Cuatro factores de distorsión para el gobierno federal

Gerardo Nieto

 

Resumen Ejecutivo/ AP 761

 

E.U., el Vaticano, los “independientes” y los traidores dentro del gobierno que afectan el liderazgo del presidente Peña Nieto.

 

Cuatro factores afectan el funcionamiento del gobierno: 1) el Complejo Americano, conjunto de grupos de interés de Estados Unidos que están detrás de los grandes negocios de venta de armas y equipos de inteligencia a México y que se acompaña de una complaciente política de extradición de grandes capos del narcotráfico; 2) la conexión política del Estado Vaticano interesada en redimensionar el caso Ayotzinapa y que tiene como vector principal el papel social del Papa Francisco; 3) el cónclave de los independientes alimentado por el pacto Salinas-Diego; y 4) la traición al Presidente desde dentro del propio gobierno por quienes le disputan el control de su propia sucesión.

 

Washington sobre Peña

 

El gobierno de Enrique Peña Nieto está atrapado en los juegos de poder de Washington. “El mapa geopolítico contiene los intereses de los más poderosos”1. El interregno panista 2000-2012 le da a Estados Unidos todo lo que quiere. El Complejo Americano hace lucrativos negocios durante las administraciones de Vicente Fox y Felipe Calderón. En 2012, la alternancia a favor del PRI cambia algunas reglas de ese juego. A Peña Nieto no le gusta la guerra que su antecesor desata contra el narco. Ese eje de la relación bilateral se transforma. La reacción del Complejo no se hace esperar. La campaña internacional contra el presidente mexicano tiene uno de sus orígenes en el disgusto de los grupos de interés de EE.UU ligados al negocio de las armas.

 

Los ataques a Peña Nieto desde fuera del país se intensifican, lo que aunado a la incompetencia del grupo en el poder para resolver conflictos sensibles como el de Ayotzinapa, se traduce en una espiral de mayor violencia e inestabilidad sistémica. El factor externo es elemento fundamental para explicar el debilitamiento del gobierno mexicano. En 2018, Washington tendrá en México a un mandatario acotado, débil y sin futuro. La disputa por el poder no está sólo en la cancha interna, sino esencialmente en los intereses del Complejo Americano.

 

Desde hace tiempo, Estados Unidos aplica una compleja estrategia para quitarle a Peña Nieto el control de su propia sucesión, lo que empata con el movimiento de grupos y camarillas del régimen que, con agenda propia, apuestan abiertamente a minar la autoridad del Presidente. EE.UU aprovecha la estridencia de la coyuntura y alimenta una crítica pertinaz a la incompetencia política mexicana.

 

Embestida externa

 

Son muchos los expedientes abiertos con potencial desestabilizador. Varios de ellos, que sin duda tienen sustancia pero que encajan en la tesis de la provocación externa, son: 1) el Reporte del Grupo Especial de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA; 2) el señalamiento reciente de la Oficina de la ONU en México sobre el mismo tema; y, 3) la publicación en The Economist de un puntilloso reportaje que da cuenta de las omisiones del gobierno de Peña Nieto en el caso Ayotzinapa.

 

Debe recordarse que “…desde la CIDH se trazó parte de la estrategia de Washington en 2002 cuando un golpe de Estado sacó a Hugo Chávez de la presidencia de Venezuela, hasta que Fidel Castro, por teléfono, dirigió desde La Habana la estrategia de resistencia política para revertir el golpe” 2. La Venezuela de Hugo Chávez y el México de Peña Nieto son realidades y procesos históricos distintos, pero el peso de las circunstancias guardan una enorme semejanza.

 

El Papa y la curia

 

En su gira por Cuba y Estados Unidos, el Papa Francisco pudo visitar México. No lo hizo, más por razones políticas que de estricto protocolo clerical. “En su visita a Estados Unidos, el Papa Francisco haría escala en México, pero pidió permiso al gobierno mexicano para oficiar una misa en Ayotzinapa por los estudiantes desaparecidos y sus familias, lo que fue negado y, en consecuencia, el diálogo quedó roto con el pontificado”3.

 

Hace algunas semanas, el Nuncio Apostólico Christophe Pierre ofició una misa en la escuela normal Raúl Isidro Burgos. Lo hizo en contra de la nomenclatura eclesiástica dominada por el cardenal Norberto Rivera Carrera, un personaje que no es bien visto en el Vaticano por su conservadurismo complaciente con sacerdotes pederastas. Indignado, el Papa se ha referido al caso Ayotzinapa con condena al país que mata a sus estudiantes. La conexión política del Vaticano tiene en Ayotzinapa un punto de inflexión que podría marcar, si no es que ya lo hizo, el futuro del gobierno de Enrique Peña Nieto.

 

Salinas y Cevallos, juntos

 

Otra vez, Carlos Salinas y Diego Fernández de Cevallos están juntos. Esta vez para perfilar, con viabilidad financiera y política, una candidatura independiente para el 2018. La discusión fuerte en torno a ese proyecto no gira alrededor de quién suceda a Peña Nieto dentro del PRI —porque el PRI podría no ganar en 2018—, sino al perfil de quien, desde una nueva plataforma y bajo una estructura heterodoxa, pueda levantarse como una promesa real de cambio para los ciudadanos. Un grupo de intelectuales orgánicos y el singular Diego Fernández de Cevallos, ya trabajan en esa plataforma. Se trata de un proyecto de las élites del sistema que surge de la erosión de los partidos políticos y de la amenaza al statu quo que representa una potencial alternancia de izquierda social en México.

