Moderniza el clero los templos... Persisten sus ideas medievales

temploRecientemente el portal de noticias tv-bus publicó una foto en la que se anunciaba que la catedral de Tuxtepec empezaría a ser demolida para dar paso a una construcción más moderna. “De vanguardia, decia el pie de foto”. El controversial tema, aunque no soy de los tuxtepecanos que añoran la catedral aún de pie, me atrae más por el simbolismo de la destrucción de viejas estructuras materiales y el sostenimiento de telarañas mentales que por un romanticismo arquitectónico.

Pienso que de nueva cuenta lo que ocurre es un contrasentido y en consecuencia propondría que la iglesia católica, más que demoler sus viejos edificios –pero aún funcionales- se modernizara en los siguientes aspectos:
Primero: dar paso al matrimonio de los sacerdotes. Diversos estudios indican que el celibato potencia la homosexualidad y pedofilia en ese gremio. Además, siendo tan proclive el clero al atesoramiento de dinero, el matrimonio de sus pastores les permitiría el ahorro de una buena suma de millones de dólares que han pagado, al menos en Estados Unidos, por indemnización a las víctimas de delitos sexuales. Además, de frenar la pedofilia clerical el descrédito sería menor y las limosnas aumentarían. Aunque claro, los curas casados heredarían a sus hijos o esposas y entonces la quiebra del Banco del Vaticano sería inminente.
Segundo: la iglesia católica debería permitir a sus fieles el uso de métodos de contraconcepción. El paso inicial sería aceptar el uso del condón. Con ello se evitaría que cada día unos seis mil jóvenes en todo el mundo se contagien de ese mal; o que cada año varios cientos de miles de niños vengan a este mundo convertido para ellos en un verdadero infierno: es decir, que estén condenados desde antes de nacer a vivir sin amor, destinados a vagabundear en la calle o a ser víctimas de prostitución, de explotación laboral o a terminar destazados por traficantes de órganos.
Existe una infinidad de temas donde la modernización del pensamiento sería provechoso e interesante, pero el espacio de este medio es limitado.
De tal suerte que si la iglesia católica no se moderniza en estos aspectos, y prefiere modernizaciones cosméticas, ya la veremos dentro de doscientos años –si el mundo gira aún sobre su eje- pidiendo perdón como lo hicieron cuatro siglos después de condenar a  Galileo Galilei por sostener que la tierra era redonda o como lo hicieron también a destiempo, luego de su omisa complicidad ante la matanza de judíos perpetrada por Hitler.
Finalmente, el gasto de 40 millones de pesos quizá tuviera un uso verdaderamente cristiano si fueran para crear un orfanato, un hospital, un asilo de ancianos, o un comedor comunitario para tanta gente desempleada. Pero ni qué esperanzas. La cúpula clerical se olvidó del rebaño encargado por El Mesías. Por ello quizá los templos están cada vez más vacíos.