La Boda del Cocodrilo

Este año fue diferente —porque todos los años lo son—; se dieron fiestas paralelas, porque el palacio municipal estaba tomado, no sólo por la mezcaleada condición de las personas que se asumen como posesionarias, sino también políticamente, ya que por primera vez en la historia de la población, la presidente municipal es una mujer en su segundo año de gobierno, todas estas condiciones indican inestabilidad política y revancha de los machos.
Se llevaron a cabo dos fiestas: la de los contrincantes políticos, que secuestraron el lugar de costumbre, frente al palacio municipal, y la fiesta de los seguidores de la presidente en el atrio de la iglesia.
El punto máximo en esta celebración es la boda del lagarto con el presidente municipal, la máxima autoridad, pero como en este momento, es una mujer, el año anterior la presidente exigió y consiguió casarse con un lagarto y no con una hembra, sin embargo, este año, los mareños jugaron ladino, como se espera de ellos y trajeron un lagarto que planeaban no descubrir el sexo hasta después de la ceremonia.
En los desfiles solo participan hombres, las mujeres están siempre como espectadoras o como invitadas en ciertas partes del proceso. He acudido a la fiesta 3 años y ahora ya puedo identificar algunos grupos:
Los mareños. Ellos llevan redes, un lagarto, una cubeta con lodo, mezcal y banda, su comportamiento es procaz, muy alegre y saben que tienen con ellos lo mas valioso de la fiesta, la princesa virgen inmaculada y valiosísima que cambiara sus encantos por oro, acuerdos y dólares que beneficiaran a todas la poblaciones mareñas de la republica Chontal. A quien se deje, le exigen una cooperación para salirse de las redes y los marcan con lodo en las mejillas.
Los negros o Muhu. En lugar de lagarto llevan una mona de madera más bien fea, son los más jóvenes y atrevidos, hacen maldades un tanto oscuras, muchas veces actúan en grupos, como en “La víbora de la mar” e incluyen a muchos niños, pueden llegar a ser groseros y demuestran gran agilidad en sus bailes y evoluciones, son un tanto tristes cuando están solos y solo tienen chispa en grupo.
Las Mulatas. Son hombres transvestidos, ataviados de galas de tehuana, de lujo, su picardía consiste en pintar la camisa de los hombres con espectaculares besos de color carmín, andan como en kermesse, haciendo paradas en la casa de la gente, bailando y reclutando galanes, si eres afortunado, te elegirá una mulata y tendrás que casarte, este año la cuota mínima es de 50 pesos, eso te da derecho a un baile y un apretón con arrimada incluida, son muy orgullosas, pero también saben que son tratadas como una caricatura y de ahí su afán por disculparse.
Los prisioneros de la república Chontal que serán liberados por El Rey Mahoma.
El Rey Mahoma y su sequito de morenos con saco y sin capucha, con pañuelos rojos en el cuello.
Los pichilinguis, que son danzantes güeros.
Los moros, con sus máscaras barbadas.
Los caballeros españoles que andan a caballo y buscan gente para trabajar.
Durante todo el día, todos los grupos recorren el pueblo visitando las casas de las familias más antiguas bailando y recibiendo refresco y cerveza. También visitan la sede de los poderes y circulan alrededor de una milpa simulada que parece simbolizar la riqueza del campo.
Un par de horas después del medio día, todos se van reuniendo en la plaza y cada banda va tocando en orden, algunos son muy malos o ya están muy borrachos y hay una confusión muy organizada en la cual todos los grupos hacen negociaciones algunas imposibles y algunas de carácter vital con las autoridades.
La discusión es muy importante, se pueden decir de todo, porque todos saben que lo que se diga ahí, aunque es en serio, también es en broma, pero es un espacio abierto a la sinceridad, encopada con un sombrero de espejitos.
Las danzas de la batalla tienen pasos complejos y una música muy básica pero que suena muy chontal. Para estos momentos, la tarde esta callando, como se celebraron múltiples matrimonios de todos tipos, al parecer no queda una botella de cerveza llena en todo el valle.
El sol va confundiendo los colores y las montañas se quitan el disfraz verde lujurioso y se proponen estudiar la locura que marca la mitad del año.
Ya entendí que no debo intentar explicarlo como los chontales, lo fascinante está en todo lo que no entendemos de nosotros mismos.

San Pedro Huamelula / Junio 30, 2009