 

Es inocultable la relación que subyace entre el llamado Jefe Diego y el ex presidente Carlos Salinas. Los guardianes del régimen huelen el peligro y reaccionan. En los hechos, apuestan también a arrebatarle el control de su propia sucesión a Peña Nieto, pero el objetivo final es el de cancelar lo que hoy parece una tendencia firme hacia Los Pinos de la izquierda social, la misma que en 2006 es víctima del poderoso veto de régimen que le impide conquistar el poder.

 

Bronco y otros “independientes”

 

En forma paralela a este esfuerzo avanza el proyecto 2018 de una serie de personajes que marcan la pauta en la pasada elección de junio. Se finca en la posibilidad de una gran alianza entre fuerzas que no tengan como vector a los partidos políticos. Se trata de “…una especie de Frente Independiente…con los personajes más poderosos que se identifican con esta corriente: Jaime Rodríguez El Bronco, gobernador electo de Nuevo León, quien fue priista pero ganó el puesto sin partido que lo postulara; Enrique Alfaro, el alcalde electo de Guadalajara quien transitó por el PRD y en junio fue abanderado por Movimiento Ciudadano, pero se asume ‘independiente’ porque en realidad el movimiento es suyo y los partidos se han aprovechado de su estructura; y Miguel Ángel Mancera, que si bien tiene hasta su grupo dentro del PRD, nunca se ha afiliado” 4 . Otros potenciales candidatos independientes, son el excanciller, Jorge G. Castañeda y el ex rector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente.

 

La debacle de Peña Nieto es multifactorial. En algunos aspectos de la amplia agenda de gobierno, la incapacidad del establecimiento federal es manifiesta; en otros, exhibe perniciosos nexos de colusión con el crimen organizado y una extendida corrupción. El mejor ejemplo de esto lo ofrece el expediente del narcotraficante Joaquín Guzmán Loera. “La fuga de El Chapo no sería producto de un genio criminal que construyó un túnel capaz de burlar los controles más sofisticados del mundo. La evasión sería más bien resultado de una corrupción enorme de funcionarios de todos los niveles, incluso muy altos”5.

 

La CISEN de Rubido

 

En este delicado contexto, aparece la distorsión en la cúspide de la estructura. Hay piezas clave en esta trama. Monte Alejandro Rubido García es “…un hombre que a lo largo de su carrera ha tenido ascensos y caídas, pero siempre ha preservado una importante cuota de poder nutrida de muchos expedientes rebosantes de secretos criminales, políticos, pasionales (…) desde 1986, casi la mitad de su vida, ha habitado las oficinas del espionaje gubernamental, desde antes de que fuera creado el Cisen, del que es fundador y cuyos máximos cargos ha ocupado más de una vez (…) estableció sistemas de espionaje en el Estado de México en las administraciones encabezadas por Emilio Chuayffet y Arturo Montiel.

 

El peso del que hizo gala durante el priismo, se amplió singularmente en los gobiernos de Fox y Calderón, a los que entró de la mano de su anterior compañero en el Cisen, Genaro García Luna. Destituido el pasado 27 de agosto como titular de la Comisión Nacional de Seguridad, Rubido ha optado por la discreción y el bajo perfil que imponen las leyes no escritas del sector. Así seguirá, ejerciendo en la confidencialidad. Salvo que un fiscal honesto decida citarlo para someterlo a un interrogatorio incómodo. Las cosas entonces quizá empezarían a mejorar”6.

 

Infiltrados, deslealtad y negligencia

 

A la tesis de un gobierno infiltrado en sus áreas sensibles por las mafias criminales, se suma otro factor de distorsión: la deslealtad de la clase política al Presidente. La condición de debilidad estructural de Peña Nieto hace que legisladores, gobernadores y aún secretarios de Estado y subsecretarios tengan agenda propia. La figura del Presidente no les inspira respeto, lo que se traduce en deslealtad a su proyecto. Una buena cantidad de funcionarios del gobierno no le debe a él su puesto, sino a otros factores de poder que tienen nombre y apellido y que mantienen la influencia que acumularon durante las presidencias débiles de Fox y Calderón. Una estimación conservadora sugiere que en más del 50 por ciento de los puestos en el Congreso y en la administración pública federal nada tuvo que ver Enrique Peña Nieto. En consecuencia, ese nutrido grupo de políticos y servidores públicos creen no deberle nada al Presidente.

 

La incompetencia también es una suerte de traición al Presidente. ¿Cómo es que Ayotzinapa se sale del control gubernamental? La omisión y la negligencia de altos funcionarios del gobierno federal explica la descomposición y el fracaso. “Durante (los diez primeros días) transcurridos, en los que el gobierno federal minimizó lo ocurrido, lo único que hizo Peña Nieto fue pedirle a su secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, que hablara con su también amigo, Ángel Aguirre, y le pidiera que informara de la investigación. Una versión dice que, en las dos llamadas que el mismo Osorio reveló después que cruzó con Aguirre en las primeras horas, éste afirmó que los jóvenes habían sido secuestrados, pero que varios estaban vivos; además el secretario le pediría también al gobernador ‘vigilar a los Abarca’, aunque finalmente Aguirre no sólo se burló de Osorio, sino que, según testimonios, también ayudó a José Luis Abarca y a su esposa”7.


1 Ramírez, Carlos, Indicador político en Capital. México, septiembre 23, 2015. p.-5.
2 Ibidem, p.-5.
3 Godínez García, Miguel Ángel, Alto mando en Excélsior. México, septiembre 26, 2015. p.-27.
4 Loret de Mola, Carlos, Historias de reportero en El Universal. México, septiembre 22, 2015. p.-5.
5 Rock, Roberto, Retrato Hereje en El Universal. México, septiembre 25, 2015. p.-20.
6 Ibidem, p.-20.
7 García Soto, Salvador, Serpientes y escaleras en El Universal. México, septiembre 22, 2015. p.-12.