está bien capacitado. Pero no es así en Oaxaca, por el contrario a mayor salario peor servicio, la relación estímulo-calidad fue inversamente proporcional a lo que podría esperarse.

 

Gobiernos irresponsables

 

Se daba por sentado que los gobernadores de Oaxaca tenían que aceptar, consentir y hasta defender todas estas “conquistas” del magisterio, y así sucedió de Heladio en adelante, Diódoro, Murat, Ulises y más aún Gabino Cué.

 

Diódoro siguió el esquema de Heladio Ramírez, sortear, administrar los conflictos y no perder el control en el reparto de los recursos, plazas, cargos, de manera que la S 22 no les quitara de más, en esa relación sadomasoquista que entablaron, amigos y enemigos de acuerdo a los tiempos. Lo mismo sucedió con los gobernadores que siguieron.

 

La dirección general y la tesorería del IEEPO siguió manejada por el poder ejecutivo de la entidad, posiciones no disputadas por la gremial pues eso ya sería demasiado que lo tuviera. Aunque tampoco lo necesitaba mucho, le daban todo lo que pedía, y hasta de más. En tiempos de Murat trascendió que éste firmó minutas con concesiones tan excesivas que ni la misma sección se atrevió de pedir se cumplieran.

 

Murat y Ulises expresaban que podían someter y castigar a otros grupos, pero no meterse con la Sección 22, una fuerza tan grande y compacta, con la capacidad para movilizar a 50 mil agremiados, que rebasa con mucho el número de toda la policía estatal, no era ciertamente fácil de someter así, en masa. Este temor los paralizaba, con todo el probado autoritarismo de ambos ex gobernadores.

 

Sacrificar Oaxaca para “gobernar”

 

Mejor negociar, entregar, conceder a los líderes magisteriales todo —sin importar el enorme daño a la educación y el futuro de Oaxaca— que arriesgarse a enfrentar una embestida desestabilizadora de la sección y probablemente hasta perder el poder.

 

Eso fue lo que sufrió Ulises Ruiz, cuando extrañamente desató el conflicto de 2006, después de que había trazado su línea de gobierno de no ir contra la 22. Son los riesgos de estos gobiernos de ocurrencias, riesgos para la sociedad que fue la afectada por esta decisión improvisada, ajena a una planificación.

 

Ese gobierno no cayó y el magisterio tuvo las mayores concesiones de su historia. Y todo siguió exactamente igual, la sección 22 dominando el IEEPO y en conflicto permanente.

 

Gabino, extraño parteaguas

 

Gabino Cué será un punto aparte, uno por haber sido el más obsecuente y apologista de la Sección 22, hasta caer en abierta subordinación ante ella; y dos por ser coautor del golpe del 25 de junio al recuperar el gobierno el control del IEEPO, dejando sin su fuente de poder a la representación sindical. Pocos dudan que lo hizo forzado de alguna manera por el gobierno federal.

 

Al final esa dirigencia se tornó más exigente, nunca un gobernador se sentaba tantas horas a negociar con la sección como lo hizo Cué, eso lo hacía el director del IEEPO, a veces con el secretario general de Gobierno, manteniendo informado para las decisiones al jefe del ejecutivo.

 

Durante más de cuatro años Gabino fue exhibido en el ámbito nacional como subordinado de la S 22. De ahí que nostálgicamente, hoy la casi derrotada dirigencia seccional exija al gobernador acuda a reunirse con ellos. Claro esto ha cambiado y por lo pronto la 22 no manda al gobernante.

 

2016, el futuro

 

Ahora, eso es lo que está en el futuro de Oaxaca: Proseguir con las medidas para componer el sistema educativo de la entidad o regresar a los recientes tiempos del dominio de una camarilla gremial que se constituyó en sindicato-patrón, no sólo detuvo el desarrollo educativo de generaciones de oaxaqueños, también nos sumió en muchos rezagos: democráticos, competitivos, productivos, intelectuales, todo lo que supone una mala educación y que inhibe cualquier proceso de civilización.