Rediseñar la Guelaguetza, propuestas

Cuauhtémoc Blas

 

El libreto y formato con que los intelectuales oaxaqueños diseñaron el Homenaje Racial en 1932 y que después con el concurso de otros dieran paso a la Guelaguetza en 1959, impone la certeza de que es preciso volver a tener un esquema similar.

 

No puede seguir esta anarquía de la Fiesta Oaxaqueña por excelencia, donde cada delegación trae la música y bailes que quiere, y aunque algunas conservan calidad y disciplina, predominan innovaciones de aficionados, sin calidad, pretenciosos y hasta grotescos.

 

Claro, no es posible retomar el histórico libreto original, el tiempo no pasa en vano. Incluso, se han hecho en estas décadas mejoras que por el caos actual no se notan, pero no son irrelevantes. La manida expresión de que la cultura de los pueblos no es estática, viene al caso.

 

A este respecto, el ejemplo de poner al día el vestuario de los varones que bailan con las mujeres del Istmo fue una decisión acertada, guayabera o camisa blanca y zapatos negros, pues antes vestían de manta y guaraches ante damas ataviadas con tan magnificente traje regional. Incongruencia remontada.

 

Asimismo, que las bailarinas de Flor de Piña calcen guaraches delgados fue otra decisión necesaria, pues inhumanamente las obligaban a bailar descalzas en un tablado enrojecido por el sol. Terminaban con los pies llagados. Entre otras mejoras.

 

El año pasado no se escuchó en el Auditorio Guelaguetza el tradicional grito “Ya llegaron los de Ejutla” por querer llevar las mujeres de esa delegación zapatillas, calzado que desde hace muchos años llevan las de otras delegaciones. Pero a Ejutla eso le cerró las puertas injustamente. De ahí podemos colegir que ese Comité de Autenticidad funge mal y sin equidad.


Algunas propuestas

 

1 Urge un rediseño profesional de La Guelaguetza de los Lunes del Cerro. Rediseño artístico, de organización y promoción. Conformar una Sociedad con un equipo de expertos, excluyendo a quienes han consentido o contribuido a la devaluación de la Fiesta.

 

2 Analizar la permanencia o no de representaciones de bailes que ni siquiera tienen algo de mestizaje, como el baile de los Cuerudos (con chaparreras de acarreadores de ganado) y de los diablos (moros contra cristianos). Poco estéticos, además.

 

3 Excluir a los Ayuntamientos de la responsabilidad y selección de las delegaciones representativas. Eliminando así decisiones de poder en la conformación del grupo.

 

4 Conformar Sociedades de conocedores en cada municipio, estrechamente coordinados con una Sociedad estatal, que vigile escrupulosamente la selección, organización y cumplimiento del nuevo formato y libreto de la Guelaguetza

 

5 Retirar ese adefesio de velaría, lo que Oaxaca rechazó todo el tiempo, que rompe hasta con el concepto histórico de “Daninayaloani”, el Cerro de la Bella Vista de los antiguos zapotecas, el Cerro del Fortín. Esa fiesta se ubicó allí precisamente por su magnífica vista, la que ahora está casi inhibida.

 

6 Resolver el problema del magisterio que afecta con su permanente violencia, además de su boicot directo a la Guelaguetza. Esto ha propiciado que el turismo internacional haya virtualmente desaparecido de Oaxaca en la temporada.

 

7 Dejar de llevar a personas para llenar los palcos C y D del Auditorio Guelaguetza. Que se deje de “acarrear” personas y se entreguen pases durante algunos días hasta que esos casi seis mil lugares gratuitos de hasta arriba estén ocupados. Algo de verdad sencillo.

 

8 Realizar un trabajo profesional de marketing; enfocar la publicidad y promoción hacia los efectivos nichos de mercado nacionales e internacionales de la fiesta.

 

9 Logos e imagen de la Guelaguetza deben someterse a concurso, así, además de terminar con la inconformidad por supuestos favoritismos alimentada por diseños simplones, mejorarían pues habría de donde escoger.

 

10 Integrar, programar y promover todas las demás actividades que durante la temporada se realizan en poblaciones cercanas a Oaxaca; así como promociones para estancias en la Costa oaxaqueña al culminar con el Segundo Lunes del Cerro.

 

Algunas críticas a representaciones

 

Hay que replantearse algunas presentaciones como las siguientes:

 

1 Danza de los Diablos, danza colonial insertada en pueblos de Oaxaca, como en los pueblos negros. No tienen que ver con el origen de éstos ni muestra algún mestizaje. Esa danza es representación atemporal de las manifestaciones europeas de la conquistadora religión católica de España. En la Costa la danzan Collantes y Llano Grande.

 

2 Danza de moros y cristianos. Danza europea que representa la lucha entre moros y cristianos que traen a la Guelaguetza los mixtecos de San Andrés Huaxpaltepec (Costa). Si nada muestran de la singularidad de los pueblos de Oaxaca y ni siquiera es artística o estética, ¿vale la pena conservarlos?

 

3 Danza de los Pacheco. Grupo de acarreadores de ganado con chaparreras de cuero propio del norte del país. Lo ha traído Santiago Juxtlahuaca a los Lunes del Cerro.

 

4 No hace falta llevar a la Rotonda de la Azucena tantas ceremonias de bodas y mayordomías largas y cansadas; así como la repetición de bailes hasta en cuatro o más delegaciones de una misma región, lo que sucede con la del Istmo, Costa y Valles.

 

5 Evitar las innovaciones sin calidad y hasta grotescas que devalúan el espectáculo; así como la participación de grupos improvisados, sin dominio de folclor y cultura de su localidad. La presentación el año pasado de Juchitán con tinas de lámina y su introducción de la botella de cerveza sobre la cabeza de las bailarinas es hasta preocupante. Otras delegaciones del Istmo también innovan sin calidad. También están algunos de la Costa con versos que más que jocosos rayan en la vulgaridad.

 

Estos son sólo algunos casos a manera de ejemplo de lo mucho por revisar de la fiesta, con un buen equipo no sería difícil mejorar el festejo, sobre todo con voluntad de la administración pública estatal.