Muxes, actualidad y genealogía

Cuauhtémoc Blas / Segunda parte

 

Parece claro que la organización de los muxes u homosexuales y demás derivaciones en Juchitán sólo han tenido como objetivo el esparcimiento y la diversión. Eso muy notorio en la más antigua agrupación, Las Auténticas Intrépidas Buscadoras del Peligro (LAIBP).

 

Esas Intrépidas están en los suyo, no tienen porque salirse de lo que constituyó su movimiento, basado, como lo sugiere su nombre, en la búsqueda de la aventura, del peligro, de la adrenalina. Pues desde siempre la falta de consideración, la represión y violencia contra los homosexuales han sido altos. Y al pertenecer a un grupo tan vulnerable en una sui generis sociedad machista que los acepta de relajo, asumieron ese rol y se lanzaron a desafiar esa condición social.

 

Analizar la problemática muxe

 

Lo anterior no es poca cosa, habla de arrojo y determinación por asumir su decisión de ser lo que quieren. Aunque, por otro lado, es una pérdida que nadie haya querido incursionar en otros aspectos quizá más profundos de ese tema importante. Es decir, del análisis de la problemática muxe, inicialmente de Juchitán, que hoy abarca a todo el Istmo.

 

Quienes desprendidos de LAIBP y sin salir de esa organización pionera, se dedicaron a trabajos de combate o prevención de VIH Sida, que además le dieron un dizque matiz académico a su tema muxe, no hicieron mucho, apenas mitificarlo, lo que ya señalamos en la primera entrega de este trabajo. Cuando se debiera investigar con seriedad ese tema que es demasiado serio.

 

Que la homofobia acabe con tantas vidas no es cosa menor. Pero no parece que quieran dejar el exclusivo marco de la diversión y la redituable simulación onegenera. Un estudio de los años 70 del siglo pasado citado en Wikipedia dice que un 6 por ciento de la población masculina del Istmo de Tehuantepec es muxe. Ni siquiera eso sabemos hoy.

 

Homosexualidad es de la cultura actual

 

Por otro lado, en torno a esa temeraria opinión de que lo muxe es una tradición que vienes de la antigüedad zapoteca es algo sin sustento. Sobre todo, y esto hasta podría ser lapidario, porque la homosexualidad, como la vemos hoy, no existía antes de la Iglesia católica que la hizo pecado, la prohibió y persiguió.

 

La sodomía, que no homosexualidad, que se daba en la antigua Grecia o Roma, nada tiene que ver con la actual. En el prólogo del libro del poeta romano Catulo (84 a. C.-54 a. C), dice que en aquellos tiempos un hombre maduro que no tuviera bajo su custodia a un mancebo para enseñarle las artes del amor y de la guerra era mal visto, así como es mal visto un solterón ahora.

 

Marcel Proust escribe en su libro En Busca del Tiempo Perdido, que esos eran otros tiempos, era una cultura que ya no es la nuestra; será represiva y demás la cultura judeocristiana occidental pero esa es la que tenemos y que nos formó, y hoy no podemos acudir a las de la antigüedad, sino asumir con base en nuestra cultura actual lo que somos.

 

Genealogía del muxe

 

Empero, la naturaleza humana, nos remite a pensar que esas prácticas de sodomía están en los humanos donde sea. Claro, cada una en su contexto histórico particular. En esto Michel Foucault nos ayuda con su Arqueología del Saber para ubicar las expresiones o frases en su contexto y entenderlas. Según el diccionario del Instituto Linguístico de Verano muxe sólo significa escueta y llanamente afeminado. Diccionario parco que ha influido mucho, no siempre para bien, en otros que circulan, sobre todo en internet.

 

Pero la Guía Gráfica para la Escritura y Lectura en Zapoteco de Eustaquio Jiménez Girón, muxe es el miedoso, el cobarde y, al final, el afeminado. De ahí que sea común la expresión popular zapotequizada de “na muxebe”, se asusta, es miedoso. Puede ser que inicialmente así se haya degenerado la palabra española mujer, para designar al asustadizo, que tendría, luego, su expresión radical en el afeminado u homosexual. Estamos con que muxe viene de la palabra mujer.

 

Finalmente, el Vocabulario en Lengua Zapoteca escrito por el Padre Fray Luis de Cordova e impreso en 1578, nos remite a la idea de la existencia de “afeminados” (llamémosles así, provisionalmente) en la época prehispánica, pues los significados de las palabras responden, sin duda, a un contexto. Una de las acepciones que están en este diccionario es la palabra zapoteca, comprensible aún hoy en el Istmo: Nahuini lachi, la traducción literal al español sería “pecho pequeño”, débil, ¿afeminado? Interesante.